"Creo en los reencuentros y en las vueltas de la vida."
Anónimo
________________________________Había un sentimiento opresivo en el aire, las calles estaban tapizadas de tablones de todos los tamaños, mesas de trabajo cubiertas de planos, cajas de clavos, pijas y muchas herramientas de construcción.
En su mayoría, el pueblo estaba casi completo, hubo muchas bajas materiales, pero pocas humanas gracias a la rápida intervención de los shinobis de Konoha, que cumplieron al pie de la letra las indicaciones de evacuación.
Ochi toda su vida creció escuchando historias de Uzushiogakure no sato y Konohagakure no sato, su padre fue uno de los shinobis más importantes de su aldea, al ser un maestro de sellos, decenas de ninjas viajaban enormes distancias para estudiar con él y aprender mínimo las bases del enorme conocimiento de su padre. Ella nunca pudo entender por completo lo que significaba eso para ella y para su vida.
Hoy, caminando entre calles destrozadas de la mano de Ara y respirando el aire puro de Konoha, supo a lo que se refería su tía Narumi cuando le contaba todas esas historias. No eran simples anécdotas de gloria, eran enseñanzas para el futuro, trataba de mostrarle que lo más importante en un shinobi es la humildad y el trabajo en equipo, ser siempre leales a tu pueblo, a ti mismo y siempre ayudar a los demás sin recibir nada a cambio.
–¡Hey tú! –gritó Karin desde una esquina caminando con paso apresurados hacia las dos chicas
–Buen día Karin-san, ¿puedo ayudarle en algo? –Se inclino respetuosamente Ochi ante la pelirroja, Ara imito el gesto a su lado.
–Quiero hablar contigo
–Por supuesto, aquí mismo o desea ir a algún lugar más privado.
Karin lo pensó por un momento chasqueando la lengua y mirando con el ceño fruncido hacia Ara.
–Vamos, se dé un lugar donde podemos almorzar las tres –giró hacia la izquierda dirigiendo el camino hacia la muralla que separaba el barrio Uchiha de la zona comercial de Konoha.
Después de caminar varios metros entre las construcciones, llegaron a un pequeño claro rodeado de mesas de madera entre una gran cantidad de árboles, a una orilla un pequeño yatai* de donde salían bocanadas de vapor con un dulce olor a té verde.
–Viejo, dame tres imagawayaki** –Grito Karin sentándose en una de las mesas más cercanas al pequeño puesto, Ara y Ochi se sentaron junto a Karin. –Bien, tengo algunas preguntas para ti.
–Usted dirá Karin-san
–Primero no me hables de usted, es molesto, segundo, no estoy segura porque, pero tu chakra me es muy familiar, aunque estoy segura que nunca te había visto antes.
–Es correcto, nunca nos habíamos encontrado, solo puedo suponer que usted es... –Karin le envió una mirada dura sobre los lentes –perdón, eres, ¿un sensor?
–Si, tengo un buen rango de alcance, pero tú eres diferente, siento que te conozco, pero eso es otro asunto, quiero saber quién te hizo los sellos de camuflaje
Ochi estaba impresionada, muy pocas personas podían detectar los sellos en su cuerpo.
–Fue mi padre antes de morir, para protegerme. –Karin entrecerró los ojos
–Si ya tienes la protección de una aldea ninja, ¿Cuál es la razón para que los conserves?
–No puedo quitármelos –Ochi sonrío melancólica
–¿Tienen una salvaguarda de eliminación?
Ochi asintió, ambas de quedaron calladas cuando el dueño de del yatai llego con su pedido y una tetera caliente.
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Magos y Shinobis
FanfictionLos tres jóvenes Shinobis del equipo siete, en una misión son emboscados en una cueva donde hay unas ruinas extrañas, un derrumbe los atrapa en el interior y malheridos, reciben la ayuda de una persona que dice ser un mago.