🍓 Capítulo Doce 🍓

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Después de su reunión con Seokjin, Jimin regresó a casa temprano, Yugyeom le dijo que se iba a una cita por lo que tenía la casa para él solo ya que Hoseok estaba con Taehyung quién sabe dónde.
Pasados unos minutos, decidió subir a su habitación a descansar un rato, hasta que de un momento a otro, se quedó dormido. Cuando sus ojos se abrieron, ya era de noche.

Jimin suspiro mirando el techo y segundos después lo oyó, Jungkook  estaba cogiendo con alguien más en su habitación. Una parte de él se encontraba molesto porque le dijo claramente que eso estaba prohibido, se suponía que mientras su trato siguiera en pie, él no podía tener sexo con otros, pero a ese mocoso le valió verga. Aunque a decir verdad, otra parte de él estaba inspirada. Los sonidos eran gemidos leves y ahogados, Jimin no supo porque pero su cabeza comenzó a trabajar en ese preciso instante. Soltando un suspiro, se levantó de su cama y fue a su escritorio tomando asiento y abriendo su laptop.

Cada sonido era un golpe de inspiración.

— Soy un pervertido — se dijo a sí mismo sin dejar de escribir.

Casi podía imaginar a Jungkook tirando del cabello de la chica con fuerza obligándola a mirar al techo mientras su pelvis se golpeaba en sus glúteos al penetrarla. Cerros sus ojos momentáneamente imaginado la escena, el sonido de la cama, sus jadeos y gemidos combinados eran tan atractivos que solo lo hizo morder sus labios sin dejar de teclear.

— Dos…tres.

Estocadas sin parar que perforaban el interior de la protagonista importandole poco dañarla mientras satisfacía sus deseos más oscuros.
Imagino el como salió de su interior para voltearla de frente y ver su bello rostro mientras besaba de su hermoso cuerpo y ella gemía aferrada a las sábanas cuando entro sin previo aviso atacando su pecho con besos y mordidas.

Jimin podía imaginarlo a la perfección, era una obra de arte brotando de la punta de sus dedos que tecleaban sin parar.
Quizás no necesitaba a Jungkook, quizás solo necesitaba que este cogiera y lo dejara oírlo.

— Maldición, esto es cada vez más raro.

Cuando los gemidos cesaron, sus dedos se detuvieron sobre el teclado de su laptop. Había logrado finalizar un capítulo completo.

— Ahh…que haré contigo — murmuró por bajo al darse cuenta de algo.

Estaba duro, completamente excitado.

Negando con su cabeza, se alejó solo un poco arrastrando su silla hacia atrás. Dudo un par de segundos antes de bajar la cremallera de sus pantalones y sus bóxer.

— Carajo…¿en verdad vamos hacer esto?— suspiró avergonzado.

No sabía que hacer con exactitud, la vergüenza lo podía en esos momentos por lo que se sentía algo torpe pero, luego de varios segundos, oyó más gemidos.

— Maldito conejo enérgico — jadeó.

Su mano subía y baja por su miembro sin detenerse haciendo que sus ojos se cerraran. Jimin se sentía tan bien en esos momentos que su mente comenzó a trabajar y de la nada se imaginó a él mismo en esa habitación presenciado el acto sexual. Era como ver una puta película en 3D.
Sus gemidos salieron sin su permiso y poco le importo, apretó su polla entre sus manos llegando a la punta acariciando con su dedo pulgar antes de bajar por ella.

— Ah~h…

Todavía era capaz de imaginar cómo la tomaba, el como la penetraban y vaya que recordaba bien esa dura polla desde esa vez que sin querer lo vio pajeandose. Imaginar cómo esa gran polla se clava a en el interior de esa mujer era excitante para él. Sus movimientos aumentaron, Jimin mordio sus labios mientras lleva una de sus manos a sus pezones tirando de él lentamente.

Yo te ayudo|• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora