Capítulo 19

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—¡Pero no pude despedirme bien de Sophia!—las manos de Asher salen del auto, tratando de salir, pero la mano de Oli lo empujan de nuevo hacia dentro.

Oli se despide con una pequeña mueca antes de perderse dentro del auto.

Luna resopla, molesta. Me voltea a ver.

—¿Segura que no quieres que te llevemos a casa?—su mano pasa por su cabello, tratando de estabilizarlo por la fuerte brisa.

De alguna manera parece más brillante, como una antorcha en la noche.

La noche ha terminado rápido y mal. Muy, muy mal.

Asher de algún modo había conseguido más licor, pasamos como una hora dentro del bar antes que el dueño amablemente le había pedido a Luna que lo sacara de ahí. Nunca había visto a un chico aferrase firmemente a una columna tanto como para querer morder a las personas que trataban de separarlo de ella.

Rezo para que Oli desinfecte su mano al llegar a casa. Estoy segura de que él es limpio, pero no podría decir lo mismo de los extraños a quienes les robó un par de botellas.

—Pediré un auto para ella.—Ian responde la pregunta de Luna, que yo había olvidado mientras veía como Oli trataba que Asher no baje las ventanas de la otra puerta.

Asiento, sin ver al chico pelinegro que se ha mantenido tranquilo mientras sacaba a Asher del bar.

Luna nos mira unos segundos antes de asentir.

—Lamento que la noche acabara así.—se disculpa, una pequeña mueca aparece en su cara.

Como si recordara que esta no es la primera vez que la fiesta termina antes de tiempo debido a Asher y su problema de mal trago.

Muevo mi mano de arriba abajo para quitarle importancia. No es su culpa después de todo.

—¿Segura que tienen que irse?—pregunto, cansada pero sin ganas de regresar a casa aun. Tomo su mano, haciendo un pequeño puchero.

—No creas que mi noche ha terminado.—dice guiñándome el ojo, hago una mueca de asco, soltando su mano, ganándome una carcajada de la pelirroja.

Besa mi mejilla, se despide de Ian y luego entra al auto.

Veo como el auto se aleja.

Bueno, al menos mi hermano tendrá diversión esta noche.

Un escalofrío me invade el cuerpo ante la imagen.

Volteo a ver a Ian, pero ha sacado su celular. Su hermoso rostro iluminado por la brillante pantalla.

Nota mi mirada, nuestros ojos chocan.

—¿Estás cansada?—Ian se acerca a mí, pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Es un esfuerzo no temblar ante sus helados dedos.

Niego con la cabeza, él asiente una vez antes de mirar algo rápido en su celular antes de guardarlo en su bolsillo

— Ven.—Ian me tiende su mano.

Le sonrío antes de tomarla, dejándome guiar otra vez por él, por la ajetreada calle.

La fría brisa de la noche es agradable, la actitud de la gente que pasa a nuestro lado es tan alegre que no puedo reprimir mi sonrisa.

Caminamos unos veinte minutos antes de llegar a una pequeña tienda llena de luces.

Desde fuera parece cubierta de espejos, una gran estrella brillante, esos es lo que parece.

Mira a través de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora