LSELL | Charlotte Swan es una adolescente conocida por su corazón bondadoso y su actitud alegre.
Jamás ha creído realmente en el amor de pareja, sin embargo, su vida se pone patas arriba cuando conoce al nuevo miembro de la manada Quileute.
Seth Cl...
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DELETED SCENES SEASON 2
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Extra¹.
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Era una mañana tranquila en la reserva Quileute, tanto así que Leah había despertado de muy buen humor. Las cosas eran así desde que su hermano menor había comenzado a dormir en casa de su novia, pues al regresar a su hogar llegaba con una actitud tranquila y feliz.
Sin embargo, los últimos días había llegado aún más entusiasmado que antes, lo cual le provocó curiosidad. Por lo que, en aquella ocasión decidió entrar a su habitación para esperar a que llegara.
Mientras esperaba, se tomó el tiempo de curiosear por la habitación, encontrándose dos pequeñas fotos instantáneas en el buró junto a la cama. En la primera aparecían él y Charlotte, la rubia le rodeaba el cuello con los brazos mientras besaba su mejilla y, en la segunda aparecía solamente la muchacha, estaba acostada en medio de lo que parecían ser margaritas, su cabello brillaba y sus mejillas estaban sonrojadas; en la parte inferior de la fotografía se encontraba escrito con la caligrafía de su hermano: "Mi Sol♡".
Sonrió sin poder evitarlo, pues realmente adoraba ver a su hermano así de feliz y enamorado.
De pronto, la ventana comenzó a abrirse con lentitud y de entre las cortinas apareció su hermano. —¿Qué haces aquí? —preguntó en un susurro mientras terminaba de entrar a la habitación.
—Quería comprobar algo. —respondió ella con tranquilidad. —Últimamente estás más feliz de lo normal... Parece que Charlotte te consiente mucho, ¿no? —comentó acompañada con un movimiento de cejas insinuante.
—No sé de qué hablas. —balbuceó el menor con el rostro sonrojado.
—Claro que sí. —continuó Leah acercándose a él con una sonrisa burlona. —Por eso llegas directamente a bañarte, sabes que si no lo haces voy a notar el aroma.
—¡No es cierto! —se quejó el muchacho completamente avergonzado.
—Apestas a sexo, niño. —le dijo conteniendo una carcajada. —¡Ya eres un hombre! —se burló palmado su espalda.
