Le Soleil Et La Lune《 Seth Clearwater》

Prólogo

Charlotte Swan era conocida por la mayoría de sus amigos como una chica con demasiadas virtudes.

Era excepcional, aventurera, divertida, comprensiva y gracias a su insólita mente abierta era capaz de adaptarse a cualquier situación.

Pero claro, no existe la persona perfecta.

Charlotte también tenía sus defectos, mismos que podrían parecer insignificantes para cualquiera mientras que para ella eran un gran peso que intentaban derrumbarla día con día.
Se consideraba una persona insegura, carecía de prudencia y de fe en el amor.

Siempre creyó que el amor era sólo una consecuencia de la estupidez humana, y esta, según una de sus frases favoritas, es infinita.

Según su nula experiencia, enamorarte te convierte en una persona totalmente diferente a la que solías ser, en alguien que sigue a su corazón en lugar de su cerebro, que comete tonterías con tal de estar con el amor de su vida...
A su edad —aún muy joven para comprender realmente el amor—, era lo que menos deseaba.

¿Por qué?

Realmente nunca había tenido buenas referencias.
¹. Sus padres se divorciaron cuando apenas tenía dos años, obligándola a mudarse con su hermana y su madre.

Después de la separación su madre logró salir adelante, en cambio su padre... Él quedó estancado después de eso, atrapado entre los recuerdos de lo que era su vida antes de perderlas.
El sorpresivo regreso de las hermanas Swan a Forks fue lo que ayudó a Charlie a regresar a la realidad.

². Después estaba su hermana.
Bella había conocido a Edward Cullen, lo llamaba el amor de su vida.

Edward y su familia peculiar llamaban la atención en cualquier lugar, hora y momento, sin embargo, lograron despertar la curiosidad de las hermanas Swan.

No pasó mucho tiempo antes de que ambas descubrieran el gran secreto de los Cullen.

-“¿Ya olvidaste lo que Jake nos dijo?
¡Recuerda la leyenda de los fríos! ¡Son vampiros!”

Ninguna podría negar que al inicio la relación con la familia Cullen fue de lo mejor.

Edward y Alice se volvieron muy cercanos a Bella.
Rosalie y Emmett se dedicaron a cuidar a su pequeña Charlotte.

Pero, de nuevo... Las cosas nunca pueden ser perfectas.

Después de un accidente en el cuál se involucraba Jasper Hale más que ningún otro miembro de la familia, decidieron marcharse de la ciudad dejando atrás a ambas chicas.

Si bien, ambas se sintieron heridas ante tal acción, fue Isabella quien se vió más afectada ya que ella no sólo estaba perdiendo a un amigo, había vivido en carne propia lo que era un corazón roto.
Su depresión fue un peso más sobre los hombros de su padre, quien suplicó a su hija menor que intentara ayudar a su hermana.

Los meses pasaron y a Charlotte se le acabaron las ideas.
Pero casi igual a un ángel caído del cielo, Jacob Black fue su salvación y su mayor confidente durante ese tiempo, el chico cuidó de las hermanas hasta que se contagió de mononucleosis.

¿Notaron el sarcasmo?

Una vez más, Daphne y Velma (como Charlotte decía) hicieron su investigación, descubriendo el secreto de los Quilete.

Lobos.

Las hermanas Swan comenzaron a visitar seguido la reserva junto a Jake, por lo cual conocieron a la manada de Sam Uley, siendo Charlotte quien se ganó el cariño de los chicos con rapidez.

¿Ya hemos dicho que las cosas buenas no duran mucho tiempo?

Cuando los Cullen regresaron a Forks, después de que Isabella Swan sacara su valentía a flote y salvara a Edward, todo regresó a la normalidad...

O algo así.

Charlotte aún se sentía algo herida, por lo Cúa trató de evitar a toda costa a la peculiar familia.
No obstante, Rosalie Hale la buscó día tras día para arreglar las cosas y por supuesto Emmett Cullen se le unió.

Jacob Black se distanció poco a poco de ambas chicas ya que aún se sentía traicionado por Bella y sabía que el estar cerca de Charlotte sería muy duro para él.

Así que después de todo el drama, tantas aventuras y peleas.
Despues de correr entre lobos y vampiros...
La vida regresó a ser lo que era antes de Forks.

Charlotte Swan volvió a correr sola.