22: las dos "blancanieves"

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Esta oscuro, tengo miedo, tengo sueño y hambre. ¿Me volvieron a capturar? O será que mi sufrimiento ya terminó, no importa, igual nada será como antes... ¿aún puedo considerarme una niña? O ¿soy una adulta?

¿Las cicatrices en mis brazos? <risa> la verdad ya no si tengo la mente de una niña, ¿cómo lo verían ustedes? Torturada , masacrada y reconstruida un centenar de veces por el que es "mi padre". Observar a través de una reja los constantes abusos que mi "persona amada" hacia mi persona. Tratos que la verdad destruyeron mi sentido de la inocencia.

Si, aún juego con juguetes pero mi forma de ver las cosas e interpretarlas se distorsionaron y se transformó en algo que una niña de mi edad no debería pensar: ¿por qué a nosotros nos gusta el sufrimiento ajeno? ¿Por qué sentimos placer por los mundanos y asquerosos sucesos como lo es el asesinato?

Preguntas un tanto disparatadas que me hago cuando veo un suceso que no entiendo. Puedo oír voces, son los de un hombre y una mujer... esperen hay más.

Solo puedo escucharlos pero no verlos, esta se oye como la de una... ¿niña? O es un ¿niño? Me confunde. Dicen palabras que no logro interpretar o escuchar.

No volverán a hacerme daño, ¿verdad? Ya no quiero las agujas, me duelen... se que lo dije muchas veces pero esta vez es de verdad. Seré una niña buena y prometo que no diré nada cuando ellos me toquen. P-por favor.

Los adultos en compañía de los adolescentes observaban a la pequeña recostada en la cama conectada a ese monitor cardíaco, una explicación técnica que la verdad no entendieron. Su única interpretación fue que la niña tenía severos cortes, contusiones y es posible que su pequeño cuerpo haya sufrido una agresión sexual.

Los cinco integrantes que se encontraban en la sala médica crisparon los ojos en compañía de una exclamación. Incluso Rei rememoro un trauma del pasado que la hizo tambalear y querer llorar, ella sabía y comprendía que aquello no era una broma.

Los cuatro observaron con preocupación la reacción de la delicada mujer, su hija acarició sus nudillos en un intento de tranquilizar y evitar un ataque de ansiedad. Pues la mujer temblaba y se hiperventilaba.

— mami, tranquila.. respira... exhala... — La pelimixta practicaba técnicas de respiración que hacía de manera calmada y pausada.

— ven rei... vamos a sentarnos, cariño... — La peliverde la abrazo del hombro y caminó a pasos lentos hasta salir de la habitación.

Abrió la puerta y la llevó afuera, hacia  lugar tranquilo y que no haya gente. Tras cerrarse la puerta Shimura torció la boca, no sabía que su tía sufría ataques de ansiedad; volteo a ver a su prometida y luego a su padre.

— ¿por qué no me dijeron de eso? ¡Dios, se la ve alterada y aterrada! — Susurró tratando de no gritar y armar un alboroto.

— Izuku, tranquilo... ella reacciona así cada vez que recuerda algo relacionado a abusos. Tal parece que escuchar que está niña fue... abusada por el que parece su padre rememoro sus traumas del pasado.

Izuku apretó los puños furioso, él comprendía que de nada servia enfadarse pues este episodio no podría resolverse a golpes ni con palabras. Su madre fue con ella, Inko es la única que puede ayudar a esa mujer, él sale sobrando.

— mi padre a pesar de estar muerto aún sigue atormentando a mi madre. Lo detesto, lo aborrezco, ¡lo odio! — Inconscientemente activo su lado izquierdo en furia.

— Oyuki, tranquila... — Acarició su espalda para tranquilizar su temblor.

Hisashi conocía bien ese sentimiento de impotencia de querer ayudar pero se te es imposible cuando esa persona está atrapada y te miente para que tú no corras con la "mala suerte" de salir herido.

— *¿por qué soportar tanto... Rei?* — Curvio su labio en una mueca de tristeza y enojo.

...

Las dos mujeres estaban sentadas en las bancas, una tratando de tranquilizar a la otra, los temblores y las hiperventilaciones se calmaron. Las enfermeras de turno les ofrecieron un vaso de agua y una pastilla de lorezapam para bajar el nivel de ansiedad en el cuerpo de la asustada y temerosa mujer.

— ¿estas mejor, nena? — Cada que Rei sufría estos ataques Inko actuaba de manera maternal con la peliblanca, hablaba de manera suave y cariñosa. Casi actuaba como una madre, una que si la ayudaba en sus problemas.

Después de unos minutos una enfermera fue llamada a la habitación en la cual estaba hospedada la niña. Peliverde y peliblanca voltearon hacia la puerta, esta última se levanto y caminó hacia la dirección a la cual fue la enfermera.

— R-rei, espera...

La mujer hizo oídos sordos y entró a la habitación, ahí observó a la pequeña la cual estaba asustada. Esto ocasionaba que el quirk de la niña fuera forzado a activarse como mecanismo de defensa. Los tres shimuras y las enfermeras se alejaron del epicentro y concentración de energía.

¡¿Quiénes son ellos?! ¡¿s-son los que me harán daño, verdad?! No, ¡no, otra vez! No quiero volver a sentir dolor... ¡no lo deseo!

Miedo, tengo mucho miedo. Siento mi cuernito doler, también siento como este suelta una luz, es la misma luz que hizo cuando caí en ese parque. Quiero ir a casa... quiero estar con mami y papi. ¿Puedo ir con mami?

Antes de desaparecer siento que alguien me abraza y después fui absorbida por mi extraño y maldito poder.

— ¡rei!
— ¡Mamá!
— ¡Tía!

Se Escuchó exclamar cuatro voces con suma preocupación al ver a la mujer desaparecer con la niña.

...

Una luz destellante hizo aparecer a una mujer y a una niña sobre el suelo de una casa. La pequeña de cabellos plateados golpeó su frente contra el duro suelo mientras la mujer de cabellos blancos cubrió el peso de su cuerpo con su brazo, ocasionando que este sufriera una ligera contusión.

Aquello iba dejar una marca, se tomó la cabeza adolorida y quejumbrosa cuando se percató de los acontecimientos. Giro su cuello y vio a la niña inconsciente sobre el suelo, también se entero que ya no sé encontraba en el hospital.

Ahora estaba en lo que parece una pequeña casa, un tanto descuidada, con los muebles rotos y las paredes manchadas y descoloridas.

— ¿D-dónde estamos? — Murmuró con sumo temor.

Tal parece que el deseo de una asustada e inocente niña hizo que ambas llegarán a una casa donde yacen guardados los mejores momentos de una feliz y olvidada familia que vivía sin preocuparse por lo que el futuro les tenía preparado.

contrato entre hielo ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora