El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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Habían pasado tres días desde que el barco Star navegaba incansablemente, y ahora, finalmente, la costa de Twilight se vislumbraba en el horizonte. Hyunjin, con una mezcla de determinación y nostalgia en su mirada, estaba de pie en la cubierta, con el periscopio en mano. Observó la tierra firme que se acercaba lentamente, una sonrisa leve curvando sus labios mientras recordaba lo que ese lugar significaba para él.
"¡Eleven anclas!" gritó con voz firme, sin apartar la vista del horizonte. La emoción en su voz no pasó desapercibida por la tripulación.
A pesar de los recuerdos agridulces que Twilight le traía, Hyunjin estaba agradecido de llegar a un lugar que no era tan conocido. Sabía que aquí podrían descansar un tiempo sin preocuparse por malas interrupciones o emboscadas inesperadas.
En la cubierta, la actividad era constante. La mayoría de la tripulación estaba ocupada con diversas tareas: algunos ajustaban las velas para el próximo anclaje, otros se dedicaban a limpiar la cubierta, y unos cuantos más estaban moviendo cajas llenas de provisiones, preparándose para la llegada a tierra firme.
Felix, que estaba ayudando a asegurar una cuerda, levantó la vista y se acercó a Hyunjin, quien seguía observando la costa. "¿Estamos cerca?" preguntó, intentando captar algo de lo que Hyunjin veía a través del periscopio.
Hyunjin bajó el instrumento y asintió, su expresión relajándose un poco. "Sí, ya casi estamos allí. Twilight... No es el lugar más alegre, pero será un buen sitio para tomar un respiro."
Felix asintió, compartiendo la sensación de alivio que empezaba a extenderse por la tripulación. "He oído que es un lugar tranquilo, pero... ¿tienes alguna historia de aquí?"
Hyunjin lo miró por un momento, evaluando cómo responder. "Digamos que Twilight y yo tenemos un pasado. Pero no hay nada de qué preocuparse, estaremos seguros."
Mientras hablaban, Jisung y Minho pasaron junto a ellos, llevando una caja pesada entre ambos. Jisung, siempre curioso, no pudo evitar intervenir. "¿Seguro que no hay fantasmas, capitán? Porque si hay algo raro por aquí, mejor que nos avises."
Hyunjin soltó una risa ligera, sacudiendo la cabeza. "No hay fantasmas, Jisung. Aunque, si los hubiera, estoy seguro de que Minho se encargaría de ellos, ¿verdad?"
Minho sonrió de lado, sin dejar de cargar la caja. "No te preocupes, capitán. Si hay fantasmas, les daremos la bienvenida con los brazos abiertos... y las espadas listas."
La tripulación continuaba con sus tareas, pero había una energía diferente en el aire. La idea de llegar a un lugar seguro, aunque fuese temporal, ofrecía un alivio que todos anhelaban. Hyunjin observó a su equipo, sintiendo una responsabilidad pesada pero también la confianza en su capacidad de mantenerlos a salvo.
"Prepárense todos," ordenó Hyunjin, retomando su postura autoritaria. "En cuanto toquemos tierra, quiero un reporte completo. Necesitamos provisiones frescas y asegurarnos de que no haya ninguna amenaza."
