Saori se quedó muchas horas despierta, e incluso escuchó el grito del sereno de palacio, dando la media noche. Hacía par de días que disfrutaba sin preocupaciones de la fresca brisa del lago, de su habitación y esa manta que tan cariñosamente había bordado su difunta madre para ella, de montar a su yegua torda y olvidarse de que el mundo a su alrededor transcurría. Y sabía que algún día tendría que casarse y tener familia, pero no esperó que tan pronto, y con alguien que no había visto; ni más ni menos que el rey. No recibió el acostumbrado cortejo, y tampoco lo esperaba, también, muy secretamente, agradecía saltarse toda esa parte vergonzosa; pero ni siquiera le habían dado unos días para acostumbrarse a la idea. La noche siguiente harían el baile de compromiso y sería presentada a los más finos señores de la aristocracia como su futura reina.
Reina, la Reina de Inglaterra, Saori la Reina; no se escuchaba mal, pero era una chica lo suficientemente sabia como para no creer en fantasías e imaginar un mundo perfecto solo por ser coronada. El palacio, toda la corte, era nido de traiciones, vicios y secretos crueles. Haber sido escogida de una forma tan peculiar, tampoco presagiaba nada bueno, ¿pero, qué opción tenía? Como había dicho Izumi, si huía sería fichada como traidora, e incluso podía ir encarcelada o peor. Lo que la casa real decía, era lo que el pueblo tenía que hacer.
Ella miró la habitación, digna de la más rica princesa, su pijama, el albornoz de seda china y pelaje de armiño que colgaba de un perchero; incluso, antes de irse, las criadas se aseguraron de que la frazada que la cubría no mostrara ni una arruga, y que la chimenea de la estancia tuviese madera suficiente para que no se apagara en medio de la noche. Admitía que estaba más cómoda que nunca, pero el nudo en el estómago y el estrés, no le permitían dormirse.
A causa de eso, y habiendo caído rendida sin darse cuenta casi al amanecer, despertó sobresaltada cuando el sol ya estaba fuerte. En su casa la hubieran levantado a orden de su padre, pero allí nadie la molestó en lo más mínimo, no escuchaba ni un solo ruido. Se puso de pie, se cubrió con el albornoz y justo como le había indicado Lady Temari, tiró de una cuerda gruesa que estaba junto a la gran cama. Una campanita se escuchó y solo segundos después, las puertas se abrieron de par en par ¿Acaso estaban esperando del otro lado?
Sobresaltada y nerviosa, se quedó como una estatua mientras una procesión de criadas colocaban en una mesa de la habitación, muchas cajas con prendas, joyas, e incluso hermosas tiaras de piedras preciosas. Tres maniquíes con suntuosos vestidos, y por supuesto, no podía faltar un desayuno abundante.
—Buenas tardes, alteza— dijo Temari al entrar, con una leve reverencia.
—¿Tardes? ¿Cuánto dormí?— preguntó preocupada.
—Lo que necesitaba, no se preocupe por eso— sonrió —Por favor...— señaló la silla, delante de los alimentos.
—Oh... gracias— murmuró, notando como nadie de la servidumbre la miraba directamente o le hablaba.
—No debe darlas, es nuestro trabajo servirle— añadió la dama —Alteza, necesito que escoja uno de los tres vestidos para el baile de compromiso, las costureras deben ajustarlo a su figura antes del anochecer— pidió.
Saori, después de agarrar solo una taza de té, observó los ropajes. Eran en verdad hermosos, pero demasiado ostentosos para su gusto. Igualmente, no sería cortés andar con reclamos tan temprano. Al parecer, su indecisión fué motivo de atención para la dama de compañía, que se acercó un paso.
—¿El azúl?— preguntó dubitativa, pues aunque tenía bordados brillantes y llamativos, era el más serio de los tres.
—Excelente elección. Si lo combina con una tiara de safiros, lucirá despampanante— asintió Temari.
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Mad King
FanficLa única hija del duque Uchiha, de la noche a la mañana se ve envuelta en los planes de la familia real. Una niña inocente y testaruda, deberá emerger como fuerte mariposa a pesar de los obstáculos, y esta vez cambiar la historia, para ser ella la s...