El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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La tripulación se preparaba para zarpar hacia su siguiente destino, la isla Blueprint. Habían pasado varios días desde que la rutina del barco se reanudó, y ahora, con el sol ascendiendo lentamente en el horizonte, Hyunjin y su tripulación se embarcaban en lo que esperaban fuera una misión crucial para encontrar más pistas sobre el tesoro oculto. El ambiente a bordo era una mezcla de anticipación y tensión, pero todos sabían que no había lugar para errores.
Estaban a una hora de llegar a tierra firme, y el 10 de octubre apenas comenzaba. El sol tímidamente despuntaba en el horizonte, proyectando largas sombras sobre la cubierta del barco. En su camarote, Hyunjin no había descansado mucho la noche anterior. Su mente estaba atrapada en un ciclo interminable de dudas y sospechas mientras observaba el mapa que había encontrado entre las pertenencias de Felix. Cada vez que colocaba su brújula cerca del mapa, este se iluminaba con un resplandor tenue, como si se activara por alguna fuerza desconocida.Era un misterio que Hyunjin no podía ignorar, pero tampoco podía deshacerse de la creciente inquietud que lo acompañaba.
En los últimos días, Hyunjin había intentado obtener respuestas de Felix de forma discreta. Le había mencionado el mapa con indirectas, tratando de no despertar sospechas, pero el menor había negado conocerlo. El capitán quería creerle, confiar en él como lo había hecho siempre. Felix era alguien en quien confiaba ciegamente, y la idea de que pudiera estar involucrado en algo turbio era dolorosa para él. Sin embargo, no podía evitar la persistente sensación de que algo no cuadraba.
Mientras seguía mirando el mapa con la brújula en la mano, una suave llamada a la puerta lo sacó de sus pensamientos. Hyunjin rápidamente guardó el mapa y la brújula en un cajón antes de responder. Desde el otro lado, escuchó la voz familiar de Felix. "Traje tu desayuno," anunció el menor.
"Pasa," dijo Hyunjin, haciendo un esfuerzo por sonar normal. La puerta se abrió, y Felix entró con una bandeja en las manos, sonriendo al verlo. Hyunjin le devolvió la sonrisa, sintiendo cómo su corazón se ablandaba al ver la calidez en los ojos del otro.
"Te conozco bien, Hyunjin," dijo Felix con un tono suave mientras colocaba la bandeja sobre la mesa. "Sé que cuando estás nervioso, tiendes a saltarte las comidas."
Hyunjin asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Felix."Tienes razón," respondió, intentando sonar despreocupado. "Pero no te preocupes, estaré bien."
Felix se acercó un poco más, una expresión de genuina preocupación en su rostro."Por favor, come algo. Todo saldrá bien, ya lo verás." Sus palabras eran reconfortantes, llenas de una confianza que Hyunjin deseaba poder compartir plenamente.
"Lo haré," prometió Hyunjin, su mirada encontrándose con la de Felix. En ese momento, cualquier duda o sospecha parecía disiparse ante la dulzura del pecoso. Felix se inclinó y le dio un rápido beso en los labios antes de girar hacia la puerta.
"Nos vemos en cubierta,"dijo con una sonrisa, y salió del camarote, dejando a Hyunjin con una sensación cálida en el pecho.
Hyunjin se quedó solo, pero con una sonrisa en los labios. No podía evitar sentirse reconfortado por la presencia de Felix, aunque la duda aún persistía en algún rincón de su mente. Mientras veía la puerta cerrarse tras él, una parte de él decidió que, por el momento, confiaría en Felix. Después de todo, habían superado mucho juntos, y quería creer que su lealtad seguía siendo tan fuerte como siempre.
