28 | Ups.

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Dos semanas después.

La verdad es que Jeongin mejoró un montón ese par de meses. Hasta la directora terminó felicitando a Jeongin, (no por amenazas de Seungmin, ni nada así) porque se había vuelto más responsable con sus trabajos y ya no tenía tantos llamados de atención. No peleaba con nadie, y en sí, era un buen alumno.

En una ocasión, llamaron a los padres para decirles el comportamiento aceptable del joven, a lo que se sorprendieron y a la vez se sintieron bien.

No había pasado nada fuera de lo normal, Seungmin actuaba como siempre, era atento, afectivo y todas esas cosas. Antes, se había creído el cuento de que eran pareja, tanto, que terminó metiéndole eso a la cabeza del pelinegro, quien pareció admitirlo con el paso de los días.

—Seungmin, hice merienda— avisó, colocando dos platos sobre la mesa.

—Huh, ¿así de bien cocinarás cuando estemos casados?— preguntó, acercándose a él.

—Que gracioso, mmh. ¿Quieres o no?

—Por supuesto que sí.— le dejó un beso en la mejilla— Se ve muy bueno, me encanta que ahora hagas las cosas.

—Aprendí de algún modo.

—El modo fui yo— comentó, sonriéndole.

—Bueno... Tienes razón.

Seungmin se sentó junto a Jeongin en el comedor. Aunque la comida fuera poca, ya habían almorzado anteriormente, así que era suficiente. Igual, cualquier gesto de Jeongin le parecía muy tierno y no dudaría en agradecerlo.



—Kim... ¿Crees que podrás verme de nuevo cuando te vayas de aquí?

—Mmh, en realidad la pregunta es si tus padres me dejarán estar. ¿No pensarán que es raro?

—Puede que sí— aceptó, saboreando por último el pequeño bocado que había dado.— pero no importa, ¿verdad?

—Tengo que respetar la decisión de tus padres, no creo que la idea de que estoy metiéndome con su hijo les parezca muy bonita.— rió, jugando con la cuchara.

—Mira, mira quién terminó siendo el grosero e irrespetuoso— se burló y le dió una palmada en el brazo— ¡Porque no me respetaste a mí!

—Irrespetarte sería hacerte sentir mal, pero a ver, sabes bien lo bien que te hago sentir.

—Ugh, no tienes vergüenza.— terminó de comer rápidamente y se puso de pie.

—Bromeo, aunque sabes que es verdad.

Jeongin rió.— Oye, Seungmin... Voy a darme una ducha, ¿quieres acompañarme?

Seungmin aún tenía comida en su boca, por lo que se le quedó mirando unos segundos, atarugado. Al caer en cuenta de la propuesta, tragó lo más rápido que pudo y asintió con la cabeza. Claro que no dejaría ir tal oportunidad.

Jeongin colocó agua tibia. Hacía un poco de frío en esa temporada, por lo que esa temperatura de agua les iba como anillo al dedo.

Jeongin estaba frente a Seungmin, quien estaba aplicándole con caricias un poco de tratamiento en el cabello.

—A veces pareces tierno en serio.— sonrió, mirando con atención al castaño.

—Pues lo soy, ¿por qué no lo aceptas?— lo tocó un par de segundos más, para luego bajar la mano de donde la tenía.

—Te estás haciendo.

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