Capítulo 26

2 0 0
                                    

Miro la dirección en mi celular antes de guardarlo. Veo las libreras al fondo de la pequeña cafetería, la amarilla luz del lugar hace que todo se vea más cálido, más acogedor. Entro, una pequeña campana me da la bienvenida, le sonrío a la chica de recepción, acercándome a la mesa de entrada, donde varios de los libros de autor se están vendiendo. Agarro uno, sacando mi tarjeta para comprar uno.

La chica me agradece, dándome un recibo al finalizar mi compra.

Me señala la pequeña biblioteca al final de la cafetería donde el evento se llevará a cabo.

Abro el libro, curiosa al leer la biografía del autor.

Me quedo paralizada al ver la fotografía.

Como si el ruido del mundo hubiera desaparecido. Como si el aire no existiera.

Mis manos empiezan a temblar.

Una voz masculina se escucha por los pequeños altavoces del lugar. Lentamente levanto la vista del libro mirando el improvisado escenario.

Siento una mano que toca mi espalda, poniéndose en mi cintura.

Es hasta que siento el beso de Ian en mi mejilla que logro verlo.

La burbuja estalla, sobresaltándome por el ruido de las personas, la música de fondo y el movimiento de sillas.

El lugar no se había sentido tan diminuto hace unos segundos, pero la cantidad de gente ahí es insana.

—¿Todo bien?—Ian me mira con su ceño levemente fruncido.

Le sonrío como puedo, asintiendo. Abro mi boca para decirle algo, pero la chica de la entrada nos señala uno de los puestos vacíos, cerca de una mesa con una velita.

Caminamos en silencio, escuchando como la, que creería yo, que es la dueña de la cafetería da unas palabras antes de presentar al autor, que ríe humildemente a su lado.

Y yo me quedo ahí, sentada viendo como mi abuelo anuncia su libro, libro que tiene el nombre de mi madre en él.

Los aplausos al final de la entrevista me sobresaltan. Ian cierra el libro, que ni me había dado cuenta que habia comprado, aplaudiendo también.

—Young.—la suave voz de Ian en mi oído me hace verlo.

Sigue con el ceño fruncido, preocupación viaja en su rostro.

Las personas empiezan a pararse así que hago lo mismo.

El libro que compré y había dejado sobre mis piernas se cae, pero no me interesa, necesito salir de la maldita cafetería.

Abro mi boca al sentir la fría noche, abro la boca y trato de respirar.

Separo como puedo la camiseta cuello de tortuga de mi garganta, desesperada por aire.

Logro tranquilizar mi respiración cuando Ian sale de la cafetería.

Un ticket en su mano por la bebida que ordenó y ambos libros. Se acerca a mí.

—¿Young?—mi nombre sale como pregunta, volteo a verlo sonriéndole.

—Lo siento, su historia, la de esa señora, me conmovió, necesitaba salir de ahí si no quería que me volviera lágrimas.—medias verdades, medias mentiras. Como todo desde que vine a esta maldita ciudad.

Ian me tiende mi libro, abriéndolo en la primera página donde un autógrafo aparece y un pequeño mensaje que no me atrevo a leer.

Agarro el libro agradeciéndole por lo bajo.

Mira a través de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora