Capítulo 23

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Dejo caer los libros en el pequeño mostrador sonriéndole a la bibliotecaria. Ella me saluda, hablando por teléfono, levanta su dedo para hacerme saber que tiene algo que decirme.

Cuelga el teléfono, anota algo rapido y después voltea a verme con una gran sonrisa.

—Sophia, ¿te sirvieron los libros?—asiento, tocando la portada de uno de los tomas.—Me alegro, quería hablarte sobre algo, sé que normalmente vienes por libros relacionados con tu carrera, pero he notado que te quedas viendo algunos libros de literatura moderna.—mi cara de sorpresa es respondida por una sonrisa de la bibliotecaria.—Soy muy observadora.—le sonrío.—Mañana por la noche un escritor se presentará en una cafetería cerca, presentará su nueva obra, son pocos los alumnos que se han inscrito.—la bibliotecaria hace una mueca triste.—¿Te interesaría apoyar?

Abro mi boca para inventarme una excusa, el movimiento de un brazo a lo lejos me hace levantar la vista, viendo como Oli me saluda animadamente, cuando nota el escándalo que hace baja la mano. Sus mejillas sonrojándose.

Me rio por lo bajo, volteo a ver a la bibliotecaria que tiene la vista fija en Oli.

—Lo pensaré.—digo, agarrando mi cartera de la mesa. La bibliotecaria me regala una pequeña sonrisa.

—Te enviaré los datos a tu correo institucional, léelo con calma. Algo me dice que el libro que está presentando te gustará mucho.

Asiento con una pequeña sonrisa, despidiéndome de ella con un saludo de mano.

Camino hacia Oli, riéndome al verlo con un libro de física química que bien podría estar al revés antes su mirada de confusión.

El rubio me ve acercarme, deja el libro adonde lo encontró y se acerca a mí con una sonrisa avergonzada.

—Lamento que ahora te relacionaran conmigo.—dice, sus palabras llegando a un punto más profundo de lo que el quería.

Me obligo a reírme por lo bajo.

—Algo me dice que después de estos meses saben que somos amigos Oli.— el rubio frente a mí abre su boca, como si la palabra amigos en mis labios fuera desconocido.

Lo miro confundida, ladeando mi cabeza para decirle que caminemos fuera de la biblioteca.

—Supongo que sí.—Oli pasa su mano por su cabello, nervioso. Nerviosismo que se contagia, ya que aunque si podríamos ser considerados amigos nuestras pláticas no han aumentado como se esperaría después de tantos meses.—Soph, quiero ser sincero contigo.

Mi cuerpo se detiene cuando Oli se pone frente a mí, impidiendo el paso.

Oli ve que hay chicos queriendo entrar a la biblioteca, levanta su mano con intención de agarrar la mía, pero luego retrae su toque, apunta a una de los pasillos vacíos, camino hacia él, dándome la vuelta para encararlo.

—¿Sincero?—pregunto, sin poder evitar pensar en todo lo que pude haber hecho mal estos meses.

Maldita sea ¿hay cabos sueltos? ¿Oli sabe algo?

—Si... Quería decirte que Ash nos contó lo que pasó entre ustedes.—parpadeo, sorprendida ante esta plática.

—Oh.—es lo único que digo, mi cerebro aun procesando.

—No lo contó de mala manera, solo nos hizo saber tu decisión, completamente válida.—recalca moviendo sus manos nerviosamente.—Sobre el futuro de su relación. Quería decirte que ya lo sabemos.—nuestros ojos chocan.

—Oh, entiendo.—asiento, miro mis zapatos unos segundos antes de armarme de valor para mirarlo.—Entiendo Oli, gracias por decírmelo. Agradezco que me hayan metido a su grupo de amigos, entiendo que su relación con Asher lleva mucho más tiempo, entiendo que mi presencia puede resultar incómoda y...

Mira a través de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora