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029. "C'est déjà officiel."

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"He sido demasiado cobarde para hacer lo que sabía que era correcto, al igual que he sido demasiado cobarde para evitar hacer lo que sabía que era incorrecto".

Aquella frase —claramente de Charles Dickens_, había rondado por su mente durante semanas, recordandole el error que estaba cometiendo al callar lo que ocurría.
Estaba siendo muy cuidadosa cada vez que estaba con Edward, concentrándose en pensar cualquier tontería antes que en su problema.

Pero, ¿realmente era cobarde?
No, simplemente estaba postergando la charla con los Cullen, pues lo que menos deseaba era que se consentraran en ella y no en la boda de su hermana, la cual era en un par de semanas.

—¡Ya estoy aquí! —Seth exclamó en un susurro al entrar por la ventana.

Su pecho subía y bajaba a la par de su irregular respiración, la cual se encontraba acelerada debido a que había llegado corriendo.

—Debí llegar hace diez minutos, lo sé, pero mamá no me dejó salir de casa hasta que me puse esta tonta ropa. —susurró con todos los nervios del mundo, sintiendo que las manos le temblaban con ímpetu. —Le dije que era ridículo pero ella me obligó y cuando me dí cuenta ya era tarde para cambiarme...

—Seth. —lo interrumpió reprimiendo una sonrisa, sintiendo el drástico cambio de emociones que le causaba su chico. —La ropa está bien, es formal pero al mismo tiempo casual... Me gusta.

El muchacho sintió la sangre en sus mejillas, pero realmente ya estaba acostumbrado a eso.
—Wow. —murmuró al verla. —Te ves hermosa.

Charlotte sonrió en grande y se levantó de la cama para dar una vuelta y presumir el lindo suéter que llevaba puesto.

—Lo sé. —bromeó sacudiendo su cabello con chulería y se acercó a él para tomarlo de la mano y arrastrarlo hacia el espejo.

Ambos se miraron a sí mismos, asegurándose de que todo estaba en orden, y seguido de esto miraron al otro, sintiendose completamente afortunados de estar juntos.
Seth llevaba una camisa de vestir azul celeste y jeans de mezclilla —siendo el último la única prenda que Sue aprovó y pudo conservar de su atuendo original—, mientras que Charlotte vestía unos jeans ajustados y un suéter de lana verde que, a pesar del clima frío que había, la estaba matando de calor.

—Somos muy guapos, ¿no crees? —chilló codeando a Seth.

—Claro que lo somos. —respondió asintiendo.

Se miraron una última vez antes de sentarse en la cama, manteniendo sus manos unidas.

—¿Sue ya viene? -preguntó ella. —¿Leah vendrá?

Le Soleil Et La Lune《 Seth Clearwater》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora