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¡Oh, por Dios! Era lo único que Anahí podía emitir además de los jadeos y gemidos. La sensación que sentía le hacía hasta perder el aire y hasta las manos le dolían de aferrarse tan bruscamente de las sábanas.
Oía la respiración agitada de Alfonso y el aliento tibio sobre su oído. Las rodillas no la iban a sostener mucho tiempo más, mucho menos sus brazos. En esa posición no podía hacer más que sostenerse de donde fuera. No podía tocar a Alfonso, se le hacía difícil, porque además si se dejaba de sostener sentía que iba a desplomarse sobre el colchón.
Cuando se sintió en la cima se abandonó y disfrutó la sensación de sentir en su bajo vientre algo parecido a tirarse de una montaña con los ojos cerrados. No pudo más y su cuerpo se desplomó inerte sobre las sábanas que segundos antes casi desgarró.

Por otro lado, no muy lejos de allí, Dulce y Ucker tomaban una cerveza sentados en la alfombra de la casa, reposando sus cuerpos sobre el sofá.
DULCE: -No me siento embarazada. Tal vez no lo esté-
UCKER: -¿Tú crees?- Dulce asintió.
DULCE: -No siento nada extraño, no me siento diferente-
UCKER: -Bueno, pero si no estás podemos empezar a buscar- dijo acercándose a su cuello.
DULCE: -Pero... Ucker- lo frenó.
UCKER: -¿Qué pasa?-
DULCE: -Ni siquiera vivimos juntos-
UCKER: -Mañana mismo te mudas a mi depa. No quiero vivir más lejos de ti-
DULCE: -¿No estamos yendo demasiado rápido?-
UCKER: -No mi amor. Dulce, yo te amo, tú me amas... Intentémoslo ¿si? Te prometo que no te arrepentirás- Dulce sonrió y asintió.
DULCE: -Pero no quiero dejar mi departamento. Mira, es grande, y el día de mañana cuando tengamos un bebé tendrá su habitación. Ucker, tu depa es chico. Mejor vente tú- dijo sonriendo –Por favor-
UCKER: -Como quieras preciosa. Yo contigo vivo hasta en un parque-
Se acercó a sus labios y la besó con ternura, para luego convertir el beso en algo más pasional y brutal.
La alfombra no era un lugar cómodo, pero no querían perder tiempo en ir hasta la habitación, por lo menos Ucker no quería, dado a que comenzó a desnudarla allí mismo.
Cuando la tuvo totalmente desnuda, fue Dulce quien se encargó tiernamente de él, quitándole toda la ropa.
UCKER: -Quiero que me des un hijo- le susurró en el oído, ambos ya desnudos.
DULCE: -Házmelo. Hazme un hijo Christopher- pidió con la respiración agitada.
UCKER: -¿Que posición probaremos para encargar a nuestro hijo?- preguntó con la voz ronca, y un poco burlón.
DULCE: -La que quieras, pero hazlo ya- Pidió al sentir como el sexo de Christopher rozaba con el suyo casi quemándola.
UCKER: -La medusa, cariño. Te quiero susurrar al oído y quiero acariciarte lo más que pueda mientras pongo mi semilla en ti-
DULCE: -¡Si Ucker!- jadeó.
Christopher se arrodilló y posicionó a Dul encima suyo. Quería que esta vez Dulce llevara el control, y se entregó a su voluntad.
Dulce descendió hacia su sexo, rozándolo con su intimidad y lo besó. Entendió que en esa posición Ucker le había dado el control de la situación, así que lo haría, como pocas veces. Ella siempre se entregaba a él, era él mismo quien la manejaba como quería en la cama, y ella se dejaba porque le encantaba. Si bien jamás le gustó que la manejaran, en la cama era algo totalmente distinto. Pero hoy sería su turno.
Lo besó mientras sus senos rozaban con el pecho de Christopher, volviéndolo loco. Ucker quería ser tierno y tan solo acariciarla. Ella sería la del control, ella lo iba a guiar. Así que solo se limitó a tocar cada parte trasera; su cuello, su espalda, su cintura, sus caderas y hasta sus muslos. Lo hacía de una manera que a Dulce la volvía loca, y es que cada caricia de Christopher le hacía perder el control. Jadeó con cada roce.
Él apoyó el glande suavemente en la vagina de Dulce y lo frotó con el clítoris, haciendo jadear a su chica.
Dulce se frotó lentamente, pero cuando ya no le bastaba lo hizo más rápido. Sus brazos rodearon el cuello de su novio, su mentón estaba apoyado en el hombro de él mientras cerraba fuertemente sus ojos. Ya sentía un dolor placentero en su vientre... estaba por llegar aún sin ser penetrada, simplemente con el roce de sus sexos.
Dejó de abrazar a Christopher con los dos brazos, y bajó una mano hasta el miembro de él penetrándose ella misma. No iba a soportar mucho más, y quería que él acabara en su ser. Apoyó sus manos en los hombros de este y siguió con el mismo ritmo, en círculos, mientras Ucker la tomaba de las caderas.
Él tenía que entregarse estoicamente a los movimientos de su novia, se había prometido dejarse dominar, pero no iba a soportarlo más. Así que, mientras Dulce se movía, él la abrazó fuertemente acercándola más a su cuerpo y la ayudó con los movimientos.
Como había dicho, sus rostros estaban demasiado cercas que podían oír y sentir las respiraciones del otro.
UCKER: -Te amo Dulce. Te amo tanto chiquita-
DULCE: -Yo... te amo a ti- respondió sin respiración.
UCKER: -Me darás un hijo- afirmó –Serás... serás siempre mía- Gimió en su oído y le mordió el lóbulo de la oreja suavemente –Te amo-. Sintió las paredes vaginales contraerse alrededor de su miembro, apretándolo placenteramente y se libró junto a ella, junto a Dulce, la mujer de su vida, la futura madre de su futuro hijo.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora