Azul llegó a su casa alrededor de las 12 del mediodia, con un aspecto realmente horrendo. El maquillaje corrido, el pelo revuelto y algo mareada. Le había dicho a Maite que luego de la fiesta se iba a quedar en casa de Brenda hasta la tarde, pero decidió volverse luego de dormir 5 horas en la alfombra de la casa.
La fiesta había estado increíble, la había pasado genial con sus compañeros y nuevos amigos. Como los padres de Brenda no se encontraban en México la fiesta se había descontrolado, había habido alcohol y muchas cosas más. Había terminado casi a las siete de la mañana, con la mayoría de los invitados en estado de ebriedad, entre ellos Azul, y a causa de la borrachera que tenían muchos de ellos se habían quedado algunos dormidos en el piso, otros en el sofá y unos en las camas que había en la casa.
Azul había despertado alrededor de las once de la mañana por un ruido en la cocina, a unos pasos donde ella se encontraba "tirada". Su cabeza le explotaba y la resaca le estaba dando su castigo por haber tomado incontrolablemente. Un poco somnolienta se levantó y fue hacia donde provenían los ruidos, donde se encontró a un chico en la cocina sirviéndose un poco de agua. Era Pedro, con quien ella había estado bailando toda la noche y con quien la había pasado muy bien. La situación se había puesto algo caliente, el alcohol la había puesto "cachonda" y a parte de besos había ocurrido otras cosas mas entre ellos, pero que no pasaba de toqueteos y besos extremadamente impetuosos. Azul no se reconocía, no sabía el efecto que le podía causar el tomar tanto alcohol, y un tanto avergonzada decidió hablar con Pedro. El chico se disculpó, pero le confesó que ella le gustaba y que le encantaría conocerla más.
Luego de hablar por largos minutos con Pedro, Azul fue hasta la habitación donde se encontraban durmiendo todas despatarradas Brenda, Maia y otras más que eran amigas de sus amigas. Rió al verlas en ese estado, de Maia lo esperaba pero de Brenda nunca, de hecho le había prometido a Maite que ella cuidaría que Azul se no se descontrolara, y al final la primera que se descontroló esa noche fue ella misma. La iba a despertar para decirle que se iba, pero no lo hizo, no era momento de hablar, ella quería que llegar a su casa, darse un baño y dormir cómodamente en su cama y no en el piso, con vasos, botellas y personas en peores estados que ella. Echó una mirada a todo y buscó su bolso, al encontrarlo salió de la casa en busca de un taxi que la llevara hasta su casa.
Unos minutos después estaba en la puerta del departamento, faltaban cinco minutos para que sean las doce del medio dia y supuso que su madre ya estaría despierta y almorzando. Buscó sus llaves unos largos minutos, hasta creyó haberla perdido pero estaban escondidas en un rincón. Abrió y no vio a su madre allí, tal vez había salido a comprar comida rápida, mucho mejor, no podía verla en ese estado. Ella jamás se había descontrolado asi, de hecho nunca había tomado pero no podía tomar agua o gaseosa en una fiesta así, entonces aceptó tomar un poco de tequila que le invitó un grupo de chicas. Al principio sintió como le ardió la garganta, pero luego de otros shots ya estaba un tanto entrenada y le había gustado.
Se sacó los zapatos para no hacer ruido y se encaminó hacia su cuarto, pero una voz la frenó. Azul al descubierto. Maite había estado preparando el almuerzo como nunca antes y al escuchar la puerta abrirse se acercó hasta la sala encontrándose a su hija en un estado patético, como nunca la había visto.
MAITE: -¡¿Qué te pasó?!- preguntó asustada por el estado de la adolescente.
AZUL: -Me acabo de despertar, dormí apenas unas horas y necesito dormir más... estoy cansada- respondió la chica un con los ojos un poco cerrados. Los párpados le pesaban, no quería hacer nada más que apoyar su cara en la almohada y dormir hasta el otro día.
MAITE: -¡Mira como estás!- Se acercó a su hija y el olor a alcohol emanaba hasta de su cabello. -¿Te emborrachaste?- pregunto seriamente. La niña bufó.
AZUL: -No. Solo tomé un poco-
MAITE: -¿Desde cuando tomas?- Azul levantó la ceja y abrió un poco mas los ojos.
AZUL: -Desde anoche-
MAITE: -¿Qué tomaste?- cuestionó la modelo.
AZUL: -Tequila- contestó como si nada.
MAITE: -¡¿Tequila?! Azul, prometiste portarte bien y...-
AZUL: -Me porté bien- expresó lanzando su bolso y apoyándose en la pared mientras largaba un suspiro.
MAITE: -¡Estas borracha!-
AZUL: -No lo estoy mamá-
MAITE: -¡Si que lo estás! ¡Mírate, se te traba la lengua Azul!-
AZUL: -No...- se tomó la frente y se echó para atrás un rebelde mechón que caía por su cara –No estoy... borracha- contestó con pesadez. –Solo tomé un poquititito de más- rió.
MAITE: -Azul...-
AZUL: Shhh... mi cabeza- se quejó cerrando los ojos y apoyando la cabeza en la pared.
MAITE: -Por Dios, prometiste portarte bien. Jamás pensé que ibas a tomar y mucho menos imaginé que ibas a regresar así. Azul, tu papá se llega a entrar y te castiga por un año-
AZUL: -No se va a enterar- abrió los ojos y miró a su "madre". –Solo me divertí, no hice nada malo-
MAITE: -Hay otras formas de divertirse, Azul- la retó.
AZUL: -Ya, pero me ofrecieron y me animé- bostezó y caminó hacia el sofá -Lo probé y me gustó, pero te juro que no fue mucho- dijo mientras se recostaba en el sofá.
MAITE: -Te sientas bien y me escuchas-
AZUL: -Ma, no estoy de ánimos...- se frotó los ojos que se le cerraban involuntariamente –Luego ¿si?-
MAITE: -¡Que luego ni nada! Me vas a escuchar, porque tus padres no están aquí y por lo tanto soy la única responsable de ti, así que me escuchas- La adolescente suspiró cansada y asintió.
AZUL: -¿Me dejas...?- pensó -¿Qué te iba a decir?- Preguntó, olvidandose de lo que le iba a preguntar a su madre.
MAITE: -Si estás mal. Ve a bañarte, hueles a alcohol y cigarrillo-
AZUL: -Yo no fumé... nada, no fumé- lanzó una carcajada que rebotó por toda la casa –Ahora que me acuerdo, casi me ahogo con el humo...- contó divertida mientras Maite la miraba con el seño fruncido y realmente enojada. –Me picaba la garganta... para aliviarla quise tomar agua... ¿sabes lo que era?- volvió a reir -¡¡Era tequila!!-
MAITE: -¡Ya, ya! Esto es suficiente, te vas a bañar y luego me vas a escuchar seriamente- La tomó del brazo y la levantó para llevarla hasta el baño. -¿Cómo llegaste hasta aquí si apenas puedes mantenerte en pie?- preguntó enojada viendo como las piernas de Azul flaqueaban.
AZUL: -El taxista me trajo. Solo le di la dirección y me dormí en su coche, me despertó gritándome ¡Nena, ya llegamos!- contestó imitando al taxista y riendo al recordar la situación.
MAITE: -Por Dios! Y yo tranquila aquí pensando que esa fiesta era la más tranquila que podía existir-
AZUL: -Iba... iba... a ser tranquila... pero...- suspiró y se sentó en la punta de la tina con ayuda de la modelo –unos chavos trajeron tequila y cerveza... los padres de Brenda no estaban y... y... ya sabes- contó mientras Maite le quitaba la ropa. Cuando ya estaba en ropa interior la metió en la bañera y abrió el grifo de agua fría. –¡Ahhh esto está helado!- se quejó.
MAITE: -Ni modo, te la aguantas. Te quedas un rato bajo el agua y luego te bañas ¿ok? Haré café y te espera una larga charla conmigo- exclamó la morena antes de salir.
Por otro lado, eran las diez de la mañana en Los Ángeles. Poncho le había dicho a Tony que Anahí no se sentia bien, si podían suspender las tomas por hoy y éste aceptó, asi que tendrían todo el día libre.
Luego de manejar unos largos minutos, Alfonso y Anahí llegaron a un maravilloso lugar donde se podía apreciar un gran lago con árboles a su alrededor, no había nadie cerca ya que estaba alejado de la gran ciudad.
ANAHÍ: -Tal y como quería estar, a solas contigo- cerró los ojos y dejó que la brisa la abarcara.
PONCHO: -¿Te gusta?- le preguntó mientras la abrazaba por atrás y dejaba un suave beso en su mejilla.
ANAHÍ: -Me encanta- respondió con una sonrisa apoyando sus manos en las de Poncho que se encontraban sobre su vientre. –No conocía este lugar-
PONCHO: -Yo lo descubrí en mi último viaje a Los Ángeles. Muy pocos saben de este lugar, o saben pero no vienen-
ANAHÍ: -Es muy tranquilo, si hubiese sabido de él hubiese venido las tantas veces que quise estar sola y no pude-
PONCHO: -Ahora ya sabes- La giró para que quedara en frente suyo –Señorita, tengo que pedirle algo-
ANAHÍ: -Mmm... ¿Algo como que?- se hizo la desentendida, obvio ya sabía.
PONCHO: -Como sabe, no puedo vivir ni un solo día más sin usted y quiero pedirle frente a este lugar hermoso frente a este gran lago y frente a este paisaje que será nuestro lugar, frente a este cielo hermoso...- le tomó la mano –Quiero pedirle señorita si me concede el deseo de ser su novio- Annie lo abrazó y juntó su boca con la de él, dándole su respuesta con un sincero beso.
ANAHÍ: -Si, si, si, si- contestó contra su boca. –Te amo-
Estuvieron unos minutos disfrutando el paisaje, de abrazos, besos y de la tranquilidad del lugar.
En México, Azul se había bañado y se había puesto una ropa más cómoda. Maite la esperaba con café y con un humor no muy compasivo.
MAITE: -Toma-
AZUL: -No puedo tragar nada-
MAITE: -No me importa, te lo tomas- exigió con un tono serio la morena.
AZUL: -Te juro que no lo vuelvo a hacer, me siento fatal- dijo con una mueca de desagrado.
MAITE: -Es la resaca, la cruda, como quieras llamarlo. Dices que no lo volverás a hacer mientras te sientes mal, pero luego vuelves a tomar-
AZUL: -Juro que no-
MAITE: -Azul, no te prohíbo tomar porque se que a todos los adolescente les gusta, pero me hubiese gustado que supieras controlarte y no regresaras borracha y en ese estado como apareciste-
AZUL: -Lo siento mamá- hizo una gesto cuando el líquido marrón tocó sus labios –Odio el café-
MAITE: -Te hará bien- se acomodó mejor en el taburete de la cocina –Ahora dime ¿Hiciste algo indebido?-
AZUL: -No. Solo tomé y probé el cigarrillo...-
MAITE: -¿Solo? ¡Eso si que no Azul, fumar no!-
AZUL: -Solo probé-
MAITE: -No lo vuelvas a hacer-
AZUL: -Mi mamá fuma...-
MAITE: -Pero tú eres chica. Yo también fumaba, pero ya lo dejé. Tú no fumes-
AZUL: -No voy a fumar, solo probé te dije-
MAITE: -¿Qué clase de fiesta fue esa? Brenda dijo que iba a ser tranquila, que no iba a haber alcohol-
AZUL: -Y no iba a haber, pero unos chavos trajeron bebidas y... ya sabes, nos tentó-
MAITE: -¿Sabes que hubiera pasado si tu padre estuviera aquí y te hubiese visto así? No te deja salir hasta que cumplas los 18 años de edad, y te castigaría... ¡lo sabes Azul! Agradece que fui yo y no tu padre-
AZUL: -Lo sé. ¿Le dirás?-
MAITE: -Debería. Pero no le voy a decir, solo si me prometes que no te vuelves a emborrachar-
AZUL: -Si. Perdón-
MAITE: -Tómate el café y no hay mas fiestas hasta que tus padres regresen-
AZUL: -Pero...-
MAITE: -Pero nada- interrumpió –No le diré a tus padres, pero tampoco habrá fiestas ni salidas hasta que ellos regresen. Lo siento- dijo y salió de la cocina dejando a su hija algo frustrada.
Mientras Anahí y Alfonso...
Poncho dejo unos segundos a Annie y fue hasta el auto a buscar una cosa. Volvió a los pocos minutos con su cámara Canon en las manos. No era la que usaba siempre para trabajar, esta era más chica pero no dejaba de ser buena. Annie sonrió.
ANAHÍ: -¿Nos vamos a sacar fotos juntos?-
PONCHO: -Mmm luego si quieres, pero primero quiero fotografiarte a ti sola-
ANAHÍ: -¿Asi en estas fachas?- señaló su ropa.
PONCHO: -Estás hermosa mi amor. Y si, asi. Natural como eres-
ANAHÍ: -Poncho, mira mis ojos luego de llorar, llevo poco maquillaje y...- Poncho la miró rendido –Está bien. Porque eres tú, sino no- El fotógrafo sonrió.
PONCHO: -Quiero que estés lo mas natural posible. No quiero poses, quiero que actúes como si yo no estuviese aquí con esta cámara- Anahí asintió y comenzó a caminar por el lugar, cerrando los ojos y disfrutando de la tranquila brisa del lugar que despeinaba un poco su cabello. Paró cerca del lago y se agachó a tocar el agua mientras jugaba con sus manos... Poncho la miraba con admiración y trataba de tomar la cantidad de fotos posibles. Si era por él se armaba un álbum con todas las fotos de su mujer, y lo iba a hacer, iba a hacer uno especial con momentos vividos a partir de ese día. Serían como fotografías de la vida de Anahí y tomadas nada más ni nada menos que por él.
Luego de tomarle fotos solamente a ella, y por insistencia de Anahí, se tomaron unas cuantas fotos juntos; unas abrazados, otras besándose...
ANAHÍ: -Quiero estar así siempre... ¿Me lo prometes?-
PONCHO: -Te prometo que vamos a estar siempre así. Annie, ya no me imagino mi vida sin ti. Quiero vivir todo contigo-
ANAHÍ: -Yo también. Quiero contarle a todo el mundo que estoy contigo, que estoy con el amor de mi vida- confesó mientras abrazaba a Poncho por el cuello.
PONCHO: -No quiero arruinar el momento, pero tengo que preguntártelo-
ANAHÍ: -Dime-
PONCHO: -Respecto a todo lo que sucedió... anoche-
ANAHÍ: -Yo les creo a ustedes. Dudé en su momento porque estaba furiosa, imagínate encontrar al amor de tu vida con tu hermana ¡No es nada agradable! Pero quiero pedirles perdón, a ti y a mi hermana no solo por dudar sino por como los traté-
PONCHO: -Yo no tengo nada que perdonarte. Pero Dulce...-
ANAHÍ: -Si- suspiró abatida –Sé que la traté mal, la traté como a una cualquiera y me arrepiento. Tengo que hablar con ella, a ver si me perdona-
PONCHO: -Lo hará porque te ama. Y comprenderá por que lo hiciste-
ANAHÍ: -Ojala- -Oye ¿Cómo crees que la habrá pasado Azul en la fiesta? Estaba muy emocionada- cambió de tema.
PONCHO: -Hace mucho no salía a fiestas, ya sabes, por nuestra vida nómade. Espero se haya portado bien-
ANAHÍ: -Mi hija es una santa-
PONCHO: -Si, como no- dijo rodando los ojos y sonriendo.
ANAHÍ: -'¡Oye! Si salió a mí-
PONCHO: -De eso no tengo ninguna duda, es igual a ti en todos los aspectos-
ANAHÍ: -Shi- habló como bebé y Poncho la acercó más a su cuerpo.
PONCHO: -No te das una idea cuanto te adoro, cuanto te quiero Anahí-
ANAHÍ: -Y tú no te das una idea cuanto te amo. Te quiero y te adoro, pero más te amo. Con todas mis fuerzas- se sinceró mirándolo a los ojos. Poncho rozó sus labios con los suyos pero Anahí tomó la iniciativa profundizando más el beso. Era un beso tierno, suave, lento... solo disfrutaban de su sabor y del amor que había en él.
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Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera |
FanfictionHistoria rescatada del foro unvision, la subo con el permiso de la autora. Todos los derechos reservados