38| Juntos, por siempre (parte 1)

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Thomas:


Despertar de un coma no estaba en mis planes.

Nunca me imagine estar en coma durante más de un mes.

Según me atropello un carro salvando a alguien.

Salvando a Diane.

Si, la recuerdo. Es imposible que me olvidará de ella así me pasen carros por encima.

Pero estoy confundido.

¿Cómo dimos con el accidente?

Tengo pedazos de recuerdos. Algunos los recuerdo más que otros. Es cómo un rompecabezas con piezas que faltan.

Mi pierna me duele un montón y el dolor de cabeza no es que me ayude mucho que diga.

—Ay, coño—dije para mi mismo, parecía que me estuvieran dando martillazos en la cabeza.

La puerta se abrió y apareció mi hermana. Al verla me costó no llorar, se veía muy demacrada.

Y todo por culpa mia.

Coño, pero este no es la peli culpa mía que todos son culpables.

Nicole al verme se quedó estática en su lugar.

—La cafeína cómo que me esta haciendo ver cosas—habló con los ojos muy abiertos.

No podía hablar por el tubo que tenia en mi boca, así que Nicole salió corriendo en busca de la doctora y me sacaron el tubo

—No sabia que yo soy una cosa—bromee en un hilo de voz.

—¡THOMASSS!—chilló de la emoción, no me ayudó para calmar el dolor de cabeza, pero estaba muy feliz de verla—. Es-estas despierto ¡no lo puedo creer! ¿dime que no es un sueño?—se acercó y agarro mi rostro para verme de cerca.

—No estás soñando.

—¡MAMÁÁÁ! dios ¡le tengo que avisar! ¡a Diane! ¡le tengo que decir a Diane!—chilló abriendo la puerta y al mismo saliendo de la habitación.

Ay estrellita, ¿donde estarás?

Durante todo este tiempo que he estado en coma he escuchado todo lo que me ha dicho. Me parte el corazón que se sienta culpable, porque ella no tiene la culpa de nada.

Me quedé viendo el paisaje en la ventana de la habitación, intentando recordar algo.

—Thomas, si no me quieres decir nada, no me digas, no te quiero obligar... yo solo quiero estar contigo, en la buenas y malas Thomas. Si te caes de un barranco yo caigo contigo, si vamos a robar una tienda dulce yo distraigo al cajero, si vas a asesinar a alguien yo te ayudo a esconder el cuerpo. ¿Y sabes por qué? Porque te amo Thomas, y quiero estar allí, pase lo que pase, si vamos a caer, caemos los dos, juntos. Quiero ser tu soporte, tu hombro para que llores, el oído que escuche tus problemas.

»Asi que, no me voy a ir a ningún lado, yo te hice una promesa, que en las buenas y malas voy a estar a tu lado.

Al rato llegó una doctora para ver que tal estaba después del despertar del coma. Dijo que tendrían que hacerme algunas pruebas y me habló cómo había sido el accidente—cosa que ya sabia—y se retiró.

Por ti hago lo que sea| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora