LSELL | Charlotte Swan es una adolescente conocida por su corazón bondadoso y su actitud alegre.
Jamás ha creído realmente en el amor de pareja, sin embargo, su vida se pone patas arriba cuando conoce al nuevo miembro de la manada Quileute.
Seth Cl...
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—Puedes quedarte conmigo. —sugirió pestañeando con inocencia.
—Eso me gustaría, pero Emmett me invitó y...
—Ya lo sé, ça va être une soirée entre garçons. —[Va a ser una noche de chicos. ] Lo interrumpió hablando en francés, a sabiendas de que el chico no la entendería.
—Mañana seré todo tuyo. —le prometió sonriendo tiernamente.
—Sería mejor que lo fueras ahora mismo. —se quejó sin darse cuenta del doble sentido de la frase.
Seth tensó la mandíbula y la acercó a su pecho casi por instinto.
—¿Qué estas... —murmuró confundida, pero entonces comprendió la frase. —¡Vaya, hombre! Necesitas una ducha de agua fría.
—Tú fuiste la que lo dijo. —se defendió aún sin soltarla.
—No me refería a eso. —respondió sonriendo.
—No te creo. —confesó el muchacho.
—Podemos seguir discutiendo toda la noche, no tengo problema con eso.
Se quedaron mirando fijamente a los ojos por un rato, hasta que ella parpadeó.
—Buen intento. —se burló Seth. —Pero aún iré con ellos.
–No. —murmuró la rubia sobre sus labios.
—Sí. —respondió él mientras jugaba con su cabello.
—Conozco a Emmett, hará alguna tontería. —insistió.
—Por favor. —le suplicó haciendo un puchero.
—En serio quieres ir. —al fin se resignó y asintió. —Está bien, pero si te llevan a un lugar con mujerzuelas quiero que salgas corriendo de ahí.
—¿Crees que sería capaz de... —lo interrumpió dándole un beso casto.
—Sé que no harías nada malo, eres un angelito... Pero esas tipas se lanzarían sobre ti en cuanto te vieran.
Al muchacho le parecía graciosa la situación, pues él sabia que aquella despedida de soltero no sería más que ir de cacería, además el tan solo tenía quince años. Ninguna mujerzuela se le acercaría.
—Eso le pasa a los chicos guapos. —respondió él.
Charlotte jadeó indignada y golpeó su hombro. —No seas ridículo, ¡tú eres el chico más hermoso de todo el mundo! —exclamó haciendo un ademán.
Seth se sonrojó y sonrió avergonzado.
—Te escucharán. —susurró y le tapó la boca.
Ella frunció el ceño y le mordió la mano para que la soltara.
