Lord de Drifmark

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#lucemond #omegaverse #lucerysomega #aemondalfa

Los pequeños gemelos Harrick y Laenor eran los pequeños consentidos de Drifmark. Ambos niños eran los encargados de llevar sonrisas y alegrías a todos.

Eran hermosos príncipes , tan pequeños pero muy nobles, educados y muy amables, aún costaba creer que el padre de los gemelos fuera el siempre tan frío Aemond. Pero en los últimos años todos podían constatar lo mucho que el Alfa había cambiado y lo mucho que quería a sus pequeños, mucho había cambiado el príncipe desde que se había casado con el Lord de Drifmark.

Lucerys Velaryon era un hermoso Omega, con los últimos años su figura había cambiado, había crecido y era comparado constantemente con la belleza de su madre Omega. Esos hermosos rulos caían de su frente, su piel era pálida, sus largas y delgadas piernas eran tan seductoras , tanto que Aemond no podía resistirse a ellas.

Era precisamente por eso que ambos príncipes habían terminado de esa manera. En aquella desolada habitación.

— Aem-ond ... Ummm— el Omega estaba recargado en la pared , sus manos se aferraban al largo cabello de su esposo.

Recargó su cabeza en la pared y se perdió en las sensaciones que su cuerpo estaba sintiendo y que su Alfa estaba provocando.

Los sonidos obscenos llenaban la habitación, sus gemidos eran la prueba de lo mucho que estaba disfrutando aquello. Sus piernas temblaron cuando sintió como Aemond lo degustaba por completo.

Lamía toda su longitud, incluso sus bolas eran chupadas y metidas por completo a la boca del Alfa.

— Yo... No resisto más...— era tan placentero, ver al Alfa de esa manera, arrodillado frente a él , dándole la mejor mamada del mundo , era demasiado.

—¡Ah! ¡Aemond!— se corrió en la boca del Alfa.

— Eso es, buen chico— se encogió un poco cuando sintió como el Alfa tragaba todo. Se agachó para verlo y vio la diversión en el rostro de Aemond — ¿Te gustó?.

— Sabes que sí — lo vio levantarse , lo ayudó a acomodar su ropa y después de eso le dio un corto beso.

— Bien , porque en la noche será mi turno.

Se habían casado hace tan solo seis años y era una suerte que en ese tiempo no hubieran tenido más hijos , con lo mucho que les encantaba hacerlo . Claro que era deseo de ambos esperar a tener más hijos, por eso el Alfa no anudaba dentro de él.

Ambos retomaron sus deberes y siguieron como si nada, ser el Lord de Drifmark no era fácil pero teniendo a Aemond a su lado era más sencillo, el Alfa lo apoyaba en todo.

Ambos retomaron sus deberes y siguieron como si nada, ser el Lord de Drifmark no era fácil pero teniendo a Aemond a su lado era más sencillo, el Alfa lo apoyaba en todo

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Escritos sobre Lucerys y Aemond.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora