—Diane, que sorpresa—habló Nicole.
Al llegar quien me recibió fue Nicole, que rápidamente me dejó pasar a la casa para calentarme en la chimenea.
Me estaba muriendo de frío.
—Si—susurré —. ¿y cómo estás?
—Bueno, estoy bien—sonríe y me pasó una taza de chocolate caliente—, ¿y tu? te veo cansada.
—Yo... no se—susurré—. No estoy mal, pero me siento diferente.
—Te entiendo Diane, yo también me siento así—desvío la mirada y se centró en ver la chimenea—, últimamente han pasado muchas cosas, cambios, en nuestras vidas.
—Lo se.
—¿Sabes?
¡¡¡ALERTA ROJAAA!!!
¡INVENTATE ALGO!
—Si, sobre los cambios, yo también he pasado por eso. Conocí a mi padre, quien me había abandonado, pero que en realidad no lo hizo.
—Oh, ¿en serio?
—Si, pero bueno, volvió a mi vida.
—Si—trago grueso y lo siguiente que dijo hizo que cayera a tierra—. Vienes a ver a Thomas, ¿no?
—Si, ¿esta aqui?—pregunté levantándome del sofá de un salto.
—Si, búscalo arriba, debe estar escuchando música.
—Vale—y lo siguiente que hago es darle un abrazo, la cual la sorprende al principio pero lo recibe aplastandome un poco—. No se por lo que estén pasando, pero sabes que estoy disponible para lo que sea, si necesitas un oído que te escuche, una mano para sacarte del vacío o un hombro para llorar, me lo puedes pedir.
—Gracias, Diane—agradeció, limpiándose una lagrima.
—No me agradezcas—le di una leve sonrisa y subí las escaleras al segundo piso.
Al llegar a la habitación de Thomas me puse algo nerviosa, estar detrás de la puerta de tu novio que te dijo que te alejaras por tu bien, pero tu de terca no haces caso, ¿que puede pasar?
Mucho mi querida Diane, mucho.
Ya no puedo echarme atrás.
Ya estoy aqui.
Tomé una bocada de aire y toqué la puerta.
Uno.
Dos.
Tres.
¿Acaso esta dormido?
Cuat...
Abrió la puerta.
Al verlo, es cómo si mi mundo diera una vuelta, o mejor dicho, mi corazón. Estaba sin camisa, teniendo una gran vista, un mono de dormir color naranja—color extraño, apropósito—descalzo y su cabello alborotado.
Se ve tan sexy.
Pero a la vez tan vacío.
En su mirada se notaba.
Al principio, cuando me vio, se quedó quieto, observándome de arriba a abajo. No se si es porque está sorprendido por mi presencia o porque... estoy parada en su puerta en pijama.
Que apropósito mi pijama no es gran cosa.
En mono color negro, mis pantuflas y una franela con una hello kitty satánica en el medio.
Si, muy negro.
Al ver que ya llevábamos un tiempo así, decido hablar yo.
—Hola Thomas—balbuce.
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Por ti hago lo que sea| EDITANDO
Roman pour AdolescentsDiane Brown, una chica distraída y que siempre llega tarde a clases. Thomas Cooper, el chico nuevo ojos azules, guapo y jugador de fútbol. Nunca sus caminos se habían cruzado hasta que un balón los unió. Oh, ¿ya se conocían desde antes? Thomas sería...