36. Ichibi

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"Ahora estas frente a mí, veo el miedo en tu mirar
Sientes lo que yo sentí, temes lo que pasará
Nunca lo olvidarás
Nunca lo olvidarás"

Venganza, WarCry 2013

Álbum: Inmortal


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NOTA: Como consejo, para darle mejor seguimiento/entendimiento a este capítulo, lean el número 19: Sacrificio, 22: Gaara y 24: Reflejo.

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Hilos negros rodearon su cuerpo, con la opresión exacta para permitir que sus pulmones se llenaran libremente de aire. Gaara cerró los ojos y relajo el cuerpo, sintió cuando la calabaza con su arena personal fue arrojada lejos de él.

-Esa estúpida cosa no servirá a donde vamos -Hidan pateó la calabaza de arena -, espero que sufras cuando te saquen a la bestia, detesto esta p#"a arena.

Después de ver como se alejaba la kunoichi cargando al titiritero, Kakuzu no perdió el tiempo y comenzó a caminar rumbo a la guarida de Akatsuki más cercana, con el Jinchūriki envuelto en sus hilos.

Hidan seguía despotricando majaderías, pero comenzó a caminar detrás de él observando a su alrededor por si alguien los seguía.

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Ya habían pasado un par de horas, el suelo lentamente se había transformado de un color dorado arenoso*, pasando por calizo** de un tono café opaco, hasta convertirse en vertisoles*** a orillas del inicio de un bosque seco****.

Mientras era arrastrado por los hilos de Kakuzu, Gaara estaba intentando recuperar algo de su chakra. Con algunas inhalaciones profundas intento un trance hipnótico que le permitiría concentrarse. Después de varios intentos, su cuerpo se relajó y su psique paso a un estado intermitente entre la conciencia y la inconciencia.

Años de practica le advirtieron del riesgo que estaba tomando al intentar "hablar" con la bestia de una cola en su interior, la última vez que intento este mismo turco, desato una carnicería en uno de los condominios más alejados del centro de Suna.

En ese momento tenía ocho años y una sed de sangre inasequible, fue probablemente una de las ultimas veces que su padre pudo controlarlo gracias al polvo de oro de su elemento imán. Ignorando sus pensamientos sobre el pasado, Gaara se concentró de nuevo.

Una obscuridad total era lo único que podía percibir, camino lento y sin rumbo, esperando ver algo, cualquier cosa. Un tenue brillo llamo su atención y camino hacia él.

Se detuvo a unos pasos de un charco, se puso en cuclillas y estiro la mano para tocarlo, un reflejo pilomotor***** recorrió su cuerpo, avanzando desde los dedos de las manos, hasta la punta de sus pies, justo antes de que sus dedos tocaran la superficie del agua, una sensación de vacío se apodero de su estómago.

En cuestión de segundos una luz dorada surgió del charco y lo envolvió haciéndolo perder el conocimiento.

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Un revoloteo de hojas secas bajo sus pies fue la única advertencia que tuvieron los dos Akatsukis antes de estrellarse contra árboles y maleza cuando fueron arrojados varios metros de distancia por una ola de chakra demoniaco.

Los hilos de Kakuzu se desintegraron ante semejante poder, dejando a la vista el cuerpo arenoso del contenedor del Ichibi. La piel estaba tomando un tono opaco y grietas aparecieron en todo el cuerpo, parecía como si su piel se estuviera derritiendo, formando riachuelos de arena que caían en cascada hasta el piso.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2023 ⏰

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