1.
Diane:
°•°•°☆•°•°•
No, no ¡no! Corrí apurada porque estaba llegando tarde a clases, y con él profesor que más odio, creo que ese mutuo es sentimiento.
Lo odio porque uno: conoce a mi mamá y es un chismoso de mierda.
Apropósito, mi mamá es psicóloga y trabaja de tiempo completo, por lo que siempre evito cagarla para no causar problemas. Y bueno, mi padre no sé. No lo conozco, solo sé que dejó embarazada a mi mamá y se fue. Para eso son bueno los hombres.
Dos: no puedo ni siquiera estornudar porque cree que ando hablando en clases ¡y eso no es cierto!
Y tercero: es el profesor de matemáticas, y los números y yo no somos muy amigos tampoco. Desde que empecé a ver matemáticas con letras la vida no volvió a ser la misma, ¿cual era esa necesidad de combinar letras y números? Ninguna. Personas que no saben que hacer con sus vidas y se las complica a los demás.
Efectivamente, como mencioné anteriormente, mi profesor muy querido no me ha dejado entrar a su clase. Bufé, genial, ¿y ahora que haría? Ahora tendría que esperar una hora y media para la otras clases.
Varias risas de mis compañeros se lograron escuchar fuera del salón. Idiotas, ya para ellos era común que llegara tarde a clases. Todo por la culpa de la alarma ¡no sonaba! Y por eso siempre me levanto tarde, que vida la mía.
Eres tu la que no lo escucha, eso es algo distinto.
Acomodé las correas de mi mochila y decidí ir al campo de fútbol, allí podría sentarme en las gradas y esperar mi siguiente hora de clases. Además que la vista es muy bonita. A veces voy para allá para pasar el rato sola, las personas pueden llegar a ser un poco agonizante.
Caminé hasta aquél campo de grama artificial, los tigres azules, así se llamaba el equipo de fútbol del instituto. Me extrañó que tuvieran prácticas hoy, lo tienen 3 veces a la semana y normalmente son por las tardes. Me senté, busqué mi teléfono y audífonos.
Una canción de Harry Stile empezó a sonar, amaba mi playlist, estaba orgullosa de cada una de aquellas canciones que tenía. Oliva Rodrigo, Sabrina Camperte, Haría Stile, Chase atlantic...
Moví la cabeza al ritmo de la música cuando un balón impactó en mi cabeza. Un maldito balón. Solté un quejido y miré a ese balón con rabia. Hoy había amanecido con la suerte a mi favor, muy a mi favor.
—Oh, demonios—me lamenté, ahora me dolía la cabeza. Le rezaba a dios para no desmayarme y no hacer el ridículo total. Para eso era yo muy buena.
—¿Estás bien?—escuché de un chico. Estaba aún aturdida por el golpe así que ni me había percatado de que alguien estaba al lado mío.
Cuando me fijé era unos de los chicos del equipo de fútbol.
Era alto, su piel era como si estuviera bronceado, su cabello castaño, sus ojos eran azules y sus labios carnosos. ¿Era nuevo acaso? Habían pasado varias semanas desde que empezaron las clases, y hasta ahora no lo había visto.
Provoca besarlo.
¿Eh? ¡No!
El chico guapo me interrumpió de mis pensamientos cuando se puso uno de mis audífonos.
Que atrevido.
Y confiado.
—Harry Stile ¿eh?
—¿Lo conoces?—fue lo único que pude formular en ese momento. Mi mente estaba ocupada en observarlo, parecía sacado de un revista, ¿y si lo era? Se podía explicar esa belleza de admirar.
—No tanto, lo conozco porque mi hermana lo escucha.
—Mm.
¿Qué me pasa? ¿Por qué no estoy hablando? Dios, ese chico tiene culpa de todos esos males. Es eso, su presencia, nada más. Su belleza intimida.
—Me llamo Thomas Cooper.
—Diane Brown—me presenté.
—¿No quieres ir a la enfermería? No sabemos si...
—Estoy bien—estiré las mangas de mi suéter—. Gracias—sonreí.
Iba decir algo cuando sonó el estúpido silbato del entrenador. Que escandaloso era.
—¡Thomas!—gritó, él se volteó—. Deja de coquetear con la chica y trae tu trasero para acá.
El ojos azules hizo un gesto de modo de despedida mientras que yo estaba roja como un tomate por lo que dijo el entrenador. ¿No sabía lo que era la discreción? Por lo visto esa palabra no estaba en su diccionario.
Toqué mis mejillas inconscientemente y las tenía calientes.
¿Qué demonios...?
Aun sonrojada me levanté y salí del campo.
No tendría cara de seguir allí después de todo eso.
Aunque esos ojos azules se me hicieron familiares...
No, lo dudo mucho. Era casi imposible que yo conociera a alguien como él. A lo mejor lo había confundido con alguien más.
Con ese pensamiento rondando en mi mente empecé a caminar hacia mi otra clase.
No quería llegar tarde otra vez. No me lo perdonaría, y menos mi mamá ¡me castigaria!
Lo que no sabía era que desde ese mismo momento mi vida cambiaría por completo.
Y todo daría una vuelta frente a mis ojos.
La yo que se refugiaba en ropa anchas y oscuras iba a encontrar a su estrella.
Y yo sería la estrella de alguien.
Las estrellas llegan cuando menos te lo imaginas a darle luz a tu vida.
Bienvenidos a mi historia, Por ti hago lo que sea.
☆☆☆
Instagram y threads: Lauraxbgles
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Por ti hago lo que sea| EDITANDO
Novela JuvenilDiane Brown, una chica distraída y que siempre llega tarde a clases. Thomas Cooper, el chico nuevo ojos azules, guapo y jugador de fútbol. Nunca sus caminos se habían cruzado hasta que un balón los unió. Oh, ¿ya se conocían desde antes? Thomas sería...