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"¡Levanten anclas! ¡Tenemos todo lo que necesitábamos!", ordenó el capitán con entusiasmo

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"¡Levanten anclas! ¡Tenemos todo lo que necesitábamos!", ordenó el capitán con entusiasmo.

"¡Sí, capitán!", respondió el menor de los piratas, llevando a cabo las órdenes con determinación.

Felix, en medio de esta situación caótica, trató de mantener la calma. "Espera, creo que olvidaste algo", señaló, mientras los piratas se apresuraban a preparar el barco para partir.

"¿Qué más?", preguntó Jeongin, uno de los miembros de la tripulación, levantando el ancla con dificultad.

Felix mostró sus muñecas atadas. "Creo que olvidaste soltarme", mencionó con calma. "Necesitaré mis manos para volver  a casa".

Jeongin, aparentemente indiferente, continuó con sus tareas. "Hyunjin, siempre eliges a los más estúpidos", comentó.

Felix trató de hacer una observación ligera: "Oye deja de burlarte".

"Yo hago lo que quiero pecoso, ahora deberías agradecer que no te matamos"

"No sé si agradecerles o insultarlos."

En un dilema entre la gratitud y el resentimiento, Felix optó por la inacción en aras de su propia supervivencia y bienestar. Sin embargo, mientras era llevado a bordo del Rock Star, el barco pirata más famoso y poderoso de los mares del sudeste asiático, reflexionó sobre la absurda realidad que enfrentaba. Cuestionó la lógica detrás de su situación: ¿realmente lo estaban subiendo a bordo de un barco tan renombrado?

La ironía golpeó con fuerza cuando se dio cuenta de que el barco también se alejaba del puerto. Su preocupación por sus pertenencias desaparecidas, incluso si no eran muchas, se sumó a su desconcierto. Las patatas que había acumulado no eran solo alimentos robados; eran un símbolo de su propia supervivencia en un mundo que no había sido particularmente amable con él. Felix se sintió agobiado por la pregunta de si este inesperado giro de eventos era una especie de karma violento.

La incertidumbre se apoderó de él mientras se encontraba sentado en el suelo, atado al mástil del barco. La realidad de ser prisionero de Hyunjin y su tripulación se volvía cada vez más tangible.

La idea de ser un rehén en el Rock Star, el barco pirata legendario, era abrumadora, y la sensación de impotencia se apoderó de él.

"No, eso es demasiado para mí", murmuró en un intento de negar la verdad que se avecinaba.

Decidido a encontrar algo de consuelo o distracción en medio de la confusión, Felix llamó al primer marinero que pasaba frente a él. "¡Hey tú!", exclamó, "¿Cómo te llamas?"

La respuesta de un chico pellirojo fue un reflejo de la aspereza del entorno. "¿Qué quieres? No tengo tu tiempo", respondió sin mostrar ningún gesto de cortesía.

Felix, sin dejarse intimidar, intentó un enfoque más ligero. "Eres encantador", afirmó con un guiño, "¿Me harías el favor de liberarme?"

La respuesta del marinero fue una mirada despectiva. Una falta de reconocimiento era palpable en el ambiente desconcertante del barco.

Welcome to heaven (LALALALA Ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora