El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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Entre estruendo de la tormenta y los rugidos de la criatura creaban una sinfonía caótica en el océano tumultuoso.
El capital con determinación se dirigió a un grupo de marineros que ajustaban las velas. "¡Preparen las defensas y estén listos para cualquier cosa!", ordenó, su voz resonando sobre el caos.
"¿Qué es esa criatura?", preguntó Felix después ver al capitán dando órdenes.
Chan, con una mirada seria, se volvió hacia el pecoso y explicó: "Eso es un Leviathan, una criatura antigua y peligrosa. No lo atacamos porque eso podría desencadenar una furia incontrolable. Solo lo rodeamos y esperamos a que pase de largo".
Felix, sorprendido por la magnitud de la bestia marina, preguntó incrédulo: "¿No intentamos defendernos? ¿Por qué solo lo rodeamos?"
Chan le lanzó una mirada significativa. "Atacar a un Leviathan es como desafiar a la propia furia del mar. Son criaturas impredecibles y peligrosas. Enfrentarlos directamente podría ser nuestro fin".
Mientras hablaban, Jeongin, Seungmin y Minho se movieron con una gran precisión, asegurando las defensas del barco y preparándose para la inminente interacción con el Leviathan.
Hyunjin dio nuevas órdenes rápidas y efectivas. Las velas se ajustaron para resistir mejor las embestidas de las olas, y las defensas fueron fortalecidas en caso de que el Leviathan intentara acercarse peligrosamente.
Felix, sin querer ser una carga, observó atentamente las acciones de la tripulación y, finalmente, decidió ayudar en lo que pudiera. Buscó un rincón discreto y comenzó a asegurar todo lo que pudiera mover.
La criatura gigantesca emergía cada vez más cerca, sus escamas resplandecientes brillaban de manera ominosa a medida que se acercaba al barco pirata. Los marineros, imperturbables, seguían con sus tareas sin titubear.
Cuando el Leviathan estaba lo suficientemente cerca, los marineros actuaron como un equipo coordinado. Desplegaron redes gigantes alrededor del barco, formando una barrera protectora contra la criatura marina. La estrategia era clara: rodear al Leviathan sin incitar su ira.
Felix, maravillado por la habilidad de la tripulación, observó desde su escondite mientras el barco navegaba entre las olas, manteniendo una distancia segura del Leviathan. La bestia, aparentemente indiferente a la presencia de los piratas, continuó su camino por las turbulentas aguas.
La tensión en el barco disminuyó gradualmente a medida que el Leviathan se alejaba. Chan se acercó a Felix, quién seguía escondido, y le guiñó un ojo. "Bien hecho".
Con la amenaza superada, la tripulación comenzó a relajarse, aunque la vigilancia seguía siendo alta. Felix, aliviado, salió de su escondite y se unió a la cubierta.
Chan le dio unas palmaditas en el hombro. "Ahora, prepárate. Nos dirigimos a la costa de la isla Blind Spot. Estaremos seguros una vez que alcancemos tierra firme, pero no bajes la guardia. Esta isla no es muy agradable".
