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001. “Le Seigneur ponctuel”.

 “Le Seigneur ponctuel”

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Había demasiadas cosas que Charlotte amaba de vivir en Forks.
Pero sin duda alguna, los amaneceres eran sus favoritos.

Despertó como todas las mañanas, se puso la chamarra más abrigadora que tenía —ya que es bien sabido que la temperatura es más baja durante las primeras horas del día— y abrió la ventana de su habitación para ver el Sol salir de entre las copas de los árboles del bosque.

Suspiró con anhelo mientras sus cansados y soñadores ojos se perdían entre el cielo que poco a poco se iluminaba.
Nunca se consideró una persona infeliz, pero sabía que ni siquiera en momentos tan lindos como ese podía sentirse satisfecha.

Había pequeños momentos en los que deseaba encontrar el amor y sentir todas aquellas emociones que su hermana le contaba sobre estar enamorada. Sin embargo, el miedo siempre era mayor que cualquier deseo.

Parpadeó con celeridad regresando a la realidad y soltó una risa burlona ante sus pensamientos.

"Tonterías" susurró.

Cerró la ventana con fuerza y caminó hacia su armario para escoger el atuendo del día.
Mientras pensaba las múltiples combinaciones posibles, la puerta de su habitación se abrió dando paso a su hermana, quién aún se veía algo adormilada.

—Buenos días, Bells. —saludó a la chica mientras esta se acostaba en su cama.
—Son las seis de la mañana, ¿por qué no eres cómo las adolescentes normales que duermen hasta las 10? —preguntó en medio de un bostezo.

—Es algo gracioso que tú me hables de adolescentes normales, señorita "mi novio es un vampiro". —se burló de ella causando que rodara los ojos con diversión.
—Cierra la boca. —se quejó y le lanzó una almohada a su hermana.

Charlotte miró indignada a la chica después de que la almohada la golpeara directo en el rostro.

—Te vas a arrepentir de eso, maldita. —murmuró y se lanzó encima de Isabella golpeandola repetidas veces con el mismo objeto.

Desde su habitación, Charlie Swan escuchó las risas de sus hijas, obligándolo a salir de la cama e ir a presenciar lo que seguramente era otra pelea de almohadas.

Asomó su cabeza y rió al ver a Charlotte saltando sobre su cama molestando a Bella, mientras que está golpeaba sus piernas con la misma almohada que le había lanzado.

—¿Quién quiere waffles? —preguntó captando la atención de las chicas.

—¡Yo! —gritó Charlotte al mismo tiempo que su hermana se levantaba de la cama.

—¿Te ayudo a hacerlos? —preguntó Bella a su padre, a lo cual este asintió sonriente. —No queremos que la cena de anoche se repita.

La sonrisa de Charlie desapareció siendo remplazada por una mueca de disgusto.

Le Soleil Et La Lune《 Seth Clearwater》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora