01 | Niñero.

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Martes, 12 a. m.

Jeongin no tenía ganas de ir a la universidad, para nada. Aunque estuviera en recta final y al año le faltaran unos pocos meses para acabarse, simplemente no tenía ganas de ir. No era divertido, y encontraba mejores formas.

Salió de su casa a las 8 de la noche, y con permiso, mas no obedeció del todo. Iba llegando 4 horas después, cuando máximo le habían dejado hasta las 10 y media.

Ya no le importaba pelear con sus padres, menos con su madre, que era la que más le formaba problema. Estaba acostumbrado, y a veces llegaba demasiado tarde como para escuchar sus gritos, cuando lo único que quería era ir a dormir.

—Ya no puedo más contigo, ¡es que no puedo!— exclamó su madre, prácticamente fuera de sus casillas.

—Ay, ya. Tanto drama por una hora y media.

—Es que no es que sea eso, es la constancia con la que haces este tipo de cosas. Te damos la mano y tú nos coges el codo, ya no podemos darte ningún tipo de confianza.

Jeongin se cruzó de brazos y la vió con seriedad. Podía ser de todo; grosero, irrespetuoso y descarado, pero a su madre nunca la había insultado o dejado hablando sola. Por muy harto que estuviera, lo aguantaba.

—Desde hoy, no vuelves a salir a ninguna parte si no es para ir a la universidad, ¿entendido?

—¡Pero-!

—¡Sin peros! Es mi decisión final.

—¿Qué decisión dices, mamá? ¡Eso no tiene sentido! En unos días nos vamos de viaje, ¿y no me vas a dejar estar con mis amigos por última vez?

—¿Vamos?

—Pues, claro, vamos. ¿O qué? ¿Qué me vas contar ahora?

—Vi tu informe, y dudo mucho que puedas salir vestido de blanco de la universidad como si fueras la santa paloma. Ya no son las peleas, es tu impuntualidad y tu irresponsabilidad. No irás a ningún viaje.

—¿Qué? ¡No puedes hacerme esto!

—Si que puedo, soy tu madre.

—¿Crees que a papá le va a gustar la idea de quedarnos otro año en casa? Todos estábamos emocionados por irnos de aquí.

—No le va a importar, porque nosotros vamos a ir al viaje, Yang Jeongin. Tú estás castigado, y de aquí no vas a salir hasta que volvamos.

—¿Me van a dejar sólo en casa?— preguntó, comenzando a frustrarse.
—¡No quiero estar aquí! Yo fui el de la idea, ¿cómo se van a ir sin mí?

—Eso sería como premiarte, y no hay nada por qué hacerlo. Lo siento mucho, pero ya no puedes decidir nada.

Jeongin estaba a punto de soltar un quejido, estaba molesto, hasta que se puso a pensar más en la situación. Rebuscando el lado bueno, si estaba solo todo ese tiempo, podría salir de casa hasta la hora que quisiera, es más, podría hacer lo que se le diera la gana. A ver, no era comparado a la playa y el caro hotel en el que se iban a hospedar, pero podría ser peor.

—Ush, ya, no importa... Entonces me las veré esos meses en los que me abandonarán.

—¿Te las verás?— negó con la cabeza y soltó una risa— No, hijo, creo que no entiendes.

—... ¿El qué?

—Por supuesto que no te dejaremos solo, ¿estás loco? Seguro dejas la casa patas arriba y haces lo que quieras, obvio no lo permitiré.

Jeongin soltó un suspiro pesado, eso había bajado su emoción de golpe. Sólo de escucharlo, se molestaba más.
—Entonces, ¿qué vas a hacer?

—No te va a gustar, pero no tengo otra opción, te quedarás con alguien aquí.

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