22. Gaara

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Los ojos color ámbar lo miraron fijamente, mientras Jiraiya estaba preparando un jutsu de viento corriendo en dirección al demonio, estando a unos cuantos pasos se detuvo en seco al ver la sonrisa desapareciendo y la arena derrumbándose en grandes proporciones desde arriba provocando olas doradas a sus pies.

Un grito de la bestia resonó a varios kilómetros a la redonda, todas las personas que estaban alrededor incluyendo al Sanin taparon sus orejas con dolor por el chillido inhumano. La arena caía sobre todos a diestra y siniestra, Jiraiya en lugar de seguir tratando con la bestia corrió en dirección a los hombre y mujeres que corrían por sus vidas. Logro apartar con éxito a un joven que llevaba a un bebe en brazos antes de que el edificio junto al que corría se desplomara en pedazos por el fuerte coletazo del monstruo.

Poniendo a un lado al joven formo a máxima velocidad una serie de sellos para un jutsu de tierra, al soltarlo en el piso, por un par de segundos no ocurrió nada, Jiraiya estaba sudando concentrado mientras entras grandes gotas de sudor bajaban por su frente y cuello. El piso comenzó a temblar y un enorme muro de arena petrificada rodeo a la bestia mientras se iba deshaciendo lentamente.

Enviando chakra a sus pies, el Sanin corrió en línea recta sobre el muro de tres metros de altura recién formado, saltando al llegar hasta arriba para caer en cuclillas en la parte superior viendo hacia adentro del círculo perfecto que genero con la muralla alrededor del Ichibi.

Adentro, todo comenzó llenarse de arena dorada mientras la criatura se iba desintegrando por la fuerza de voluntad del jinchūriki, del centro podían escucharse gruñidos, gemidos de dolor y algunas palabrotas ahogadas.

Jiraiya estaba agotado después de todo lo que paso días antes y el jutsu tan poderoso que había lanzado. Sintió como sus energías eran drenadas lentamente, prefirió no intervenir si no era estrictamente necesario, no conocía en persona al joven Kasekage pero había escuchado mucho sobre él. Era un chico fuerte que obtuvo su puesto hacia poco menos de un año, un adversario temible si tomaba en cuenta que su sello estaba dañado y la bestia podía salir en cualquier momento.

Dejando de lado sus cavilaciones, noto que ya no se escuchaban sonidos estrangulados desde el pozo, salto de su lugar y camino hacia el centro evitando hundirse en la arena, no había nada alrededor más que la muralla ni había rastro de la criatura o de su portador.

Se detuvo justo en el centro del círculo se arrodillo en la arena blanda y comenzó a escarbar son las manos desnudas. Escucho a alguien gritar su nombre desde afuera, pero lo ignoro siguiendo con su tarea. Después de cavar unos cuantos centímetros, sintió algo sedoso entro los dedos, era el cabello pelirrojo del Kasekage.

-"Jiraiya-sama, ¿se encuentra bien?" -La voz de Shizune se escuchó justo a su derecha

-"Sí, ven ayúdame a sacar al chico"

La Kunoichi salto desde la pared aterrizando en la arena y moviéndose con cuidado hasta llegar al lado del ninja, ambos siguieron escarbando rápidamente, hasta que lograron desenterrar al joven ninja.

Gaara estaba pálido, con la ropa manchada de sangre y desgarrada en varias zonas. Shizune estaba a punto de comenzar a curarlo con sus manos imbuidas de chakra curativo, cuando Jiraiya le sujeto la mano y la aparto gentilmente.

-¿Jiriya-sama? -Pregunto preocupada al ver el ceño fruncido del Sanin

-Tengo que sellarlo primero

Shizune se hizo hacia atrás viendo como el Sanin desdoblaba el pergamino que traía en la mano, arranco los restos de la camisa de Gaara y lo giro boca abajo en el piso. El pecho y la espalda del Kasekage tenían una enorme colección de magullones de colores oscuros que contrastaban de forma horrible contra la piel expuesta.

Magos y ShinobisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora