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Dulce seguía con Ucker en su departamento. No habían pasado mas que de besos mientras hablaban.
DULCE: -Y eso. Nunca tuve nada serio con nadie, prefiero evitar el compromiso-
UCKER: -¿Con nadie?- Preguntó curioso.
DULCE: -Bueno, si tuve... pero no funcionó, por eso prefiero evitarlo-
UCKER: -Yo te entiendo. Yo también tuve una relación que no funcionó y me rompió mucho el corazón, por eso también le huyo al compromiso-
DULCE: -¿Me quieres contar?- le preguntó en un susurro, acariciándole la mano.
UCKER: -Pues... fue hace un tiempo, unos años. Estaba enamorado de ella, hacía todo por ella y me manejaba a su antojo, era su perrito faldero- apretó los puños y su mirada se puso oscura al recordar Estaba ciego de amor, tanto que no me daba cuenta de que me ponía los cuernos-
DULCE: -A mi me pasó exactamente lo mismo. Lo peor de todo es que si estaba enamorada, segura de que él era el hombre de mi vida, mi futuro marido y padre de mis hijos. Pero era una chiquilla, y me dejé endulzar por él. Me engañaba con cualquier cantidad de mujeres, con golfas que se le ofrecían. Lo que más me dolió fue que me mintiera cuando yo ya sabía la verdad- Bajó la vista, sus ojos se cristalizaron.
UCKER: -Pero eso ya es pasado. Hay que olvidarlo, Dulce-
DULCE: -Ya lo olvidé-
UCKER: -No lo has hecho, sino no te pondrías así-
DULCE: -¿Y tu? ¿Ya la olvidaste?- Christopher asintió.
UCKER: -Si lo he hecho, hace mucho. No me causa nada recordarla. Es pasado- La miró –Dulce... a mi me gustaría que llegáramos a algo. Que salgamos, nos conozcamos bien...- Dulce carraspeó y se acomodó mejor en el sillón.
DULCE: -Ucker... Mira, yo... No estoy acostumbrada a esto. Te voy a decir la verdad, nunca conozco a un hombre, solo surgen cosas y ya. Pero esta vez es distinto y sinceramente me gustaría conocerte, pasar mas tiempo contigo... Pero... no puedo prometerte nada por el momento. Si quieres nos conocemos, como amigos, o tal vez como amigos con derechos... pero nada más. Yo aún no estoy preparada para estar con alguien. Es decir, no estoy preparada para que me vuelvan a romper el corazón-
UCKER: -¿Por qué piensas que yo te voy a romper el corazón como lo hizo él?-
DULCE: -Porque me dijeron como eres. Está bien, no tengo que juzgarte sin conocerte, pero sé el tipo de hombre que eres... eres como yo. No te gustan los compromisos, y a mi tampoco-
UCKER: -Contigo podría cambiar eso. Dulce...- le tomó las manos –Me gustas de verdad, me vuelves loco y de corazón, quisiera que me des chance- Dul bajó la mirada y se quedó en silencio un largo rato. Ucker sentía que había pedido mucho. Luego de unos minutos habló.
DULCE: -Mira Ucker... Por el momento es solo eso lo que te puedo ofrecer. Tal vez, con el tiempo, las cosas cambien y quiera intentar algo serio. Pero por ahora es eso- Christopher asintió.
UCKER: -Por lo menos me das chance de estar contigo- Dulce sonrió de lado y asintió con un gesto. Él se sentía sorprendido, ya le había dicho todo a Dulce, se sentía liviano. Ahora quedaba disfrutar, e intentar conquistas su corazón.

Anahí estaba algo despeinada, sus mejillas rojas como era de costumbre y Poncho la miraba atónito.
PONCHO: -¿Eres Anahí? ¿Dónde está mi mujer? Creo que me la cambiaron- bromeó mirando hacia todos lados como buscándola.
ANAHÍ: -Ya Poncho- sonrió avergonzada y le dio un suave golpe en el brazo. Él la abrazó.
PONCHO: -Me gusta esa fiera- Anahí seguía avergonzada –Ya bebé no tengas vergüenza-
ANAHI: -Bueno... es que nunca lo había hecho y... contigo soy otra. Poncho me vuelves loca- Se subió encima de él y volvió a besarlo de la misma manera que antes. Poncho se sorprendía cada vez más de los actos de Anahí.

Alfonso acarició suavemente todo el cuerpo desnudo y suave de su mujer, cada centímetro de piel, mientras ésta lo volvía loco con la boca... con esos besos que lo hacían delirar.
Anahí se separó un poco y bajó su mano hasta donde se encontraban sus intimidades rozándose. Se echó un poco más para atrás y bajó su vista hasta el miembro de Poncho que estaba erecto, rozándola. Comenzó a bajar un poco más, su rostro había solo llegado hasta la pelvis de éste cuando Alfonso la tomó y la volteó, quedando él ahora encima.
Ella ya había hecho mucho por el unos minutos atrás, ahora le tocaba a él.
Ella estaba agitada, recostada en la cama mientras él la admiraba desde arriba. Anahí era una mujer bellísima, hermosa ¡Y era su mujer! Cada vez que la veía así, en ese estado, llena de placer, se enamoraba mucho más de ella. Sonrió y ella trató de tomarlo de la nuca, para atraerlo y besarlo en la boca, pero el no cooperó. Se la quedó mirando a los ojos, enamorado.
Anahí rodeó el cuerpo con sus brazos y pierna, y entonces sí logró besarlo. Alfonso la tomó de las caderas y la colocó sobre su miembro. Annie ahogó un grito.
ANAHÍ: -Ya Poncho- exigió con la voz entre cortada.
PONCHO: -Dime lo que quieres- Anahí no podía hablar, estaba sofocada al sentirlo asi.
ANAHÍ: -Por... favor...-
PONCHO: -Dímelo- volvió a exigir él.
ANAHÍ: -Te... te quiero ya, dentro mío. Quiero... quiero sentirte profundo- Él besó su cuello. Ella se movió sobre él y en su interior sintió como él se tensaba y crecía aún más. Fascinada, volvió a moverse. Esta vez, Poncho la sujetó por la cintura y la miró llena de deseo.
PONCHO: -Anahí...- masculló él tratando de mantener el control.
De repente, él estaba maravillosamente profundo. Annie colocó sus manos sobre los hombros de él, lo miró a los ojos y empujó un poco más. Alfonso gimió y echó la cabeza hacia atrás. Nuevamente ella llevaba el control.
Anahí comenzó a moverse rítmicamente, y Poncho estaba a punto de perder lo poco de cordura que le quedaba.
PONCHO: -Más despacio- pidió el hundiendo el rostro en el cuello de ella, pero Anahí no hizo ningún ademán de frenar su ritmo.
Ella decidió seguir la pista de su cuerpo, no de sus palabras, y comenzó a moverse más rápido. Percibió que él estaba a punto de perder el control, entonces ella se regocijó al verlo de ese modo.
La modelo le apartó el cabello el cabello de la cara y lo besó con la intención de hacerlo llegar a lo más alto. Estaba tan concentrada en el beso que no se dio cuenta de que él había metido una mano entre ambos, hasta que fue demasiado tarde. La acarició de una forma que le encantaba, la manera que sólo él sabía.
Unos segundos después, juntos, llegaron al orgasmo.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora