28| ¿Quién es ella?

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¿Quien diablos es esta chica? cap#28

Después de esa noche cuando desperté.

Ya Thomas se había ido.

Se había ido y me había dejado una nota en la mesita de noche.

Me levante de la cama y desdoble la hoja a donde había dejado la nota.

Con su letra curva y legible comencé a leer las líneas de la nota.

Estrellita.

Lo siento por haber interrumpido a tu casa y haberme ido sin antes despedirme.

Gracias por todo lo que hiciste anoche. Lo necesitaba de verdad.

Se que te es difícil saber el porqué estaba así.

Pero es mejor que te quedes con la duda.

No quiero que te hundas conmigo.

Ya tu tienes suficientes problemas cómo para hacerte tener más.

No es una despedida ni nada similar, solo que tengo que resolver mis problemas y necesito que estés alejada en esto.

Cuando esto termine, volveré y te prometo que la pasaremos juntos.

No te preocupes por mi, estaré bien.

Por favor no insistas ¿si?

Te amo.

Thomas.

¿Que diablos?...

¿Que me aleje?

¿Que no me preocupa?

¿Que no insista?

¿Acaso esta en graves problemas?

Mi mente en ese momento comenzó a maquinar un millón de cosas, pensamientos que me estaban comenzando a atormentar.

Así que si quería respuesta necesitaba hablar con él.

Así que agarre mi teléfono y comencé a llamarlo.

Uno... dos... tres... cuatro... cinco...

Pero nunca contestó.

Seguí insistiendo. Pero al ver que no me iba agarrar el teléfono, me rendí y no seguí llamando.

Agarré para al baño y duré un buen rato dándole vuelta a cada palabra que me había dicho en esa nota.

Por favor no insistas ¿si?

¿En que problemas estaba Thomas? ¿O su familia?

Yo lo quiero ayudar.

Así me meta en problemas yo, quiero estar ahí a su lado.

En las buenas y malas...

Se lo había prometido ayer.

Y no la iba a romper.

Así que salí del cuarto de baño, me puse unos pantalones ajustados, un suéter ancho con el logo algo borrado, mis adidas, cabello suelto, mi gorro y guantes para el frío.

Baje rápidamente las escaleras, encontrándome a mi mamá en la cocina, sentada en unos de los taburetes leyendo algo en el teléfono.

—Buenos días, cielo—me saludó mi mamá y se volteo a verme, me observo por unos segundos al ver que llevaba ropa para salir.

Por ti hago lo que sea| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora