26 | Detalles.

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Seungmin había salido de casa un tiempo después. No tardó mucho, sólo que se fue sin avisar ni decir cuánto tardaría.

No le dió casi tiempo a Jeongin de preocuparse, ya que volvió en menos de una hora.

En cuanto abrió la puerta, encontró a Seungmin. Sostenía una bolsa de plástico en una mano, y con la otra, un oso de peluche un tanto grande. Las cejas de Jeongin se alzaron un segundo.

—¿Qué es esto, Seungmin?

—Mmh, yo veo un peluche. Ya que veo que te gustan, te quise traer uno más grande.— se hizo paso para entrar en la casa, Jeongin lo siguió con la mirada mientras cerraba la puerta.

—Tienes unos celos bastantes extraños, hombre...— dijo antes de ir trás él. Seungmin paró frente a la mesa, donde dejó ambas cosas.

—¿Celos? Bueno, entiendo, pero realmente estoy teniendo un detalle contigo.

—Mmh, ajá.— se acercó para ver qué había en la bolsa, sacando una caja mediana de chocolates y... Algo más.— ¿Y esto, además?

—Me lo regalaron junto al peluche, así que no iba a rechazarlo.

Jeongin levantó una ceja, sacando de dicha bolsa un paquete de sobres, bastante largo.— ¿Te regalan condones?

Seungmin mostró una pequeña sonrisa.— Bueno... Tienen lubricante, así que son de utilidad.

—Muy gracioso— soltó, rodando los ojos— Te llevas esto, me haces el favor. Mi madre llega a ver esto y le da un paro cardíaco, capaz piensa que estoy intentando no dejar embarazada a alguna chica.

—¿Quién dice que van a seguir habiendo condones cuando ellos lleguen?

—Que descarado.— dejó el paquete de nuevo en la bolsa, sacando únicamente los chocolates.

El menor se dirigió al sofá, sentándose en él, no sin antes dejar un espacio a su lado para el castaño. Lo miró atento a lo siguiente que iba a decir, y a su vez, destapaba la caja.

—La directora dice que ya puedes volver a la universidad desde el lunes.

—Huh, ¿en serio? ¿Cómo lo lograste?

—Digamos que tuve que hacer algunas cosas... Pero nada de lo que te debes preocupar.

—Mmh, está bien. Gracias, Seungmin.

—No es nada, mucho mejor para tí.

Jeongin sacó un chocolate de la caja.— ¿Quieres uno?

El mayor bajó la mirada a la mano que sostenía el dulce, para luego relamerse los labios y acercarse un poco más a él.— Sí quiero.

Justo cuando se lo iba a pasar, Seungmin negó con la cabeza.

—¿Qué?

—Pero dámelo directamente desde tu boca, ¿no ves que es más romántico?— se inclinó hacia él, acortando la distancia a unos pocos centímetros. Jeongin sonrió y bajó la mirada, casi como si estuviera tímido.

—Que mañoso eres, sólo cómetelo y ya— susurró, volviendo la mirada a sus ojos. Sin embargo, Seungmin no retrocedió.

—No quiero "comérmelo y ya"— susurró, ahora fijando su mirada en los labios del menor.

—Tú siempre ganas... ¿No?— musitó de nuevo. Luego prosiguió a colocar la bola de chocolate en sus labios, sus dientes apenas clavados en la mitad de él.

Seungmin no dudó en acercarse para agarrar la otra mitad con su boca. Sus labios apenas rozaron por un segundo hasta que ambos se distanciaron un poco para masticar el dulce.

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