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Poncho se incorporó dejando que Anahí se levantara, y para que el tipo no la vea en brasier se puso delante de ella tapándola, mientras Annie se ponía la blusa.
DULCE: -No pude detenerlo-
PONCHO: -¿Quién eres y por qué entras así?-
RODRIGO: -Soy el novio de Anahí-
ANAHI y PONCHO: -¡¿Qué?!- gritaron al unísono.
PONCHO: -¿Cómo que es tu novio?- miró a Anahí.
ANAHÍ: -No, él no es mi novio-
DULCE: -Déjate de *****- le recriminó Dulce al tipo –Poncho, él no es nada de Annie-
ANAHÍ: -Obvio que no es nada mío-
PONCHO: -¿Entonces por qué dice que es tu novio?- le cuestionó a la castaña.
RODRIGO: -Soy el novio. Que yo sepa nunca terminamos-
ANAHÍ: -Tú sí que estás *beep*- riñó Anahí acercándose a él-¿Quién te crees al entrar así y encima decir que soy tu novia? Por favor, vete... hazme el favor y vete-
RODRIGO: -No me iré, necesito hablar contigo-
ANAHÍ: -No hay nada que hablar ¡vete!- gritó furiosa la modelo.
PONCHO: -Te dijo que te vayas. Vete o te sacaré por las malas- le ordenó Poncho.
RODRIGO: -Yo quiero hablar con ella, no contigo-
ANAHÍ: -No tenemos nada que hablar Rodrigo, tú y yo no tenemos nada desde hace mucho tiempo-
RODRIGO: -Nunca cortamos-
ANAHÍ: -¿Qué pensaste? ¿Que teníamos una relación a distancia y sin vernos? ¿Eres estúpid*o o que? Hace meses no nos hablamos, está claro que no hay nada entre nosotros-
RODRIGO: -¿Quién es este?- preguntó mirando a Poncho.
ANAHÍ: -¿A ti que te importa quien es?-
RODRIGO: -Si me importa porque eres mía, Anahí-
ANAHÍ: -Ja-ja-ja- rió irónica y pausadamente –Estás mal. Yo no soy de nadie, no tengo dueño y mucho menos tú-
PONCHO: -No te lo digo más, vete o te saco a golpes-
DULCE: -¡Vete te hemos dicho!- gritó Dulce.
RODRIGO: -Esto no se queda así Anahí- Se fue dando un portazo.
DULCE: -Es un estúpid*o-
ANAHÍ: -¡¿Cómo supo que estaba aquí?!- se preguntó furiosa.
DULCE: -No lo sé, nadie sabe donde te hospedas. Habrá usado a su papi para que le averiguara todo-
ANAHÍ: -No quiero que vuelva a entrar. Habla con los de seguridad-
DULCE: -No te preocupes que ese tipo no va a volver a entrar. Los dejo para que sigan haciendo lo que interrumpimos- expresó mirando pícaramente a ambos. A pesar del mal trago que pasaron, Annie sonrió tímidamente.
ANAHÍ: -Ya- Dulce se estaba por ir pero ésta la detuvo –Oye, quería pedirte perdón por lo de hace rato-
DULCE: -Perdonada. Luego hablamos- Annie asintió y Dulce se fue con una sonrisa victoriosa, su trabajo como cupido estaba funcionando.
Apenas Dulce se fue Poncho se sentó en la cama y Annie se acercó a él, se arrodilló quedando a su altura.
ANAHÍ: -Él no es nada mio, te lo juro- Poncho alzó la mirada.
PONCHO: -Yo te creo- Colocó sus manos en la cintura de Anahí y ésta pasó sus brazos rodeando su cuello. Poncho la acercó más y la besó. Sin despegar su boca de la de la modelo, hizo que se sentara sobre sus piernas de horcajadas. Acarició su espalda y de a poco fue subiendo la blusa que minutos antes había quitado y Annie nuevamente la traía puesta. La subió hasta los pechos de la modelo, luego ésta levantó los brazos y se la quitó por completo volviendo a quedar en brasier como antes.
Alfonso bajó los besos a su cuello. Primero eran tiernos besos, apenas rozando sus labios con la delicada piel de Anahí, luego comenzó con lametones que seguidamente se convirtieron en mordiscos que hacían gemir a la modelo. Las manos de la castaña bajaron hasta la cintura del ojiverde, buscando el comienzo de la sudadera y comenzando a sacarla. Se separaron apenas un poco para sacar la molesta ropa y luego volvieron a unir sus labios en un apasionante beso. Ya nada era tierno, la pasión los estaba consumiendo, desbordaban fuego y si no terminaban lo que habían comenzado iban a explotar.
La respiración de ambos ya era acelerada, y no solo las mejillas de Annie estaban rojas por la excitación, sino también su cuello por los excitantes besos de Alfonso.
O es mala suerte, o el destino está empecinado a que nada pase entre ellos, pero esta vez no fueron ni Dulce, ni Rodrigo... pero si Azul; pero esta vez por teléfono.
ANAHÍ: -¡No, no, no!- expresó Anahí frustrada, cansada de las interrupciones. Poncho volvió a besarla, sin darle importancia al celular que sonaba incesablemente. –Poncho...- Poncho tomó el celular y lo apagó, luego volvió a tomar de la cara a Anahí y rozó sus labios.
PONCHO: -No quiero que nos interrumpan-
ANAHÍ: -Pudo haber sido algo importante-
PONCHO: -Lo importante ahora eres tú-
ANAHÍ: -Es nuestra hija-
PONCHO: -Ella está bien con Maite, por favor Annie- Anahí asintió y se dejó besar por el fotógrafo, rápidamente le correspondió el beso y ahora sí, nadie iba a poder parar eso. Poncho hizo un movimiento brusco dejándola debajo suyo en segundos seguidamente recorrió su cuerpo con tiernos besos y suaves caricias que hacían estremecerla.
ANAHÍ: -Al próximo que interrumpa lo mato- Alfonso dejó de hacer lo que estaba haciendo y subió la vista.
PONCHO: -Yo te ayudo- Sonrió y Annie capturó su labio inferior mordiéndoselo seductoramente.

DULCE: -No, no Tony, no voy a interrumpir. ¿No puede ser mañana?-
TONY: -Es que necesito su opinión, mañana ya no habrá tiempo-
DULCE: -Ay no Tony, por favor... hazme este favorcito, no hagas que los interrumpa... me van a matar-
TONY: -¿Por que no los puedes interrumpir?-
DULCE: -Ay Tony ¿te acuerdas que te conté que haré de celestina? Las cosas me van funcionando, no me eches las cosas a perder-
TONY: -Está bien, pero mañana a primera hora quiero hablar con ella ¿ok?-
DULCE: -¡¡Gracias!!- Lo abrazó.
TONY:-¿Qué vas a hacer ahora?-
DULCE: -Nada. Encerrarme a ver unos contratos, supongo-
TONY: -Te invito a cenar- Dulce sonrió tímidamente y aceptó. No iba a quedarse encerrada en el hotel, por más que no fuera una noche estrellada y linda, no pensaba aburrirse sola mientras su hermana se divertía. No lo dudó y se fue con el guapo de Tony.
**

De a poco Poncho fue quitando cada prenda de Annie, con ternura, amor, delicadeza... como si de una muñeca de cristal se tratase. Ya nada los obstruía para dar el siguiente paso, estaban desnudos y sus manos no se estaban quietas. Tocaban y acariciaban cada centímetro de su piel. Alfonso estaba arriba de la menuda modelo, soportando su peso con ambas manos mientras la besaba. Bajó una mano hacia el centro de Anahí, que al sentirlo no pudo evitar soltar un gemido. Encontró su botón, que estaba hinchado y palpitante a causa de las caricias previas, y lo estimuló hasta que ella estuviera lista para recibirlo.
ANAHÍ: -Ya... Poncho... por favor...- La voz casi no le salía, el cuerpo le temblaba por las caricias placenteras que estaba recibiendo –Te necesito...- Alfonso metió sus dedos en su cavidad encontrándola húmeda y caliente, estaba lista para él. Apoyó el peso de su cuerpo sobre sus codos (cada uno en los lados de Anahí) y la penetró suavemente, sintiendo como su miembro se deslizaba por ese orificio apretado, sintiendo su calidez. Fue suave, cuidadoso, tierno... no quería tener sexo, quería hacer el amor con Anahí. Quería amarla, sentirla, sentir como sus paredes se contarían sobre su órgano al experimentar el placer. Quería disfrutar estar dentro de ella todo lo que fuese posible antes de correrse.
Las manos de Anahí ahora se encontraban en su espalda, arañándolo cada vez que Poncho la penetraba con más fuerzas. Si bien él quiso ser suave, eso era algo que estaba matandola, y a gritos pedía que fuese más rápido y duro.
PONCHO: -No quiero lastimarte chiquita-
ANAHÍ: -No me... no me lastimas Poncho... más rápido por favor- La modelo sentía que iba a morir en cualquier momento, estaba sintiendo algo que jamás había sentido con otro hombre. Sin duda Alfonso sabía como hacer llegar a la cima a una mujer para que explotara en el más exquisito de los orgasmos, y ella ya estaba casi llegando.
Con un ligero movimiento Poncho se encontraba sentado en la cama, ahora con Annie sentada de horcajadas sobre él aún unidos. La abrazó y mordió su hombro mientras Annie cabalgaba sobre él, y mientras sus caderas se movían solas a un ritmo acompasado queriendo sentir mas el contacto con aquella mujer. Pudo sentir como el cuerpo de Anahí estaba casi convulsionando, como su interior se estaba contrayendo... así que para ayudarla se separó un poco de su cuerpo y besó sus senos, dándole besos y lametones, para luego succionarlo fuertemente y hacer gruñir a la modelo. Ambos cuerpos estaban bañados en sudor, si bien no era una noche calurosa, sus cuerpos ardían y de ellos brotaban saladas gotas de sudor. Las paredes de Annie se apretaron contra el órgano de Poncho, y éste sentía que ya iba a correrse, pero quería esperar a Anahí que estaba muy cerca. No lo iba a soportar más, así que metió una mano por donde sus cuerpos se unian buscando ese pedacito de carne para torturarlo con sus dedos y así ayudar a Annie a librarse. Masajeó mientras la castaña movía sus caderas frotandose contra él, y cuando lo tomó entre sus dedos torturándolo mientras lo apretaba, las paredes de Annie se contrajeron aún más apretando su miembro y haciéndolo llegar a él también, ambos gimiendo fuertemente. Él se vació en su interior pudiendo sentir al mismo tiempo como los néctares de la modelo fluían envolviendo su miembro. Se desplomó sobre el frágil cuerpo de la mujer, aún unidos y ambos agotados.
ANAHÍ: -Te...amo- confesó sin aliento Anahí
PONCHO: -Te amo más chiquita- Dejó un beso en la sien de ésta, y cuando estaba por salirse ella lo frenó.
ANAHÍ: -No-
PONCHO: -Annie, te aplasto-
ANAHÍ: -Quédate un ratito mas- pidió aferrándose a su cuerpo, abrazándolo para que no se saliera. Ante esto Poncho no se pudo negar, pero prefirió voltearse y dejar a Annie encima suyo para no lastimarla ni aplastarla, quedándose unidos por unos minutos más.

**
El cuerpo le dolía luego de tanta actividad física, hacía algo de frío así que se levantó, se colocó la bata y subió un poco más la calefacción. La luz de la luna que entraba por el gran ventanal de la habitación de hotel iluminaba al hermoso hombre que se encontraba en ese momento en su cama, a ese hombre que había unas horas la había llevado al cielo ida y vuelta tres veces. Sonrió al recordarlo y caminó hasta la cocina en busca de algo para tomar.
ANAHÍ: -Tengo la garganta mas que seca- habló sola. Volvió a sonreir y se volteó para servirse un vaso de agua, pero no alcanzó a hacerlo ya que alguien la tomó por atrás, pegándola a su cuerpo y tapándole la boca con su mano.

Una fotografía de la vida | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora