19: el golpe de gracia

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Fin de temporada:

La noticia fue una gran vuelta de tuerca para la sociedad, la derrota del enemigo jurado del símbolo de la paz, ALL FOR ONE, fue derrotado por su héroe. Sin embargo, con una gran pérdida de por medio; Endeavor, el héroe infernó, Todoroki Enji fue asesinado.

Los medios, las autoridades y la propia política explotó al enterarse y filtrarse la muerte de uno de los héroes pilares de suelo Japonés. Ya nadie sabía que hacer, sus creencias y moralidad se estaban derrumbando, la sociedad superhumana se estaba quebrando.

Con este suceso muchos de los que estaban en el frente se empezaron a alejar de este trabajo. Héroes veteranos y los que recién empezaban su carrera dejaban de creer en los ideales, ¿quién no dudaría? Uno de los más fuertes en compañía del "Símbolo de la paz" dejó su legado manchado y destruido por su avaricia y egocentrismo.

La más afectada en todo este embrollo fue la antes conocida "Familia de héroes".Todoroki pasó a ser un apellido repudiado, algunos aún creían en ese héroe de fuego, otros, dejaban relucir su descontento y asco ante esa familia de, según las palabras de la gente, marginados e interesados.

Las escuelas, los maestros y toda entidad educativa trataba de encontrar una forma de hacer que los que eran el futuro no se descarrile del propósito por el cual fueron a parar en ese lugar de conocimiento.

Pero esa mancha dejada por Endeavor era tan grande que muchos padres sacaban a sus hijos de las escuelas para héroes, hasta los propios alumnos decidían dejar ese sueño de niños que les resultaba idílica y bonita.

Entre esos afectados se encontraba una joven que creía que lo mejor sería dejar todo, y lo mismo pensaba un joven de cabellos negros.

— ¡¿van a dejar la academia?! — Preguntó alterada y triste Ochaco, tras oír a la pareja.

— creo que sería lo mejor... — Volteo a ver a la pelimixta que le regreso la mirada.

— sí, yo pienso igual, la verdad... nunca me gusto este tipo de cosas. Lo hacía más que nada por complacer las expectativas de mi padre. — Y era verdad, ella nunca mostró un interés genuino por esta carrera. Todo era por simple expectativa.

Todos se mostraron tristes y decaídos al oír la decisión de sus compañeros, a pesar de no interactuar mucho si les llegó a agradar esos dos.

— ¿por qué no lo piensan mejor? — intentó de convencer la pelinegra, no quería que se vayan.

— la decisión ya está tomada, no hay vuelta atrás. Nuestros papeles están en regla, lo mismo trató Aizawa y no lo consiguió. — Comunicó Shimura con serenidad.

La pelimixta abrazo a Ochaco, entre todos ella era la única a la que si podía soportar a pesar de su azucarada y positiva actitud.

A si ocurrió con todos los que habían conocido estos meses, abrazos, despedidas y llantos se hicieron presentes. Sonrieron y salieron por la puerta ante la mirada desilusionada de sus amigos de academia.

...

Izuku y Oyuki dieron un suspiro y observaron un auto esperándolos en el asfalto de la calle. De este salió Hisashi e Inko, atrás iba Rei. Tras la noticia de la muerte de su aún esposo era quien recibía las muchas críticas en compañía de sus dos hijos mayores.

— ¿listos para irse? — El marido de Inko y padre del afectado comprendía la decisión de su hijo, tras la muerte de su "suegro" no estaba a gusto en ese lugar el cual le recordaba todo lo que ocurrió en un solo día. Lo mismo iba para Oyuki, la muchacha estaba afectada en mayor medida ya que era de su padre del que estaban hablando.

Estos dos solo abrieron la puerta del auto y se sentaron en los asientos a los costados de la peliblanca. El pelinegro dio un profundo suspiro y entró al asiento del piloto listo para arrancar el auto. Sintió la mano de su esposa en su hombro, volteó y la vio dándole una sonrisa.

— tranquilo, cariño, están procesando todo este problema. Todo a su tiempo, ¿si? — Hisashi asintió y girando la llave del auto salieron de la academia.

...

Veía las noticias en compañía de ese chico de cabellera rubia con alas rojas, tenía los ojos rojos de tanto llorar. Keigo trataba de consolar su destrozado corazón, pero por más que lo intentara no lo conseguía la joven en su pecho seguía con las lágrimas en los ojos.

— Fuyumi... — No sabia como empezar una conversación sin ser muy brusco con ella. Peor aún tratar de aprovecharse de su vulneralidad.

Maldita la hora que acepto trabajar con Enji en ese retorcido plan.

Flasback:

— ¿Quieres que seduzca a tu hija? — La propuesta era realmente indignante para él, no sabía que Enji era ese tipo de persona.

— sí, ya que mi hija menor no sigue mi plan, será mejor que lo haga una que si esta realmente ciega por mi cariño. — Retrocedió un paso al oír el plan maquiavelico de este hombre.

Fin del Flasback:

Observó a la peliblanca de mechones rojos, se había quedado dormida con la cabeza pegada en el hombre de su único consuelo.

Se sintió fatal al ver la vulneralidad que presentaba esta joven por ese hombre al que veía como santo. Acarició su rostro con la yema de sus dedos, aunque tratase de negarlo él se terminó enamorando de esa chica de cabellos rebeldes.

— gracias... — Murmuró en sueños la joven con una sonrisa en los labios. Keigo apretó los puños, giro su rostro hacia un cuadro en el cual estaba la foto de ese hombre que empezó todo. Con una de sus plumas rompió el vidrio del marco haciéndolo caer al suelo con un sonido chirriante.

— maldito bastardo, buena la hora que te mataron, desgraciado. — Susurró con gran resentimiento en su voz. Volvió a acariciar el rostro de la dormida joven.

contrato entre hielo ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora