LSELL | Charlotte Swan es una adolescente conocida por su corazón bondadoso y su actitud alegre.
Jamás ha creído realmente en el amor de pareja, sin embargo, su vida se pone patas arriba cuando conoce al nuevo miembro de la manada Quileute.
Seth Cl...
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—No usen la estufa ni el horno amenos que Charlie los vigile. —Emily Young llevaba al menos diez minutos dando instrucciones de lo que no debían hacer mientras ella y Sam iban al mercado.
—¡No voy a respirar si quieres! —se burló Paul, alzando los brazos al aire.
—No te preocupes Em, yo vigilaré que los tortolitos no hagan nada indecente. —le prometió Jared.
Nadie supo si estaba bromeando o no.
—Cierra la boca, Cameron. —Charlie le arrojó su zapato a la cabeza.
—¡Auch! —gritó sobandose. —¡Oigan, llevense a esta loca!
Sin embargo, ambos ya habían subido a la camioneta.
—¡Una última cosa!, ¡No pueden salir de la casa hasta que regresemos! —y con esas últimas palabras, Sam puso en marcha la camioneta.
Paul corrió a la cocina y abrió la nevera, Jared a regañadientes le puso el zapato a Charlie, quien estaba sentada en la cocina y Seth se quedó de pie en el marco de la puerta mirando a la chica con adoración.
—No sé ustedes, pero yo iré a ver la televisión. —se levantó de la silla y caminó hacia la sala, seguida por el cachorro.
Se sentaron en el mismo sillón en el que él había estado dormido y encendieron la televisión.
—¿Aún tienes sueño? —le preguntó al chico. —Mi hermana me dijo que estuviste toda la noche cuidando.
—No fue tanto. —hizo un gesto restándole importancia.
Sin querer, recordó las horas que pasó velando el sueño de la chica mientras Emmett Cullen lo asesinaba con la mirada.
—Claro que sí. —insistió ella. —Si tienes sueño puedes dormir. —palmeó sus piernas y el chico se entusiasmo.
Que privilegio tan grande sería dormir en sus lindas piernas.
Obedeció y se acostó, casi ronroneando en cuanto la chica comenzó —inconscientemente— a acariciarle el cabello.
—Oye, yo también estuve anoche cuidándote. —Jared se sentó en el sofá individual. —También quiero cariñitos.
—Consíguete a tu chica. —gruñó Seth sin detenerse a pensar sus palabras.
—¿Qué tal si mañana te preparo waffles? —sugirió Charlie. —Esa sería mi forma de agradecerte.
—Todos hemos hecho guardia, y lo seguiremos haciendo. —le recordó Paul.
