Muevo mi cabeza de arriba abajo, los estúpidamente caros audífonos funcionan bien, a pesar de que llevan ya un par de años en una caja. Veo como el chico delante de mí pide su café antes de pagarlo.
Veo el reloj de la cafetería y suspiro al pensar en que falta una hora para llegar a casa.
Tengo que pasar comprando algo de supermercado si no quiero comer fuera por cuarta vez en lo que va de la semana.
Pido mi café y le entrego mi tarjeta al chico, levanta la ceja cuando ve el color de esta, pero lo ignoro completamente.
— Te llevaremos tu pedido a la mesa.— dice el chico y yo le sonrío.
Veo el segundo piso a través de una pequeña terraza, subo las gradas y sonrío al ver un sofá justo al lado de la ventana.
Me siento, quitando mis audífonos al ver las estanterías llenas de libros. Dejo mi cartera sobre la mesa y camino hacia ellas.
Veo los viejos ejemplares con nostalgia, recordando una casa que ya no es mía, con pertenencias que ya están más que olvidadas. Un ruido al otro lado de la librera me hace detener mis dedos a punto de agarrar un libro.
Suspiros y algunas risas me hacen sonrojar ligeramente. Decido darle su espacio a quien sea que quiera privacidad y camino hacia el sofá.
Miro mi teléfono al ver la invitación de Ash hoy en la noche.
Pienso en mis opciones antes de acceder. Después de todo viene por algo.
Las risas se hacen más fuerte, estoy a punto de ponerme mis audífonos y fingir demencia cuando reconozco los azules ojos que aparecen de las estanterías.
Mi boca se abre ligeramente.
—¡Soph!—Luna pasa sus delegados brazos sobre mis hombros, sus mejillas están sonrojadas, su cabello es un desastre pero irradia una felicidad que solo puede significar algo.
Oli se sonroja ligeramente cuando se da cuenta que descifro lo que han estado haciendo.
—¿Tienes clases o ya saliste?—la pregunta de Luna me da vía libre para despegar mis ojos de mi hermano.
Muevo de un lado a lado la cabeza tratando de evitar imaginarme cualquier cosa. Jesús es mi maldito hermano que asco.
—Tengo una en cuarenta minutos, Ash me dijo que aquí servían buen café as que decidí probarlo.
—Amamos el café de aquí. Que tengan una bonita librera es un plus.—dice giñándome el ojo y trato con todas mis fuerzas de no mostrar una cara de completo horror. Pero por su risa no lo logro.— Iré a comprar algo para nosotros, dejanos acompañarte.
—Voy contigo.—dice Oliver, estoy a punto de suplicar que así sea, pero Luna pone sus manos sobre sus hombros, obligándolo a sentarse en el sillón frente a mi.
—Yo invito guapo, ya hiciste mucho hoy.—me guiña el ojo nuevamente, acercándose a su novio para besarlo.
Respiro, pensando en algo más para no vomitar en este instante.
Luna desaparece por las gradas.
Oliver y yo nos vemos y sonreímos incómodamente.
Miro la ventana a mi lado, viendo pasar a los estudiantes sin poder pensar en nada que hablar con él.
¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo esperé para conocerlo para estar evitándolo como una estúpida desde que llegué?
Sé bien que no iba a acercarme a él en plan hermana, no hasta que todo terminara pero aun así, amigos. ¿Podríamos ser amigos? ¿Después de que todo terminara? ¿Podríamos ser amigos?
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Mira a través de mis ojos
Novela Juvenil(HISTORIA TERMINADA) El reloj está sonando. Tic tac, tic tac, suena tan fuerte que parece que compite con el sonido de mi corazón. Todo ha quedado paralizado. Aunque el mundo a mi alrededor parece no detenerse ni porque mi corazón está a punto de e...