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AZUL: -No lo sé- suspiró abatida, volvió la mirada a su madre y rodó los ojos –O sea, no la creo capaz... pero tampoco sé que pensar- Frenó de golpe y abrió los ojos –No, ella no sería capaz, además me contó todo con lujos de detalles. No creo que ella sepa nada- expresó con una luz de esperanza de que no fuera verdad todo aquello del abandono –Pero si ella no miente... ¿entonces que ocurrió?- se preguntó mirando hacia un lugar desconocido de la casa. Su cara se transformó y volvió a mirar a las personas que estaban delante suyo -¿Y ustedes?- Ahí venían otra vez las lágrimas –Ustedes nunca me dijeron nada, y siempre lo supieron. Dejaron que yo esté con ella sin saber que era la mujer que me había traído al mundo- se secó las lágrimas, tiró sus cosas al piso y salió corriendo de allí con todas sus fuerzas, Poncho y Maite la siguieron pero cuando llegaron afuera del edificio no la encontraron. Poncho buscó por todos lados a Azul y ya rendido volvió al departamento donde e encontraba una Maite desesperada. Llamaron a casa de todas sus amigas y allí no estaba, llamaron también a Dulce pero tampoco estaba con ella, así que llamaron a la última persona que les quedaba.
PONCHO: -Annie, necesito saber si Azul está contigo-
ANAHÍ: -No, Azul no está conmigo, yo estoy en el estudio ¿Paso algo grave?-
PONCHO: -Tuvimos un problema, escuchó algo, discutimos y se puso como loca y salió corriendo, llorando. Por favor, Maite y yo necesitamos hablar contigo cuanto antes, si es posible antes de que veas a Azul-
ANAHÍ: -Ok, pero tengo que ir a dejar unas cosas a mi casa, luego voy a tu casa-
PONCHO: -Por favor que no pase de hoy, te esperamos. Ah, y si sabes algo de Azul por favor llámame-
ANAHI: -Bien- Colgaron.
MAITE: -Poncho, mi niña ¿Dónde estará?-
PONCHO: -¡Donde se habrá metido!-
MAITE: -No quiero que nada le pase- Poncho la abrazó.
PONCHO: -Tranquila, nada le pasará. Sabe cuidarse, tal vez necesita un tiempo sola y esté en alguna plaza-
MAITE: -Espero. Si le pasa algo me muero ¿viste como estaba? No era la forma para que se enterara de la verdad.

Azul caminaba por las calles, destrozada, con su cara empapada en lágrimas y sin saber que hacer. Había salido corriendo de su casa, no quería saber nada con nadie, le habían mentido toda su vida, habían inventado una vida que no era suya ni era verdadera... le habían ocultado su identidad. Se sentó en el cordón de una calle sin saber que estaba cerca de la casa de alguien.
AZUL: -No puede ser, no puede ser, Diosito por favor, ayúdame a aclarar estas dudas que tengo. Annie es mi mamá, quiero creerle, pero a la vez me inunda un miedo que recorre cada parte de mi cuerpo, ese miedo a ser rechazada por la mujer que me dio la vida. Necesito saber como son las cosas, necesito saber si fue capaz de regalarme como si fuera un perro... Quiero aclarar todo esto, por favor- Apoyó su cara en sus rodillas unos minutos, pero luego se levantó secándose las lágrimas y tomando fuerzas –Tengo que averiguar yo misma que fue exactamente lo que ocurrió-

Por otro lado Annie terminó de hacer sus cosas y fue a su casa. Al entrar sintió como alguien lloraba. Se asustó y prendió la luz, encontrándose con Azul llorando, con los ojos rojos, la cara empapada en lágrimas y casi sin consuelo.
ANAHÍ: -Ey amor ¿Qué sucede princesa?-
AZUL: -Annie...-
ANAHÍ: -¿Qué pasa amor?-
AZUL: -Dime que no es verdad-
ANAHÍ: -¿Qué cosa?-
AZUL: -Dime que no me abandonaste como dijo mi papá- Annie esta confundida, no entendía a lo que la adolescente se refería. -¿Me abandonaste?-
ANAHÍ: -¿Abandonarte? A ver, no te entiendo Azul- Dejó sus cosas y se acercó a la chica que estaba unos metros alejada de ella. –Ven, siéntate- la tomó de la mano pero le extrañó la reacción de la chica, que no dejó que la tocara.
AZUL: -Aquí estoy bien. Solo respóndeme-
ANAHÍ: -Si me explicas podré responderte, pero no se de que hablas-
AZUL: -Me acabo de enterar que...- Tomó una bocanada de aire -¿No sientes nada por mi?- cambió rotundamente el camino de su respuesta. Annie la miró confundida, estaba realmente mareada, no entendía nada.
ANAHÍ: -¿Si siento algo? ¿A que te refieres?- Le tocó la cara, esta vez la chica se dejó acariciar y cerró los ojos –Te quiero, y siento muchas cosas bonitas por ti. Eres... no sé, eres como una amiga. No sé verte de otra manera que esa, o tal vez si, como una hija- Ante esa respuesta el llanto de Azul no cesaba, al contrario, era cada vez mayor –Pero... ¿Por que me lo preguntas, amor?- Le preguntó la modelo con una tierna voz -¿Qué te sucede?-
AZUL: -Yo no sé que pensar- respondió abatida -Me mintieron, me mintieron toda la vida-
ANAHÍ: -A ver princesa- la tomó de la cara con sus manos y con sus pulgares secó sus lágrimas –Tu papá me ha llamado, está preocupado ¿Qué paso?- La niña volvió a llorar y se volvió a aferrar a Anahí. –Azul, me preocupas mi vida ¿Qué sucede? ¿En que te mintieron?-
AZUL: -No me importa si es el modo o no, pero te lo voy a preguntar y quiero que me respondas con sinceridad. Annie...- No podía contener el llanto.
ANAHÍ: Le secó las lágrimas con sus manos –Cálmate y cuéntame ¿si?- Azul asintió y tomó aire, luego lo largó y se secó las lágrimas que no cesaban.
AZUL: -Me mintieron, mis papás me mintieron y me acabo de enterar de algo, y quiero que me digas si es verdad- Tomó aire y quedó unos segundos en silencio –Aquella niña que tú tuviste... no murió- A la castaña se le paralizó el corazón ¿Qué le estaba diciendo esa chiquilla? Su hija estaba muerta, ella misma la vio.
ANAHÍ: -Azul, no juegues con eso ¿si? Mi hija nació muerta, yo la vi-
AZUL: -No, no Annie, no estoy jugando. Esa niña está viva y...-
ANAHÍ: -No, basta-
AZUL: -¡Esa niña soy yo!- gritó en medio del llanto. Annie sintió que moría, no podía creer lo que escuchaba... eso no podía ser cierto, su bebé había muerto y ella misma lo había comprobado.
ANAHÍ: -No Azul, debes estar equiv...- vio como la niña la miraba -no puede ser- continuó.
AZUL: -Me acabo de enterar, mi papá me lo afirmó-
ANAHÍ: -¿Qué?- No daba crédito a lo que escuchaba, pero incontrolablemente las lágrimas se asomaron por sus ojos azules. Sintió que sus piernas no le respondían y su cuerpo temblaba. Se apoyó en un mueble y quedó inmóvil, asimilando lo que había escuchado.
AZUL: -Eres mi mamá- sollozó –Mi papá dijo que me abandonaste ¿es verdad?-
ANAHÍ: -Mi hija... No- Ya no podía sostenerse de pie, entonces se sentó en el sofá –Mi hija... no puede ser, mi hija está... muerta-
AZUL: -Si quieres llamo a mi papá para que te lo diga, pero... yo soy tu hija- A la castaña no le salían las palabras, tenía la mirada perdida y las lágrimas caían sobre sus mejillas. Al ver que Anahí no reaccionaba se sentó a su lado y la miró -¿Annie?-
ANAHÍ: -No entiendo nada- Ahora la que lloraba desconsoladamente era ella.
AZUL: -Mi papá dijo que me dejaste en el Bar donde el trabajaba, en Cancún, con una nota diciendo que no podías cuidarme-
ANAHÍ: -No. Yo no... Está confundido, yo no dejé a mi hija, ella nació sin vida. Me la mostraron, mi papá me...- la miró cayendo en cuenta –¡Mi papá!-
AZUL: -¿Qué con tu papá?-

*FlashBack*
ENRIQUE: -Ese niño no debería nacer. Te arruinará la vida Anahí, eres apenas una niña-
ANAHÍ: -Yo voy a tener a mi hijo. Papá. Te guste o no te guste-
ENRIQUE: -Te vas a arrepentir, Anahí. Tengo a alguien que hará un buen trabajo, no dolerá-
ANAHÍ: -Eres un desalmado. No voy a matar a mi hijo-
ENRIQUE: -¿Quieres arruinarte la vida? Yo no permitiré que te arruines la vida por ese escuincle. Te lo juro-
*FinDelFashBack*

ANAHÍ: -No le creí, no le presté demasiada atención a su amenaza- respondió atónita –Necesito hablar con Poncho-
AZUL: -No me contestaste ¿me abandonaste?-
ANAHÍ: -¡Yo no abandoné a nadie!- gritó llorando, pero luego arrepintiéndose de haber gritado, pero todo esto la superaba –No sé que pasa aquí, y necesito saberlo- Se calmó y caminó hacia la puerta, Azul la siguió. El viaje lo hicieron en total silencio, Annie no entendía lo que pasaba ¿Qué era eso de que ella había abandonado a su hija? Estaba casi segura de que Azul se había confundido, y de que Poncho no decía la verdad. Ella no sería capaz de abandonar a su hija, y quería aclarar esto lo antes posible. En cuestión de minutos llegaron a la casa de los Herrera. Al abrirse la puerta Maite y Poncho se pararon casi al mismo tiempo y miraron hacia allí, donde se encontraban Annie y Azul destrozadas, con los ojos hinchados de tanto llorar. Azul con una mirada de odio y Annie con una mirada de estar buscando una respuesta.

En otro lado.
DULCE: -Sería una buena oportunidad, pero Annie no querrá irse del país por mucho tiempo-
TONY: -Por lo menos que firme el contrato por un mes. Dulce, será grandioso, la marca pagará mucho para que Annie sea su figura-
DULCE: -Lo tengo que consultar con ella. Sé que es una buena oferta, pero ahora las cosas son distintas-
TONY: -Nada la aferra aquí. Dulce, convéncela de que firme por un mes, luego si le gusta que lo haga por un tiempo más prolongado-
DULCE: -Es cierto. No podríamos perder esa oportunidad. Ok, te prometo que haré lo posible, pero no te prometo nada-

Volviendo a la casa de los Herrera.
MAITE: -Azul... Annie-
PONCHO: -¡¿Donde te habías metido Azul?! Llevamos una hora buscándote-
MAITE: -Cálmate Poncho, no grites- Ahora dirigió la mirada a las mujeres que se encontraban cerca de la entrada –Annie... ya te habrás enterado-
ANAHÍ: -La verdad no entiendo nada de esto y necesito que me expliquen- desvió su mirada hacia la de Poncho –Dime la verdad y no juegues con mis sentimientos, por favor-
PONCHO: -No juego y no miento, TÚ, tú Anahí la abandonaste-
ANAHÍ: -¿Qué?- Volvió a llorar sin entender, esto cada vez estaba mas oscuro – ¡Poncho, mi hija nació muerta! ¿Cómo dices que Azul es mi hija cuándo yo misma vi a mi bebé allí, en una camilla fría sin vida?-
PONCHO: -No mientas Anahí-
ANAHÍ: -¡No miento caray! No estoy mintiendo- Se abrazó con sus propios brazos -¿Qué ganas con recordarme ese dolor?-
PONCHO: -Me mandaste a la niña en una canasta como si fuera un perro, con una simple hoja que decía que no podías hacerte cargo- Anahí lo miró a los ojos, Poncho estaba furioso, sus ojos estaban oscuros de la rabia. Ya no soportaba tanto dolor, sentía que el corazón se le encogía y su cuerpo ya no le respondía. Todo a su alrededor dio vueltas, escuchaba el llanto de Azul a lo lejos y los reclamos del fotógrafo le retumbaban en los oídos. Un frío la envolvió y no supo más nada. El pequeño y frágil cuerpo de la modelo cayó en los pies de Azul, que inmediatamente se arrodilló a su lado.
MAITE: -¿Como le dices todo así Poncho?- gritó furiosa Maite -¿Te das cuenta? ¡Parece que no sabe nada y tú le seguiste reclamando!- Se retiró del lugar furiosa en busca de alcohol para despertar a Anahí.
AZUL: -No sabía nada... ella es inocente- Lloraba al lado del cuerpo inconsciente e inmóvil de la modelo. Poncho reaccionó y la tomó en sus brazos para dejarla delicadamente sobre el sofá. Maite apareció con alcohol e hizo que la castaña lo inhalara. Poco a poco Anahí fue tomando consciencia, despertándose y encontrándose con los tres a su alrededor. –Annie ¿estás bien?- Ésta se incorporó rápidamente recordando lo sucedido y volviéndose a marear.
MAITE: -Tranquila Annie, quédate quieta, te traeré un vaso de agua- La morena caminó hacia la cocina en busca de agua para Annie, dejando a padre e hija con ella.
ANAHÍ: -Mi papá me mintió- Lloró Anahí –Durante todo el embarazo me juró que no iba a dejar que me arruinara la vida...- recordó incorporándose despacio y sentándose –Quiero que me cuentes todo- Se dirigió a Poncho que la miraba seriamente –Poncho... ¿me crees capaz de semejante cosa?- El fotógrafo no sabía que pensar, obvio no creía a Annie capaz de semejante cosa pero... ¿entonces que diabl*os estaba pasando? ¿Cómo se dejó engañar fácilmente? ¿Cómo no buscó a Annie cuando, en el fondo sentía que ella no era capaz de actuar así? Se sentó derrotado y cansado al lado de esa mujer que lo miraba dolida.
PONCHO: -No te creo capaz de eso, me dejé engañar fácilmente. Cuando leí esa nota yo sentía en el fondo de mi corazón que no podías ser tú la que había escrito eso, pero no sé por qué no te busqué-
AZUL: -¿Entonces si soy tu hija?- le preguntó, pero Anahí desvió su mirada ahora mirando a Alfonso, preguntándole si ella era su niña.
PONCHO: -Eres mi hija Azul, hice un ADN para asegurarme y si lo eres, y si... Annie es tu mamá-

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora