Capítulo 18

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—¡Muchas gracias!—me despido de una señora que ha pasado casi veinte minutos frente al stand de galletas mirando exageradamente a Asher, Oli e Ian.

Fue hasta que Luna finalmente tuvo suficientes de ella que logró deshacerse de ella no sin ante obligarla a llevarse un poco más de cinco galletas.

Miro la caja de galletas debajo de la mesa haciendo una cuenta rápida de las que quedan.

Menos de las esperadas para las pocas horas de evento. Lo que es una muy buena noticia.

Me dejo caer en una silla, viendo como Ian trata de seguirle la conversación a otra señora que tiene cero interés en la galleta en la mano de pelinegro.

Casi gimo de placer al sentir las manos de Asher en mis hombros, dándome un pequeño masaje.

—Estoy muerto, pero no puedo imaginar como ustedes dos siguen de pie.—dice señalándonos a Luna y a mí.

Ir a la exposición del museo para luego pasar horas haciendo galletas para venir a venderlas temprano definitivamente no fue buena idea.

Estoy a nada de comprar las galletas restantes yo misma para poder terminar por hoy.

El grito de emoción de Luna casi me deja sorda, todos, hasta la señora frente a Ian volteamos a verla.

Ian aprovecha el desconcierto de la señora para tomar el billete de 20 dólares y darle 4 galletas. Me rio por lo bajo.

—¿Recuerdan el bar que les dije que abriría pronto?—pregunta la pelirroja a nadie en particular.

Nadie responde. Ella rueda los ojos, resoplando.

—Bien, pues abrió esta noche, y como conozco al dueño nos ha dado una mesa para esta noche.

El silencio reina la carpa donde nos colocaron. Mis ojos se cierran solo de pensar en estar despierta esta noche. Sin mencionar que mañana es lunes y mis clases temprano en la mañana.

—Joder sus caras.—se queja la pelirroja.—Solo será un rato, ¿saben lo difícil que es conseguir una mesa? Mucho más en el día de la inauguración, no podemos desaprovechar esta oportunidad.

—Yo estoy de acuerdo.—Asher pone su mentón en mi cabeza, me quejo un poco.

—No suena mal.—responde Ian, alzo una ceja, pensando en todas las veces que hasta ronca en clase. Él me fulmina con la mirada como si supiera lo que estoy pensando.

—Por mi bien, mis clases de mañana se cancelaron de todos modos.—todos voltean a ver a Oli, que se encoge de hombros ante nuestras miradas.

Luna voltea a verme, mis ojos dicen lo suficiente sobre mis ganas de llegar a casa a dormir, pero Luna mueve su mano de arriba a abajo.

—No acepto un no por respuesta de todos modos.—dice, confirmando nuestra llegada a quienes ea que sea el dueño de ese bar.

Asher me mueve ligeramente, aun con sus manos en mis hombros.

Cierro los ojos y suspiro un poco antes de aceptar.

—Nos reuniremos en casa de Oli, ahí dejaremos los autos, pediremos que nos lleven para no manejar.—explica Luna, sin esperar la respuesta de nadie ante su plan ya listo.






Salgo de mi auto ajustando mis botas negras altas. Si quieres ser alta sin usar tacones, unas plataformas en botas son ideales.

Mira a través de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora