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El décimo día, Anahí reposaba en el sillón de su jardín, con la mirada perdida.
Carmela se estaba encargando de los niños, ella no tenía ánimos de hacer nada, así que siempre se sentaba a esperar, porque eso le habían pedido, que esperara y que dejara todo en manos de la policía.
El teléfono sonó y Anahí corrió hacia él, pero Poncho ya había atendido.
PONCHO: -Diga-
*****: -Sé donde está tu hija-
PONCHO: -¿Quién habla?-
*****: -Eso no importa. Anota esta dirección, y ten cuidado, está armado-

Luego de que le dieran la data, colgaron. Poncho miró a su mujer.
ANAHÍ: -¿Quién era?-
PONCHO: -Ya se donde encontrar a nuestra hija- Tomó las llaves de su auto.
ANAHÍ: -¡Espera! ¡¿A dónde vas Poncho?!-
PONCHO: -Dame quince minutos, luego llamas a la policía y le das esta dirección- Anahí miró confundida.
ANAHÍ: -Iré contigo-
PONCHO: -Tú no irás a ningún lado, es peligroso-
ANAHÍ: -¡Lo siento pero también es mi hija! Voy contigo-
PONCHO: -¡Te quedas Anahí! No pondré sus vidas en peligro- Sin decir más se fue.
Anahí no iba a quedarse tranquila, así salió en busca de su auto y siguió a Alfonso.

Solo fueron quince minutos lo que tardaron para llegar a un lugar alejado de la ciudad, no tan alejado, pero era un lugar poco poblado.
Alfonso maldijo cuando, saliendo de la ciudad, notó el auto de Annie detrás del suyo.
Al llegar a donde le habían dicho, aparcó y Anahí hizo lo mismo.
PONCHO: -¡Maldición Anahí, te dije que te quedaras!-
ANAHÍ: -¡No iba a quedarme allí pensando en lo que les pueda pasar!-
PONCHO: -Te quedas aquí, dentro del auto- Miró hacia todos lados –No hay nada por aquí- Dijo confundido.
ANAHÍ: -Tal vez debamos adentrarnos al bosque-
PONCHO: -Yo entraré. Tú no-
ANAHÍ: -Poncho...-
PONCHO: -No podemos permitir que esto salga mal. Te quedas aquí y llama a la policía- Frustrada Anahí se quedó allí mientras Alfonso se alejaba.

Poncho fue lo más precavido que pudo cuando llegó a una cabaña abandonada. Tenía que ser allí.
Sigilosamente se acercó a una ventana que había, miró por allí pero no vio nada. Había solamente una silla en lo que sería una sala. Unos metros más allá había otra ventana, mucho más pequeña pero no se veía nada a causa de la tierra que tenía por adentro. Recorrió los siguientes metros y encontró una puerta. Largó el aire que contuvo cuando la encontró sin trabas. Entró con todo el cuidado del mundo y escuchó una voz, una reconocida voz; la de Rodrigo.
RODRIGO: -Así que chiquita, te irás conmigo. Tengo todo preparado, no nos van a encontrar-
Se acercó a donde provenía la voz, un sucio cuarto. Allí vio a Rodrigo de espaldas, sentado en la punta de la cama. No se podía ver con quien hablaba, pero él estaba seguro que era su hija. Ese maldito la tenía allí, secuestrada.
Los pisos eran de madera, así que cuando quiso acercarse, las maderas rechinaron haciendo que Rodrigo se parara y tomara algo en sus manos, poniéndolo al descubierto.
RODRIGO: -Tenemos visitas- Alfonso lo miró con el rostro duro, y los ojos oscuros de furia. Iba a matar a ese maldito.
PONCHO: -¡Maldito hijo de ****!- Se acercó y le pegó un buen ****azo, pero Rodrigo estaba prevenido.
RODRIGO: -¡¿Cómo mier'da llegaste aquí?!- Lo apuntó con un arma, Poncho retrocedió.
PONCHO: -¡¿Qué le hiciste a mi hija?!- Gritó cuando la vio allí, inconsciente.
RODRIGO: -La princesa duerme-
PONCHO: -¡No la llames así!- Avanzó y Rodrigo le quitó el seguro al revólver.
RODRIGO: -¡Ni siquiera te acerques! O te mato-
PONCHO: -Déjala ir- Pidió algo más calmado, pero furioso aún.
RODRIGO: -Antes te mato-

El estallido de algo parecido a un disparo paralizó el corazón de Anahí. Los policías entraron derrumbando la puerta principal.
Al entrar se encontraron a Poncho con una herida en el abdomen, pero encima de Rodrigo. Lo tenía contra el piso, con la mejilla pegada al suelo. El arma reposaba a unos centímetros, alejados de ellos.
-¡Alto! ¡Policía!-
Tomaron a Rodrigo entre dos y lo esposaron. Anahí entró corriendo y llorando, asustándose al ver a Poncho así.
PONCHO: -Es solo un rasguño- Miró a la cama –Te dije que la íbamos a encontrar-
Anahí corrió hacia donde estaba su hija, inconsciente conectada a un suero.
-La ambulancia viene en camino-
ANAHÍ: -¡¿Qué le hiciste?!- Preguntó furiosa entre la desesperación de ver a su hija así -¡Maldito! ¡Ojala te pudras en la cárcel maldito canalla!- Los oficiales se llevaron a Rodrigo. Uno revisaba a Poncho.
PONCHO: -Estoy bien- Expresó con una mueca de dolor –Solo me rozó. Mi hija...- Se acercó y la miró.
ANAHÍ: -Azul...- Trataba de desertarla pero era en vano –No se despierta Poncho-
PONCHO: -Este maldito le habrá dado algo-
-Aquí está la ambulancia- Entraron unos enfermeros con una camilla y se llevaron a Azul.
ANAHÍ: -Quiero ir con ella-
-Usted señor debe venir y le curaremos esa herida-
PONCHO: -Estoy bien. Ocúpense de mi hija-

Ya en el hospital, a Poncho le habían curado la herida, efectivamente era un raspón dado a que la bala simplemente lo rozó.
Anahí estaba en la sala de espera con Dulce, sus padres y Poncho.
DULCE: -Tranquila Annie- Dijo acariciándole la espalda –No hagas que pida un calmante-
ANAHÍ: -No puedo Dul- Lloró. –Necesito saber como está mi hija-
ELISA: -Los médicos sabrán que hacer. Seguro que ya nos vienen con noticias-
PONCHO: -Todo estará bien, mi amor- Anahí se aferró a su cuerpo, llorando.
En ese momento el médico que ingresó a Azul, salió con noticias.
ANAHÍ: -¡¿Como está mi hija?!-
DOCTOR: -Perfectamente. Estaba desmayada, por las drogas que le inyectaron, pero la hemos desintoxicado y está bien. Aún no despierta, es normal-
PONCHO: -¿Cuándo despertará?-
DOCTOR: -En unas horas, es que no sabemos cuanta dosis le inyectaron-
ANAHÍ: -Quiero verla-
DOCTOR: -Por supuesto. Solo los padres, por favor-
PONCHO: -Vamos-

***

Pasaron varias horas para que Azul por fin despertase. No recordaba nada de lo sucedido. Según ella, estaba saliendo de su colegio y ahora se encontraba allí, en esa cama de hospital.
Poncho y Annie le contaron lo sucedido, y comprobaron que Azul no se había dado cuenta que estuvo secuestrada diez días.
AZUL: -¿No me hizo nada?-
ANAHÍ: -El médico te examinó y no, no tienes nada. Te mantuvo drogada y con suero, por eso ahora tienes que alimentarte bien ¿si?- Se acercó y le besó la frente.
AZUL: -¿Cuándo saldré de aquí?-
PONCHO: -Estas perfecta, así que tal vez mañana ya regresas a casa- Le sonrió de lado –Gracias al cielo estás bien, hija-
AZUL: -¿Tú estás bien?- Preguntó refiriéndose a la herida.
PONCHO: -Solo un rasponcito. No te preocupes-
AZUL: -¿Mis hermanos?-
ANAHÍ: -Están con Carmela-
PONCHO: -De hecho ya nos deben estar extrañando-
ANAHÍ: -En un rato iré a verlos, te quedas con tus abuelos. Luego regreso y me quedo contigo toda la noche-
AZUL: -Ma, no hace falta que...-
ANAHÍ: -Si me quedaré-
PONCHO: -Yo me quedaré. Mañana tendría que venir a cambiarme esto, así que mejor me quedo- Miró a Annie –Pero tú Annie...-
ANAHÍ: -Ah no, yo me quedo- Padre e hija suspiraron y rieron. Cuando Annie se ponía firme, no había caso insistir.

Al otro día a Azul le dieron el alta para regresar a su casa.
AZUL: -No puedo creer que estuve lejos diez días- Dijo entrando a su casa. Aspiró el delicioso aroma –Mi hogar-
ANAHÍ: -Siéntate- La guió hasta el sofá.
AZUL: -Puedo caminar mamá- Sonrió –No estoy enferma- Annie la miró con ternura.
ANAHÍ: -Ya. Pero igual. Siéntate. ¿Tienes hambre?-
AZUL: -Mucha. Esa comida que dan en los hospitales son...- buscó las palabras –Son imposibles de comer-
ANAHÍ: -Te prepararé algo- Se fue a la cocina. Poncho bajó con los niños en sus brazos, seguida de Carmela con Abril.
AZUL: -¡Mis bebés!- Dijo levantándose y tomando a André -¡Hola mis preciosuras! ¿Extrañaron a su hermana?- André la abrazó -¡Que lindo mi bebé!- Lo apretó mas a su cuerpo, abrazándolo y sintiendo el abrazo de su inocente angelito. –Hola Alfonsito- Lo besó -¡Mi princesita!-
PONCHO: -Te extrañaron eh- Sonrió.
AZUL: -Y yo a ellos. Hola Carme-
CARMELA: -¿Cómo estás Azul?-
AZUL: -Perfecta. Como nueva-
PONCHO: -Igual deberías descansar-
AZUL: -Para nada. Dormí ¿Cuántos días? ¡Diez! Estoy con mucha energía-
Sonó el timbre. Carmela abrió, dos niñas alborotadas entraron a la casa.
MAIA: -Hola... ¡Azul!- Corrió a abrazarla.
BRENDA: -¡Ay amiga!- Se unió al abrazo, apretujando a las dos -¿Cómo estas?- Se apartaron del abrazo –Perdón. Hola Alfonso, hola Carmela-
MAIA: -Si, hola, es que... nos ganó la emoción-
PONCHO: -Tranquilas. Carmela, estos niños necesitan cambio de pañales. ¿Me ayudas?-
CARMELA: -Por supuesto- Lo miró cómplice. Obvio los niños no necesitaban ningún cambio, si apenas unos minutos antes habían sido cambiados. Se fueron dejando solas a las chicas.
BRENDA: -¿Y tu mamá?-
AZUL: -En la cocina, preparando algo-
MAIA: -¿Cómo estás Azul?-
AZUL: -Bien, muy bien-
BRENDA: -¿Segura?-
AZUL: -Si- Contestó -¿No me ven? No tengo nada, estoy sanita- Sonrió.
MAIA: -Tuvimos mucho miedo amiga. Diez días-
BRENDA: -Estábamos todos mal. Temíamos lo peor estando tú en manos de ese tipo-
MAIA: -Te dijimos que podría ser peligroso-
AZUL: -Lo sé. Pero... no me hizo nada. No sé, me contaron que estuve drogada durante esos días. Confesó que no quería que yo pasara por algo así, que viviera un secuestro... por eso me mantuvo inconsciente-
MAIA: -Pero igual es un loco-
AZUL: -Pues si- Susurró sin mirarlas.
BRENDA: -Ay Azul, no me digas que sientes compasión o algo por el estilo-
AZUL: -No- Negó –Me secuestró e hizo sufrir a mi familia. No le tengo compasión- Se sinceró –Simplemente que no lo creí capaz de esto- Suspiró –Y me llama la atención que no me dañara-
MAIA: -Pues, eso si está raro-
BRENDA: -De todos modos no te hizo daño físicamente, pero si psicológicamente. A ti y a tu familia-
AZUL: -Eso lo tengo muy claro ¿si? Ya no hablemos de esto-
Anahí llegó a la sala y saludó a las niñas. Las invitó a almorzar con la familia, así que se la pasaron hablando entre todos y por fin, riendo cada uno de ellos luego del trago amargo que pasaron.

Cuando se fueron sus amigas, Azul se metió a bañarse mientras Anahí pasaba tiempo con los trillizos y Poncho.
Estaban en su habitación. Abril dormía en el medio de la gran cama, André jugaba con unas cosas que Annie le había dado y Alfonsito reposaba en brazos de su padre mirando atento a su madre que hablaba.
ANAHÍ: -Ahora nos hemos quitado un peso de encima, a ese tipo le darán varios años-
PONCHO: -No más de lo que se merece. Tendría que morirse allí dentro-
ANAHÍ: -Pienso lo mismo. No quiero que lo dejen salir pronto y nos haga daño de nuevo-
PONCHO: -No lo hará. Dijeron que le iban a dar unos cuantos años, así que no hay que preocuparse ¿si?- Annie asintió aunque no muy convencida. –Tengo una idea-
ANAHÍ: -Que cosa-
PONCHO: -Podríamos irnos de vacaciones antes de que los trillizos cumplan años, unos días a la playa, a disfrutar y quitarnos el estrés de encima. ¿Qué te parece? En familia- Annie sonrió y se acercó. Acarició su mejilla.
ANAHÍ: -Buenísima idea. Pero falta nada para el cumpleaños. Que solo sean unos días ¿si?-
PONCHO: -¿Siete?-
ANAHÍ: -Cinco-
PONCHO: -Va- Sonrió –Nos vendrá bien, disfrutar de un viaje en familia-
ANAHÍ: -¿Podrás con tu trabajo?-
PONCHO: -Mi jefe me iba a dar varios días libres, de todos modos, así que le pediré un permiso. Solo serán cinco. Tres, ya que los fines de semana no trabajo. ¿Tú? ¿No tienes compromisos para esta semana?-
ANAHÍ: -No, no tengo. No tengo hasta el próximo mes-
PONCHO: -¡Me olvidaba!- Se acordó y miró a su mujer –Mi jefe quiere hablar contigo-
ANAHÍ: -¿Conmigo?-
PONCHO: -Me lo dijo el día que desapareció Azul, pero olvidé de decírtelo. Si, quiere hablar contigo, pero no tengo la menor idea de que se trate-
ANAHÍ: -Yo creo saber- Sonrió contenta.
PONCHO: -¿Qué es?-
ANAHÍ: -Mm nada-
PONCHO: -Anda, dime-
ANAHÍ: -No está confirmado, así que no te diré nada. Primero hablaré con él-
PONCHO: -No me digas que...- La miró y levantó las cejas -¿Tú serás la nueva modelo de la agencia?- Annie no dijo nada, solo se limitó a sonreír -¿Es eso?-
ANAHÍ: -¿A poco quieres que ocupe el lugar de esa modelucha que está ahora?-
PONCHO: -¿Te refieres a Olivia?-
ANAHÍ: -A quién más-
PONCHO: -Hay muchas modelos, yo que sé a quien te refieres-
ANAHÍ: -Pues si, a esa modelucha Olivia- Poncho rodó los ojos.
PONCHO: -Entonces es eso ¿Serás la nueva modelo?-
ANAHÍ: -No lo sé-
PONCHO: -Si lo sabes. Dime-
ANAHÍ: -¿Te molesta?-
PONCHO: -Al contrario, me hace ilusiones. Tengo unos lugares para mostrarte- Se acercó a Anahí, aún con su hijo en brazos, y con la mano desocupada le corrió el cabello hacia atrás dejando libre su cuello. Se acercó y lo besó, haciendo estremecer a la modelo -¿Sabes?-
ANAHÍ: -¿Mmm?- No podía responder, el aire se le había estancado en la garganta.
PONCHO: -Tengo algunas fantasías- El fotógrafo pudo sentir como el pulso de su garganta latía a mil. –Creo que allí nos interrumpirán menos que aquí- Dejo un último beso y se separó. Las mejillas de Anahí estaban un poco rojas. Lo miró y luego miró a sus hijos. Tomó a Abril y salió de la habitación, dos minutos después regresó por André y Alfonsito. Volvió en dos minutos más.
ANAHÍ: -¿Así que tienes fantasías?- Preguntó sentándose en la cama, frente a su marido.
PONCHO: -Muchas Anahí-
ANAHÍ: -Me encantaría que me las dijeras. Tal vez puedo hacer algo por ti- Sonrió seductoramente antes de acercarse a Poncho y atacar su cuello.
PONCHO: -¿Me las cumplirás?-
ANAHÍ: -Las que quieras- Dijo sin parar de besarle el cuello. Alfonso suspiró largo.
PONCHO: -Si no paras...-
ANAHÍ: -Carmela se llevó a los niños al parque- Dijo entre besos -Azul la acompañó- Añadió antes de morderle el cuello.
PONCHO: -Annie...- La tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo.
ANAHÍ: -No hables... y aprovecha... el tiempo- Susurró contra su cuello.
Definitivamente, ambos, iban a aprovechar el tiempo que se les había concedido. Aprovecharían que Carmela se había llevado por unas horas a sus hijos, para consumar su amor luego de tantos días.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora