Stars & Raindrops |I Chanmin I|

CAPÍTULO 16

Un raro conoce a otro raro

[...]

La temperatura bajó gradualmente, los copos de nieve comenzaban a caer pintando el suelo de blanco. Chris exhaló una vez más emanando una ráfaga de vapor saliendo de su boca mientras metía las manos en los bolsillos de su chaqueta. Segundos después la puerta finalmente se abrió revelando al castaño con sus ojos lagrimeando y una nariz enrojecida.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó seguido de un estornudo que cubrió con su antebrazo.

- Pase por el hospital y dijeron que te fuiste antes porque no te sentías bien. - lo evaluó de pies a cabeza - Te dejé algunos mensajes, pero no me respondiste así que me preocupé por ti.

- Atrapé un resfriado - dijo casi sin importancia - deberías irte antes de que te contagies.

- Unos cuantos gérmenes no me asustan.

Con un fuerte virus invadiendo su sistema inmunológico Seungmin no tenía fuerza suficiente como para llevarle la contraria, se hizo a un lado y lo dejó entrar a su casa.

Llevaban semanas desde que iniciaron con el acuerdo y lentamente se iban acostumbrando a la presencia del otro, aunque Seungmin seguía oponiéndose a dejarlo conocer todo sobre él.

De pronto, desde el interior de la cocina sonó una aguda alarma indicando que algo se estaba saliendo de control. El castaño se apresuró y apagó la estufa, dándose cuenta que había arruinado las gachas de avena que intentaba hacer. Chris sonrió de lado enternecido, incluso los desaciertos de Seungmin lo hacían ver tierno ante sus ojos, después se apresuró a abrir las ventanas para que el humo saliera del lugar.

- Maldición - balbuceó viendo con decepción lo que había ocasionado y después le envió una mirada endurecida a Chris - No estoy en condiciones para hacerlo hoy - advirtió seriamente mientras limpiaba el desastre que había hecho.

- ¿Qué clase de depravado sexual me consideras? - preguntó con ironía al acercarse - Es claro que en este estado no podrías, ni si quieras puedes hacer gachas de avena sin que se quemen.

Seungmin se detuvo para fulminarlo con la mirada.

- El que esté resfriado no significa que no pueda darte una paliza. - amenazó señalando con el cucharón

- Lo siento - se disculpó alzando las manos en señal de derrota - Intentaba bromear contigo. – añadió - Deja que te prepare algo y después me iré.

En ese momento lo mejor era tener un poco de ayuda antes de que incendiara la cocina. Se apartó a regañadientes dejándolo a cargo. Lo vio quitarse el abrigo y colocarse el delantal.

Después de mucho tiempo, era lindo que alguien cocinara para él.

- Ve a descansar - dijo al notar que aún no salía de la cocina - te preparare un poco de sopa.

Asintió resignado y se marchó en silencio.

Al pasar por la sala observó cómo algunos de los vinilos de su madre estaban desordenados y con una ligera capa de polvo. Eso era algo que no podía permitir así que en ese mismo momento decidió arreglar la situación.

Entre todos esos viejos discos encontró uno en especial que le traía muy buenos recuerdos de su madre. Sonrió al sostenerlo en sus manos y después lo colocó en el tocadiscos.

La melodía poco a poco terminó con el silencio de la casa y al echar un vistazo al cristal del ventanal Seungmin aún podía ver claramente el reflejo de su madre bailando suavemente "How deep is your love" de Bee Gees, ondeando su largo vestido floreado mientras que los rayos del sol iluminaban su radiante sonrisa. Su madre no se había ido, estaría ahí presente en cada rincón y en cada canción.