Rei:
La transformación de la destruida mujer ocurrió de manera progresiva, con las personas que la estiman siempre a su lado, sobre todo esa mujer de cabellos verdes y kosei de fuego. Sí, otra vez volvió a meterse con personas de "caracter caliente", pero no pueden culparla, Moe Kamiji supo ganarse su confianza como también lo fue su corazón.
Porque sí, la mujer supo como desmoronar su pequeña defensa que se caracterizaba por indiferencia y actitud cortante, pero a pesar de mostrar una actitud despreciable la peliverde no se daba por vencida por lograr su cometido. Ganarse la confianza de la mujer y como también, su cariño.
Cuando todos se enteraron de que Burnin estaba en una relación amorosa con Rei, no faltó el descontento y la desconfianza. Aún con la herida fresca de Endeavor, sobre todo para sus hijas no fue fácil aceptar a la nueva pretendiente de Rei Shimura, los murmullos, la incomodidad y las miradas despectiva por un error del pasado no faltaron.
Sin embargo, con el tiempo y la perseverancia de Moe lograron que la familia la aceptara como la pareja de Rei, esa noticia alegro a la peliblanca quien actuó como adolescente y salto sobre su enamorada enredando sus piernas sobre su cintura y beso sus labios ante la mirada impresionada de todos.
Si, esa mujer, quien en el pasado había sufrido un sin fin de desgracia logró encontrar la felicidad en una mujer que, si bien le recuerda a su ex-abusador simplemente por su kosei ella era totalmente diferente al hombre que se vio obligada amar.
— te quiero, ¿sabes? — Volvió a repetir Moe con una sonrisa a Rei, quien se encontraba en el regazo de la peliverde.
— *risita* ya me lo repetiste muchas veces amor... pero sabes, no me canso de oírlo. — Moe bajo su cabeza y beso los labios de la peliblanca. — yo también te amo...
Inko:
La felicidad era palpable para la mujer que logró lo imposible, enamorar a ese hombre que en su juventud era alguien "inalcanzable", según las palabras de las jóvenes universitarias que trataban de conquistarlo. Pero para ella, una mujer terca y perseverante no le fue difícil llegar a su corazón.
Ese enamoramiento se fue transformando hasta que ambos llegaron al altar y se casaron, tiempo después su amor se unificó con la llegada de ese pequeño pelinegro de mirada angelical. Lograron anteponerse a las adversidades que la vida les lanzaba, pudieron salir adelante y vivir una vida de ensueño como una familia unida y un tanto peculiar.
Ahora, con la llegada de una nueva integrante a la familia esa felicidad estaba por crecer. Inko al precenciar el rostro de esa bebé que estuvo esperando no pudo evitar rememorar el mismo momento que sintió al ver llegar al mundo a ese niño que era su tesoro más grande. Con esta niña, de nombre Naomi sentía lo mismo la felicidad se había multiplicado con ella.
Ella siendo madre por segunda vez después de casi 16 años después, su marido volviendo a ser padre y su hijo, su tesoro siendo hermano mayor de esta nueva criatura. Sonrió, sonrió como nunca al ver a su niña llorar con fuerza en sus brazos mientras todos en la sala hospitalaria no podían evitar llorar por la emoción que aquello evocaba.
— gracias por darme este regalo tan grande... mi amor. — Su marido la beso con las lágrimas escurriendo de sus ojos.
— y tú por siempre estar a mi lado y darme la oportunidad de formar esta linda familia... te amo. — beso los labios de su esposo con los llantos de la bebé de fondo.
Fuyumi:
Para la pelimixta el tiempo fue generoso con ella, ver a todos avanzar en sus vidas le dio el impulso de ver que todo lo vivido ha sido más que los deseos egoístas de terceros sobre los suyo.
Con la ayuda de la fortuna dejada por su padre pudo abrir una pequeña guardería en la cual actualmente trabaja y administrar con ayuda de Hisashi, ese pequeño pero prospero negocio le ha ayudado independizarse y poder salir adelante sin la ayuda se ningún varón.
Ser la figura de guía para diferentes niños le es gratificante para su aún roto y herido corazón. Ver a esos padres despedirse y recoger a sus hijos con el mismo entusiasmo le genera ternura y gozo.
— oh, hola... tú debes ser la maestra de mi hija. Fuyumi, ¿verdad? — Preguntó una mujer con rasgos característicos a las de un dragón
— eh, ¡oh! Si, claro yo lo soy... ¿Qué se le ofrece? Tiene algún problema o... — Su inseguridad la vuelve a ser presa de sus miedos.
— ¡oh, no, yo no tengo ningún problema con su enseña... de hecho me impresiona su dedicación con la enseña a esos menores, sobre todo a mi pequeña... *risita*.
— se refiere a la pequeña Milin, esa niña es sumamente inteligente y astuta... pero me gustaría que usará esa astucia para los pequeños deberes y no en bromas. — Se tapó la boca ante tal atrevimiento. — no, disculpe yo no quise... dios yo...
— no sé preocupe, la entiendo, mi Milin puede ser algo... extrovertida. — Soltó una risilla al ver el nerviosismo de la maestra. Le pareció lindo.
— se el nombre de su hija, disculpe el atrevimiento, ¿pero cual es el suyo? — Consultó con timidez.
— yo soy... Veldenaba... Veldenaba Nava, un gusto maestra Fuyumi. — Extendió su mano en un saludo.
— igualmente, Nava-san. — corresponde el saludo con una sonrisa.
Izuku y Oyuki:
Ambos prometidos estaban en el jardín trasero, completamente solos, sentados en el columpio que se situaba en el centro del jardín, cada uno en cada extremo.
Pelinegro y pelimixta veían el pequeño atardecer que el ocultamiento del sol ofrecía. Las manos siendo sostenidas por el otro con una sonrisa en sus rostros.
— sabes, yo nunca creí acabar contigo, así... viviendo juntos. Es... era algo extraño para mi. — Volteo a ver el rostro perfilado de su prometido. — pero ahora lo veo y es lo mejor que me ha pasado.
Se levanto del columpio y caminó hacia el pelinegro con una sonrisa en sus rosados labios. El joven levantó la vista y vio a su prometida con un rubor en sus cachetes.
— yo... estoy igual, un joven amargado con la vida, con los propósitos mundanos de terceros, que le hicieron perder el rumbo. Que encontró el camino gracias a una pequeña flama que me ayudó en ese oscuro recorrido que se llama venganza.
Se paro erguido mostrando su altura, con suma delicadeza tomó la pequeña cintura de su prometida. La chica amarro sus manos en el cuello de su prometido y con lentitud ambos acercaron sus bocas y con suma timidez y delicadeza sus labios chocaron fundiéndose en un beso, que mostraba su puro, inmaculado e inocente amor.
Al separarse sus labios, estos estaban húmedos y con una fina película de saliva. Sus ojos se miraron con suma atención y con una sonrisa...
— te amo... — Dijeron ambos al unísono abrazándose mientras las estrellas se hacían presentes en el firmamento.
Atrás de ellos una pequeña niña sonreía con lágrimas en sus ojos mientras apretaba su pecho.
— ¿qué nos deparará el futuro? — Se dijo con la voz quebrada.
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Fin
Bien... aquí termina la historia de estos dos enamorados no tan enamorados. Sólo faltaría escribir el epilogo y terminamos con ella.
Jejeje... aunque no lo crean llore escribiendo este capítulo. Sobre todo la escena de Oyuki e Izuku. Aquí mostré a mi parecer el gran aprecio que ambos se tienen. Sobre todo con ese beso.
Extrañare esta obra... y gracias por darle una oportunidad
¡nos vemos en el epilogo!
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contrato entre hielo ✔️
Fiksi PenggemarDos familias, dos héroes de gran prestigio. Una mancha en el honorable transcurso de sus vidas, pagando las desdichas y paganas rivalidades.