76

114 15 0
                                    

Unos minutos después ingresó Poncho a la cocina con Alfonsito, que estaba muy despierto y algo desconsolado.
ANAHÍ: -¿Qué le pasó a mi príncipe?- dijo con un tono tierno mientras lo tomaba en brazos.
PONCHO: -Se ha despertado así, de golpe y no pude calmarlo-
ANAHÍ: -Ya bebé- dijo mientras lo acercaba a su pecho y lo abrazaba. Le secó las lágrimas y le susurró una canción al oído, haciendo que mágicamente el niño parara de llorar.
SOLANGE: -Wow- dijo sin palabras.
PONCHO: -Annie tiene ese don. No sé como le hace- le comentó a su cuñada.
ANAHÍ: -Le daré de comer- dijo mientras se iba con el niño en brazos, dejando a Poncho y Solange solos.
SOLANGE: -¿Días difíciles?- preguntó de súbito.
PONCHO: -Algo- susurró.
SOLANGE: -Aún no se acomodan a los horarios ¿verdad?-
PONCHO: -Es que los niños no tienen horario. A veces duermen, otras no...-
SOLANGE: -Será agotador los primeros meses, luego verás como duermen seis horas corridas sin despertarse- dijo con una sonrisa -¡Tú mas que nadie lo tienes que saber!-
PONCHO: -Pues si, pero con Azul era distinto. Era una sola, y era una dormilona. Teníamos que despertarla para darle de comer, sino seguía de largo. En cambio los trillizos...- suspiró –La veo a Annie muy agotada-
SOLANGE: -Ella dice que no lo está, pero porque cuando se trata de tus hijos no hay cansancio. Es una dicha hermosa atender a tus hijos que no notas que no duermes, no comes, no descansas, no te das un tiempo...-
PONCHO: -Ella no se queja, así esté muy cansada-
SOLANGE: -Ya pasará todo esto. Es una vida caóticamente hermosa, Poncho-
PONCHO: -Lo sé. Mis hijos son todo para mí, y no me importa el cansancio-
SOLANGE: -Pues a ver si le enseñas eso a tu hermano. Cuando las niñas eran pequeñas él dormía mientras yo me levantaba para todo- contó entre risas -¡No era posible que no escuchara el llanto de su hija!-
PONCHO: -Oscar siempre ha sido un flojo- rió.
SOLANGE: -Pero así y todo, los Herrera, son muy dedicados cuando quieren. Tu papá, tú... Oscar es el extraño de la familia. Y veremos Alejandro, que hará cuando sea papá-
PONCHO: -Pues Alejandro no creo que pronto nos de noticias. Creo que si es por él no tendría nunca-
SOLANGE: -Ya veremos. Es joven aún- suspiró -¿Y como va tu trabajo?-
PONCHO: -Perfecto. Firmé contrato con la empresa y soy fotógrafo exclusivo-
SOLANGE: -¡Que bien! Oye, quería agradecerte por recomendar a Oscar-
PONCHO: -No tienes que darlas. Yo solo le conseguí una cita, y a mi jefe le encantó su trabajo-
SOLANGE: -Me dijo que tal vez quede como fotógrafo de la empresa, también, como tú-
PONCHO: -Justamente me lo contó hace unos minutos. Así que seguirán mucho tiempo en la ciudad-
SOLANGE: -Si es posible para siempre. Me encanta vivir aquí, además los tengo a ustedes. Y las niñas que están encantadas con tus hijos... ¡Ya me piden un hermano!-
PONCHO: -¡Ámonos mi Sol! ¿Para cuando?-
SOLANGE: ¡No! No, no. No quiero, yo paso-
PONCHO: -¿Por qué? Se te nota las babas por André o Alfonsito-
SOLANGE: -Me encantaría un hijo varón, pero ahora no. Tengo suficiente con las tres niñas, no podría con un bebé-
PONCHO: -Nosotros podemos con tres a la vez-
SOLANGE: -Si, pero los tres son bebés y la mas grande ya se maneja solita. Yo tengo tres que me necesitan en todo momento, y quiero dedicarme a ellos-
PONCHO: -Bueno, pues, entonces esperen unos años-
SOLANGE: -Tal vez dos mas- añadió.

Una hora después llegó Dulce con Ucker.
ELISA: -¡Hija!- la saludó -¡Hola Christopher!-
UCKER: -Hola señora- le sonrió.
ANAHÍ: -¡Hasta que por fin llegan! Íbamos a empezar sin ustedes, yo ya muero de hambre-
DULCE: -Lo siento- se disculpó.
PONCHO: -¡Bro!- dijo abrazando a Christopher –Hola chaparra- dijo saludando a su cuñada.
DULCE: -Que hubo Poncho- Anahí notó rara a su hermana.
ANAHÍ: -Dul... Te estaba esperando, antes de almorzar quiero hablar contigo- Dulce suspiró y asintió.
DULCE: -Bien- dijo algo fatigada. Annie se puso más seria, en realidad más preocupada, así que la tomó de la mano y se la llevó al jardín.
ANAHÍ: -Necesitas un poco de aire- dijo sentándola en una silla y acariciándole la cara –Dul estás pálida- Le sacó el pelo que caía por su frente, que de hecho estaba húmedo.
DULCE: -Había mucha gente y... lo necesitaba. Gracias-
ANAHÍ: -¿Qué tienes?-
DULCE: -Me he levantado mal. Casi no veníamos, pero no podíamos faltar- dijo intentando mantener la vista en Annie, pero le era imposible. Todo daba vueltas.
ANAHÍ: -Ay Dul- tomó una revista que había en la mesa del jardín y le hizo viento. -¿Qué sientes?-
DULCE: -Que todo da vueltas-
ANAHÍ: -Le voy a avisar a mamá que llame a un...- No llegó a irse cuando Dulce la tomó del brazo.
DULCE: -Ya se me pasa. No sé, tráeme algo para levantar el azúcar. En la mañana me pasó lo mismo y lo levanté con un dulce-
ANAHÍ: -Quédate aquí ¿si? Ya regreso-
Annie fue hacia adentro y cuando pasó por al lado de Azul le pidió que vaya con Dulce que no se sentía muy bien. La niña asintió y preocupada fue hacia donde estaba su tía, mientras Anahí iba por algo dulce. No le quiso decir nada a sus padres ni a los demás porque no quería preocuparlos, además Dulce la mataría.
La modelo llegó con una gaseosa y unos caramelos. Dulce había recuperado un poco el color en sus mejillas y labios.
ANAHÍ: -Toma- dijo ayudándola a tomar un poco de esa gaseosa y dándole un caramelo -¿Dulce?-
DULCE: -Gracias. ¿Qué Annie?-
ANAHÍ: -¿Tú te estás cuidando?-
DULCE: -Si. Sabes que nunca me enfermo, y antes que me agarre algo me tomo unos analgésicos o mamá me da ese té que sabe horrible. Pero si, me cuido. No ando desabrigada, ni bajo la lluvia, etcétera-
ANAHÍ: -No me refiero a eso Dul ¿Sabes que esto son síntomas de embarazo?- Dulce abrió los ojos grandes, al igual que su sobrina que estaba a su lado.
DULCE: -No Annie- rió algo nerviosa –Es imposible- dijo muy segura –Yo me cuido. Tomo las píldoras-
ANAHÍ: -¿Y Ucker se cuida?- Dulce no dijo nada, solo la miró –Mira, sabes que con solo olvidarte un día de tomar las píldoras, a veces puede haber un desorden y puedes correr el riesgo de quedar embarazada-
DULCE: -No, yo no estoy embarazada- negó.
ANAHÍ: -¿Segura?- Dulce no contestó, solo la miró con algo de miedo –No estás segura- afirmó.
DULCE: -Es imposible, Annie-
ANAHÍ: -Sabes que no es imposible, Dulce. ¿Te ha bajado ya?- preguntó con un tono maternal, sentada en la mesita y tomando a su hermana de la mano.
DULCE: -No-
ANAHÍ: -¿Hace cuanto que no?-
DULCE: -Una semana-
ANAHÍ: -Lo justo-
DULCE: -¡No Annie, esto no puede ser!- dijo algo nerviosa, levantándose de la silla.
ANAHÍ: -Tranquilízate y siéntate- exigió.
DULCE: -Yo soy regular, y si no me ha bajado es que...- se tomó la cabeza con las manos –No puede ser- susurró.
ANAHÍ: -Tienes que sacarte la duda-
DULCE: -¿Qué voy a hacer?-
ANAHÍ: -Deberías contarle a Ucker lo que está pasando-
DULCE: -¿Y si no... y si no... le agrada?-
ANAHÍ: -¡¿Estas loca verdad?! ¡Eres la única que no se da cuenta lo enamorado que está él de ti, lo tanto que desea tener un hijo contigo! Dulce, tienes que decírselo-
DULCE: -¿Y si mejor me hago la prueba y ya cuando esté segura se lo cuento?-
ANAHÍ: -No Dul. Es tu novio, y tiene que estar cuando te la hagas. Así el resultado sea negativo o positivo-
DULCE: -Tengo miedo-
ANAHÍ: -Todas tenemos ese miedo- dijo abrazándola –Pero primero lo primero, si hay un bebé allí sabes que estamos contigo pase lo que pase. A Ucker le encantará tener un hijo tuyo, Dul-
UCKER: -¿Un qué?- preguntó acercándose a ellas.
ANAHÍ: -Ucker-
UCKER: -Supuse que se sentía mal, ha estado así toda la mañana. Dulce ¿tú estás embarazada?- preguntó seriamente. Annie le hizo una seña a su hija y los dejaron solos.
DULCE: -No- negó –No, solo hablábamos de los futuros hijos- Ucker la miró extraño.
UCKER: -Te has sentido mal y...-
DULCE: -¡No Ucker! No te preocupes, no estoy embarazada-
UCKER: -No es algo que me preocupe, porque sabes lo que pienso. Pero ¿como estás tan segura?-
DULCE: -¿Tú quieres tener un hijo conmigo?- Ucker sonrió levemente y se acercó más a ella, tomándola de las mejillas con sus manos y pegando su frente a la suya.
UCKER: -Me encantaría. Nada me haría tan feliz que ser el padre de tus hijos, mi amor. Dulce, te amo y me harías el hombre más feliz si en este momento me dices que estás esperando un hijo mio- Dulce se emocionó, dejando salir unas lágrimas.
DULCE: -No se si estoy embarazada, pero a mi también me encantaría tener un hijo contigo Ucker. Las cosas están mejor entre nosotros, y si intentamos seguir así, me encantaría darte un hijo. Pero a la vez tengo miedo que nada funcione, y quedarme sola con mi hijo-
UCKER: -¡Ey no! Jamás, escúchame bien...- hizo que lo mirara a los ojos –Jamás dejaré ni a mi hijo ni a ti-
DULCE: -Pero...-
UCKER: -Pero nada Dulce- la frenó –Así me pegues, me eches, me maltrates estando embarazada, yo jamás te dejaré- Dulce no pudo evitar reír.
DULCE: -Jamás te maltrataría- dijo con una sonrisa.
UCKER: -Pues, fíjate que algunas mujeres se ponen agresivas y maltratan a sus maridos cuando están embarazadas- Dulce rió con más ganas.
DULCE: -No. Jamás lo haré. Te amo-
UCKER: -Y yo a ti, cariño- Dijo antes de acercarse a los labios de ella, atrapándolos en un tierno pero largo beso.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora