08 | Desobediente.

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Pasaron varias horas, y al parecer, Jeongin no insistió mucho para ir a dicha fiesta, ya que ni había salido de su habitación.

Seungmin se preocupó un poco porque tal vez tuviera hambre, esos panqueques eran un poco pequeños.

—Yang Jeongin, ¿te estás haciendo el enfadado?—  preguntó en voz alta, subiendo las escaleras en dirección al cuarto del menor.
Cuando llegó, colocó la mano sobre la manija y comenzó a abrir la puerta.— Te haré más comida si quieres, no creo que...

La habitación estaba vacía, ¿y las ventanas?... Abiertas de par en par.

Estaba loco, ¿realmente acaba de hacer eso?

Seungmin corrió para asomarse por aquella ventana, viendo que sí, lo más seguro era que se había escapado por allí. No sabía qué preguntarse, si estará bien, si tantas ganas tenía de ir a esa fiesta o en el castigo que podría darle en cuanto lo viera de nuevo. A ver, tenía autorización, ¿no es así?

Se dió la vuelta y analizó un poco más el lugar, la cama y, bingo. Estaba el teléfono del pelinegro allí, tal vez se le había olvidado o no le dió importancia. Sin embargo, esto a Seungmin le iba de maravilla.

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Una media hora después, en esa misma noche. Jeongin estaba pasándola genial, era un lugar bastante grande y al aire libre. El alcohol llovía. Cómo le encantaba saber que no había un adulto esperándolo en casa... O algo así.

—¿Es una mala idea si le hablo?...

—Por lo que me contaste del otro día, sí— respondió Hyunjin, seguro de lo que decía.— Creo que ahora tiene una percepción de tí sobre que eres gay y te gusta Seungmin, o no sé.

—Ugh, ese idiota... Si a alguien le gustara el otro, sería a él.

—Mira, estás ebrio, Jeongin. Antes me sorprendió que Seungmin esté detrás de tí todo el tiempo. ¿Por qué? ¿Es acaso tu niñero?— tomó el vaso de licor que Jeongin tenía en sus manos, dejándolo sin nada.

El menor soltó una risa tonta.— Bueno... ¡No es mi niñero!... Es mi amigo, sólo que está mucho en mi casa desde hace un par de días. No- no es nada.

—Eso es raro, en serio... ¿Y por qué no vino contigo?

—¡Me escapé...! Me escapé, no pasa nada. Él no es mi padre... ¿Qué va a hacer? ¿Castigarme?— soltó otra risa.

—¿De qué estás hablando, Jeongin? ¿Por qué te castigaría?— preguntaba con una mueca en su cara— Tu vida es un poco extraña.

—¡Como sea!— exclamó bastante fuerte, sin importar si alguien más lo escuchaba.— Estábamos hablando de Ning... Esa guapa se va a fijar en mí.

Al ver que su amigo tenía intenciones de ir hacia ella, lo detuvo, tomándolo del brazo. Seguro Jeongin cuerdo le agradecería ese acto.
—No irás a hacer el ridículo, Innie. Quédate aquí.

—Estoy caliente— dijo de la nada, viendo fijamente a Hyunjin.

—Iugh, ¿y a mí qué?

—Hace mucho tiempo que no follo... ¡Y ahora tengo casa sola! La invitaré a pasar el rato-

—Por lo que dices, ¡Seungmin está allá! No puedes ir a pasar el rato con nadie, tontito.— lo empujó hacia él, reteniéndolo de hacer cualquier estupidez.

Jeongin rodó los ojos se cruzó de brazos, mirando un poco a los lados antes de comenzar a bailar en ese mismo lugar, saltando y todo.

Hyunjin rió un poco viéndolo, e iba a hacer lo mismo, hasta que su mirada se detuvo en un chico muy atractivo que acababa de bajarse de un coche a unos metros del lugar... Era guapo.

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