12 | Quejas.

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Jeongin llegó a la sala, encontrándose con Seungmin apoyado contra la mesa con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo el celular del chico, arriba y contra su oreja. Jeongin se mostró confundido.

—¿Qué haces?

Seungmin notó la presencia del menor, por lo que sólo dirigió su mirada hacia él y continuó hablando por teléfono.

—No, hoy no fue a la universidad. Le dije, pero no quiso levantarse.— sonrió pícaramente, aún viendo a Jeongin.

—¡Seungmin!— gritó en una especie de susurro y un tono quejumbroso.

El nombrado le hizo una pequeña seña para que hiciera silencio, usando su dedo índice sobre sus labios; Jeongin rodó los ojos.

—Sí, yo... Digamos que lo castigué, por eso tengo su teléfono.— se enderezó por completo, para dar unos pasos en dirección al pelinegro— No, no hice nada más. No soy quien para reprenderlo de esa manera, ¿verdad?

Jeongin soltó un leve suspiro y movió su cabeza de lado a lado, dándose media vuelta.

—Si quiere puedo devolverle el teléfono... Me puso problema por eso cuando se levantó, pero lo solucioné.— soltó una pequeña risa— Sólo bromeo, Sra. Yang. Está portándose mucho mejor ahora, es sólo esto de hoy... ¿Quiere saludarlo?

Lo siguiente que escuchó, fueron los pasos de Seungmin acercarse hacia él y deteniéndose justo atrás. Sintió como este mismo le dejaba un beso en la nuca, le entregaba el celular y luego se alejaba de allí.

No le quedó de otra que atender.

—Aló.

"Hola, hijo. ¿Cómo estás?"

—Bien, mamá, bien.

"¿Por qué no quisiste levantarte hoy?"

—Estaba cansado, es todo.

"Mmh, no me gusta que no hagas caso, Jeongin. Ya lo sabes. ¿Cuando vas a cambiar?"

—Ya, lo siento, sólo fue hoy.

"Huh, ¿lo siento?"

—Umh, claro. ¿Qué tiene?

"No es nada, es solo que hace mucho no decías eso. Te está haciendo provecho estar estar con Seungmin, ¿eh?"

—Sí, sí, supongo.

"Está bien, cariño. Tu padre hablará contigo cuando pueda. Hazle caso al joven, ¿sí? Ya sabes, no estés de rebelde".

—Sí, lo sé, tengo que obedecer...— se quedó un momento en silencio, pensando en algo. Pronto, agitó la cabeza para volver a hablar— Como sea, entiendo, mamá.

"Que bien que pienses así, hijo. Hablame después".

—Bueno, chao.

"¡Chao!"

Jeongin colgó la llamada y dejó el teléfono sobre el sofá.

—¿Por qué le dijiste eso?— preguntó, entrando en la cocina junto al otro.

—¿Qué cosa?— respondió con otra pregunta, como si no entendiera exactamente de lo que estaba hablando. Estaba entretenido picando una papa en tiras, por lo que no lo miraba a los ojos.

—¿Cómo que qué cosa? Le hubieras dicho que sí fui a estudiar, así no tengo ningún problema. A esta hora ya habría regresado de la universidad igualmente.

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