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Annie despertó por el sofocante calor que sentía. Las sábanas estaban pegadas a su caluroso cuerpo y la mitad del cuerpo de Poncho reposaba sobre el suyo.
El sol que entraba por la ventana abierta le daba justo en la cara, y una capa de sudor cubría su frente. Se separó de Poncho que dormía profundamente y se levantó de la cama, aún desnuda. Tomó un corto camisón de seda, se recogió el cabello en un moño y suspiró, el calor era insoportable. Miró el reloj; apenas las ocho de la mañana, y el sol ya estaba fuertísimo. Buscó la píldora anticonceptiva que tomaba todas las mañanas y se la tomó.
Minutos más tarde tomó una refrescante ducha de agua fría, se colocó un bikini azul y arriba de ello se puso un pequeño short blanco que dejaba ver sus bronceadas piernas y una blusita de tirantes también color azul. Combinó unas sandalias bajas y mientras se recogía el cabello húmedo, se sentó en la cama.
Besó la mejilla de Poncho, luego su nariz, sus párpados y bajó a su boca. Poncho se movió con una sonrisa y despertó.
PONCHO: -Ey-
ANAHÍ: -Buenos días- Lo saludó con una sonrisa. Alfonso se incorporó y la miró.
PONCHO: -¿Ya estás arriba?-
ANAHÍ: -Son las ocho y media. No podía dormir por el calor que hace aquí-
PONCHO: -Si, hace mucho calor- La miró –Estás preciosa- Annie le respondió con una sonrisa y se acercó a besarlo –Amo tu aroma- aspiró el cabello y el cuello de la modelo. -¿Cómo dormiste?-
ANAHÍ: -Quitando el calor, el cansancio y tu cuerpo encima del mío, bien- bromeó con una amplia sonrisa haciendo reír a Poncho.
PONCHO: Déjame decirte que, quien durmió la mitad de la noche encima de mi cuerpo fuiste tú- Dijo apretándole suavemente la nariz con los dedos.
ANAHÍ: -Igual dormí rico- sonrió –Mucho más por la noche que pasamos- Se acercó y lo besó nuevamente –Casi había olvidado lo suave y dedicado que podías ser-
PONCHO: -Para que no lo olvides te lo recordaré todas las noches-
ANAHÍ: -Mmm me encanta la idea. Igual que me guste no quita que de vez en cuando me sorprendas con cosas... rudas-
PONCHO: -¿Cómo que?-
ANAHÍ: -Tus fantasías por ejemplo. No creo que sea hacerlo en una cama suavecito y tierno- Poncho soltó una carcajada y negó con la cabeza.
PONCHO: -Nada de eso. ¿Neta quieres saberlas?- Annie asintió. –Te las enseñaré algún día, cuando estemos solos en la agencia... allí quiero que sucedan mis fantasías-
ANAHÍ: -Muero por conocerlas- Confesó antes de besarlo intensamente y darle un mordisco al labio superior al fotógrafo. –Iré a ver a mis niños-
PONCHO: -En seguida voy- Dijo levantándose y dirigiéndose al cuarto de baño.

Anahí fue a la habitación de sus hijos y estaban los tres profundamente dormidos, así que prefirió ir a la cocina. Allí Carmela ya había preparado un gran desayuno con frutas, jugos, café...
Azul llegó dos segundos después que Annie, con el cabello húmedo y suelto, un short como el de su madre pero color azul, unos zapatos altos y una blusa blanca, un poco suelta, de bambula.
ANAHÍ: -Wow- Miró a su hija.
AZUL: -¡Buenas!-
ANAHÍ: -Buenos días, a las dos-
CARMELA: -Buenos días-
ANAHÍ: -¿A que se debe tanta... preparación? Me imagino que no saldrás a la playa con esos tacones-
AZUL: -Ah no. Es que... quería ir a recorrer un poco las calles, comprarme algo...-
ANAHÍ: -Y vas muy producida. Pero me gusta- Azul esbozó una sonrisa cuando su madre sonrió. -¿Segura vas solo de compras? ¿Vas sola?-
AZUL: -Es que... Quedé con Diego en una hora. Aquí cerquita, no iré lejos-
ANAHÍ: -Ah-
AZUL: -¿Me dejas verdad?-
ANAHÍ: -Pues... ¿Ya le dijiste que sí?- Azul asintió -¿Entonces para que me preguntas si ya le afirmaste que irías?- Azul se sonrojó –Te me cuidas ¿si? Mira que el pánico aún me dura-
AZUL: -Si mamá. Solo serán unos minutos, me dará el cuadro y ya-
ANAHÍ: -Si quieres invítalo a almorzar. ¿Dijiste que era fotógrafo?- Azul volvió a asentir –A tu padre le va a gustar conocerlo-
AZUL: -¿Neta?-
ANAHÍ: -Si mi amor. Invítalo así lo conocemos nosotros también. Prefiero que estés aquí segura. Almorzaremos en el balcón, luego iremos a la playa-
AZUL: -¡Ay mamá!- La abrazó. Azul, con tacones era un poco más alta que Annie –Gracias. Es un chavo increíble, ya lo verán-
ANAHÍ: -¿Cuánto tiempo estarás con él fuera?-
AZUL: -Apenas unos minutos-
ANAHÍ: -Bien. Entonces antes de almorzar nos vamos y hacemos shopping? ¿Te parece? Con Abril. Mañana de chicas-
AZUL: -Me encanta- Contestó entusiasmada.
PONCHO: -¿Qué te encanta?- Preguntó ingresando al comedor.
AZUL: -Nos toca shopping papá, así que ve preparando la tarjeta de crédito. Iremos mamá, Abril y yo-
PONCHO: -¡Ay que haré con tres mujeres!- Se quejó en broma con una sonrisa –Me dejarán en la ruina-
ANAHÍ: -Ni tanto, Poncho- Sonrió -¿Verdad Azul? Serán solo unas prendas-
PONCHO: -Oigan, pero ambas tienen sus propias tarjetas de crédito-
AZUL: -Pues si papá, pero si nos pasamos del límite con las nuestras tendremos la tuya- Bromeó.
PONCHO: -¡¡Peligro!!- Siguió bromeando. Luego miró mejor a tu hija -¡Que bonita mi hija! ¿Así te vas de compras?-
AZUL: -¿Qué tiene? ¿Estoy muy producida?-
PONCHO: -Estás perfecta-
AZUL: -Tengo que encontrarme con Diego y... me dará el cuadro. Mamá me dijo que lo invitara a almorzar- Poncho miró en silencio, luego asintió.
PONCHO: -Seguro me caerá bien, si es fotógrafo
AZUL: -Quiere serlo. Es un gran artista. Ya verás-
PONCHO: -Bien. Entonces si ustedes se van yo saldré con mis hijos-
ANAHÍ: -¿A dónde irás?-
PONCHO: -Les tomaré unas fotos en la playa y jugaremos un poco hasta que regresen-
ANAHÍ: -Bien. Pero ahora desayunemos-

Una hora después Azul se encontraba con Diego a unos metros de la casa donde se instalaban.
DIEGO: -Preciosa, Azul- Expresó con una sonrisa –Muy guapa-
AZUL: -Gracias-
DIEGO: -Vamos a tomar algo- La tomó del brazo tímidamente y la guió a un restaurante cerca. Llegaron y pidieron algo fresco.
AZUL: -¿Entonces? Mañana te vas-
DIEGO: -Desgraciadamente sí, se acaban mis vacaciones. Me hubiese encantado pasar más tiempo y conocerte mejor. Me has caído muy bien, Azul, eres una chava super buena onda y... bonita-
AZUL: -Gracias. Pues ¿vives en México verdad? Tal vez allí si podremos vernos más seguido- La camarera llegó con los jugos y luego se retiró.
DIEGO: -Me encantaría. Mira- Sacó un papel y un bolígrafo –Te anotaré mi número y cuando llegas a México me marcas y no sé, podremos salir a tomar algo y platicar- Le entregó el papelito.
AZUL: -Cuenta con eso. Oye ¿Te gustaría ir a almorzar a mi casa? Mis padres te invitaron-
DIEGO: -¿Neta? Pues si, me encantaría- Expresó sonriente.
AZUL: -Aún es temprano. Iré de compras con mi mamá. En tres horas te espero en la casa, ya sabes dónde está-
DIEGO: -Si. Antes déjame darte esto- Le entregó un paquete envuelto con papel marrón –Le puse un marco y quedó muy bonito. Y es un regalo-
AZUL: -Gracias Diego-
DIEGO: -Ábrelo- Azul le hizo caso.
AZUL: -Wow neta eres increíble, Diego- Miró el cuadro fascinada –Es tan natural-
DIEGO: -Ustedes estaban muy naturales. Por eso les dije que el cuadro era perfecto para una foto y... se las tomé sin permiso para que se viera natural-
AZUL: -Es excelente. Mi papá estará encantado, él ama la fotografía-
DIEGO: -Es fotógrafo profesional ¿verdad?-
AZUL: -Si. Él comenzó así como tú, de chavito... y ahora es un gran fotógrafo. Ha trabajado con grandes artistas- Contó orgullosa de su padre. –Puedes pedirle consejos, él sabrá dártelos-
DIEGO: -Me parece una idea estupenda- Expresó satisfecho.

Luego de bañar y vestir a sus hijos, Annie esperaba a Azul en el balcón. Carmela había salido a hacer unas compras.
Los niños jugaban en una manta en el piso, mientras ella miraba el mar. Poncho llegó y la abrazó por atrás.
PONCHO: -¿En que piensas mi vida?-
ANAHÍ: -En todo. Nosotros, la familia, la boda... nuestra vida. Soy tan feliz Poncho- Dijo ladeando la cabeza y mirándolo a los ojos, aún de espaldas hacia él.
PONCHO: -Yo también mi amor. Son todo lo que quiero en la vida-
ANAHÍ: -Espero la felicidad nos dure toda la vida-
PONCHO: -Así será princesa- Besó su mejilla –Te amo tanto- La volteó y la besó en la boca, apoyándola sobre las ya conocidas barras del balcón.
ANAHÍ: -Y yo... a ti- Se separó –Mejor me iré a cambiar porque si sigues, no vamos a parar. Cuida a los niños-
PONCHO: -¿Cambiarte?- Preguntó mientras Annie se alejaba –Si así está bien. ¡Mujeres!-
ANAHÍ: -¡¡Te escuché!!- Gritó desde adentro. Poncho solo rió.

***


Unas horas después todos almorzaban al aire libre en el amplio balcón de la casa. Poncho platicaba muy a gusto con Diego sobre fotografía. Azul y Annie miraban la escena. Se habían caído muy bien.
ANAHÍ: -A tu padre le gusta-
AZUL: -Lo he notado. Tal vez porque comparten la pasión por la fotografía-
ANAHÍ: -Pero de todos modos, a tu padre le cayó bien. Eso es bueno. ¿Te gusta él verdad?- Azul se sonrojó levemente y miró desvió la mirada de su madre.
AZUL: -Si- asintió con las mejillas ardiendo –Me ha caído muy bien, me gusta como es, como me trata... me parece muy guapo...-
ANAHÍ: -Lo sospeché desde un principio- Expresó la modelo –Me cae bien este niño. Es educado, divertido, amoroso... ¿Ya te ha pedido tu número?- Preguntó con una sonrisa cómplice. Azul se relajó y sonrió.
AZUL: -Me ha dado el suyo... para que nos mantengamos en contacto y una vez en México salgamos a tomar algo-
PONCHO: -Pues si, yo era así como tú cuando comencé. No te des por vencido, todo llega a su debido tiempo. Eres muy chavito aún, tienes mucho por delante. A mí me costó mucho, comencé desde abajo como todos y hoy soy un fotógrafo profesional. He trabajado en distintos países con distintas estrellas... Ya te llegará. Tienes talento, llegarás muy lejos- Lo alentó mientras tomaban un refresco.
Cuando los dos terminaron de hablar de fotografía, les prestaron atención a las dos mujeres que estaban allí; a madre e hija. Pero solo por unos minutos, ya que la conversación se había desviado hacia el futbol. Cuando fue así, Azul acompañó a su madre adentro.
ANAHÍ: -Ayúdame a cambiar a tus hermanos. Les pondré su traje de baño y luego me pondré yo el mío mientras los miras-
AZUL: -André está coloradito-
ANAHÍ: -Tu padre no le habrá puesto suficiente bloqueador solar. Tienen la piel muy delicada y no me gusta que esté así-
AZUL: -Igual no parece nada grave-
ANAHÍ: -Por suerte no. Lo único que pido es que no se insolen. Eso sería insoportable no solo para ellos sino también para nosotros porque se ponen insoportables-
Ambas cambiaron a los trillizos. Luego Annie se fue al baño a colocarse el bikini. Cuando volvió Abril estaba parada agarrada de la cama.
ANAHÍ: -¿Ven amor?- Vio que Abril se debatía en si soltarse o no, y quiso probar si tal vez daba uno o dos pasos –Ven con mamá- Azul miraba atenta a unos centímetros.
AZUL: -Esta niña quiere caminar pero parece que tiene miedo- Se arrodilló a su lado, le quitó su chupete y se lo dio a Annie –Mira Abril, mamá tiene tu chupete. Ve a buscarlo- Abril la miró seriamente como si la entendiera. Annie agitó el chupete rosado de la niña y Abril se tambaleó queriendo dar un paso. –Anda princesa, ven por tu chupete- Abril soltó un gritito de felicidad y agitando sus manos dio tres pasos seguidos hacia su madre -¡Asi es mi bebé!- La miró con ternura porque Abril había quedado parada a mitad de camino, mirando la mano de Annie que sostenía la goma rosada.
AZUL: -¡Ya camina!- Festejó. Abril desvió la mirada hacia la entusiasmada Azul y luego volvió la mirada a su mamá.
ANAHÍ: -Mi bebita hermosa. Ven- Le habló como bebé y la niña sonrió –Toma- Volvió a agitar el chupón. Abril dio dos pasos más acelerados y llegó hasta su mamá, quien la abrazó triunfante. -¡¡Esa es mi bebita!! Felicidades mi amor, has dado tus primeros pasos solita- La tomó en brazos, la apapachó y la llenó de besos. Luego de recompensa le devolvió su chupete.
AZUL: -Era cuestión de animarla. Aquellos son dos flojos- Señaló a los niños que estaban en el piso con unos juguetes –Se paran pero no se animan a caminar-
ANAHÍ: -Su hermanita menor les ha ganado- Le dijo a sus hijos –Vamos a mostrarle a papá como la princesa ya camina- Bajó a Abril y tomó a Alfonsito, mientras Azul tomó a André en brazos. Ambas le tomaron una manito cada una a la niña y en pequeños pasitos llegaron hasta la cocina -¡Hola papá! ¡Mírame, ya camino solita!- Imitó Annie una voz de niña y las dos soltaron a Abril que quedó parada en el medio del salón.
AZUL: -Ve con papá y muéstrale que las mujeres maduramos antes que los hombres-
PONCHO: -¿Cómo es eso?- Se quejó Poncho.
DIEGO: -¿Las mujeres madurar antes que los hombres?-
ANAHÍ: -Fíjense que si. Ve con papá- La animó a la niña. La pequeña gritó entusiasmada al ver que Poncho le hacía muecas y dio cuatro pasos seguidos y apresurados.
PONCHO: -¡¡Eeeehhh princesa!!- La festejó Alfonso –Así se hace mi niña- La abrazó cuando la tuvo cerca –Así que le ganaste a tus hermanos-
ANAHÍ: -En efecto, como dice aquí mi hija, las mujeres maduramos antes que los hombres. Vamos delante de ustedes, chavos-
DIEGO: -No sabría que decir, pero...- Miró a Abril –Felicidades pequeña- Dijo acariciándole la cabeza –Tus primeros pasos-
AZUL: -Ya si, cambien de tema- Se burló.
ANAHÍ: -Ahora faltan ellos dos-
PONCHO: -A ver cuando caminan eh. Que papá ya quiere jugar futbol con ustedes y seguro que Diego también-
Annie y Azul se sorprendieron. Poncho estaba incluyendo a Diego en planes futuros, así que, si Azul decidía seguir viéndolo, su padre no iba a poner objeción, al contrario, al parecer lo quería dentro de la familia ya sea como amigo de todos.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora