Es hora de lo #sad advertidos están de que esto no tiene final feliz. No más porque es bueno llorar
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"Y- yo no puedo mi Lord.- vio a Aemond.- No soy libre para casarme... yo ya estoy comprometido." El no lo sabía entonces pero esas serían las palabras que lo llevarían a su fin.
Tenía miedo, mucho, demasiado. Podía sentir el terror en el aire o tal vez era su propio miedo el que lo había dejado paralizado. Sabía que la noticia no sería del agrado de Aemond, es por eso que había decidido darle la noticia el mismo, pero nunca pensó que la guerra estallaría y que pondrían a su tío Aegon en el trono.
Hace tiempo atrás el y Aemond habían iniciado "algo" no quería decir que era algo serio pero lo era , al menos para el , empezaron a compartir muchas cosas y momentos juntos. Como dar paseos por los cielos encima de sus Dragones, besarse , tocarse y la primera vez que fueron más allá de solo simples roces , nada pudo detenerlos para hacerlo muchas veces más.
Pero seguían siendo hombres, la relación entre hombres era muy mal vista en especial con ellos que eran príncipes de la realeza. Así que mantenían lo suyo en total secreto. A pesar de que Aemond le había propuesto casarse , a él no le importaba lo que los demás pensaran , pero por miedo nunca aceptó.
Y entonces las cosas se complicaron y sucedió lo mismo de siempre, se hablaba por todo el reino el hecho de que el y sus hermanos eran bastardos, el por supuesto lo sabía pero seguían siendo hijos de la heredera al trono de hierro y Laenor su padre les había dado su cariño , amor y su apellido. Así que no importaba lo que los demás pensaran, lo importante es que ante el Rey el era Lucerys Velaryon . Así que para calmar las cosas con los Velaryon su madre y la princesa Rhaenys habían decidido que el y Rhaena debían casarse. El lo acepto porque sabía que era su deber aún que no lo deseaba, ahora se lamentaba no haber aceptado la propuesta de su tío. Todo había sucedió días antes de la muerte de su abuelo tantas cosas pasaron que no tuvo tiempo para darle la noticia al mayor.
Ahora era demasiado tarde , muy tarde el siempre supo lo hábil, inteligente, fuerte , vengativo y cruel que podía llegar hacer Aemond cuando algo lo hacia enojar. Y el no decirle sobre su compromiso lo había hecho enojar bastante , lo vio en la mirada gélida que le dió, de pronto su rostro se volvió frío y sin expresión alguna. Así que cuando Lord Boros intervino para que Aemond no lo atacará supo que era el momento de huir , salió corriendo del lugar y busco a Arrax , el dragón estaba a unos pasos de distancia de el , dio la vuelta para ver su tío lo había seguido pero no lo vio entonces corrió y cuando por fin llegó cerca de Arrax respiro más tranquilo.
- No tengas miedo Arrax, todo estará bien. Obedece y saldremos bien de esto.
- ¿Tú en verdad creés que saldrás bien de esta situación?.- la lluvia era realmente intensa y aún a pesar de lo fuerte de la tormenta pudo escuchar perfectamente la voz gélida de su tío a sus espaldas. Así que dió la vuelta y lo vio , ahí parado viéndolo con odió , con verdadero odió.
- Yo... Puedo explicarlo , realmente puedo por favor déjame explicarte. No es lo que creés.- dijo con un débil murmuro. Intentaba tranquilizarse y no parecer nervioso o con miedo , tenía que controlar el pánico que estaba sintiendo . Pero la penetrante mirada de su tío no ayudaba en lo absoluto.
- Mirate aún bajo la lluvia eres hermoso. Eres tan bonito que duele, porque ya no eres mío y nunca más lo serás. No me gusta compartir ni que toquen lo que es mío. Te mostré mi lado más humano y que hiciste .- su voz se tornó oscura y siniestra , por puro instinto retrocedió.
- No hice nada, no fue cosa mía, pero soy tuyo , lo soy ... Aemond soy tuyo. Por favor.- estaba desesperado quería calmarlo pero entonces sintió el frió colarse por sus huesos, su corazón bien podría haber dejado de latir en cuánto su tío soltó esas palabras.
- Si no eres mío no serás de nadie.
Retrocedió hasta que subió sobre Arrax, voló lejos de ahí, quería escapar. Tenía miedo, la tormenta impedía que el dragón pudiera alejarse y volar más rápido. Vio a Vhagar encima de ellos pero lo que le daba real realmente miedo era que Aemond no decía nada , no le gritaba y solo lo seguía, el dragón más grande nunca intento hacer nada y mucho menos acercarse . Logró salir de la horrible tormenta, por un momento pensó que lo había logrado.
Nunca le había tenido miedo a Aemond, jamás , pero ese día le había demostrado un lado que iba más allá de lo malo, esperaba poder hablar con el después , porque el lo quería, realmente lo quería. Pero entonces vio unos dientes afilados enfrente de el y no supo más.
Su cuerpo nunca fue encontrado y nunca lo sería porque Vhagar lo había devorado por completo. Y a partir de ese momento todos conocerían a Aemond como el cruel y despiadado Matasangre. El príncipe con el que nadie quería cruzar se.