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Pasaron unos días en los que la calma era casi desconcertante para los Star. Se habían adaptado rápidamente a la vida en el pequeño refugio que el amigo de Hyunjin les había proporcionado. Era un lugar alejado del bullicio de las ciudades portuarias, un lugar donde podían esconderse sin llamar la atención.

El alojamiento era modesto, pero cómodo. Las paredes de madera emitían un cálido resplandor bajo la luz de las velas, y el olor a mar se filtraba suavemente por las ventanas abiertas. Aunque estaban seguros, la atmósfera en la casa estaba cargada de una tensión subyacente.

A pesar de las comodidades y la seguridad, la inquietud empezaba a calar en todos ellos. No estaban acostumbrados a la inactividad. La rutina diaria de esperar, descansar, y observar en silencio mientras los días pasaban les resultaba ajena. Como piratas, estaban habituados al peligro, a la acción constante, a la incertidumbre del próximo amanecer. Ahora, sin un rumbo claro ni un plan concreto, la ansiedad crecía como una sombra sobre sus corazones.

Hyunjin intentaba mantenerse ocupado, buscando cualquier excusa para salir al pequeño patio trasero, ejercitarse o simplemente observar el horizonte. Felix, que solía ser el más animado del grupo, ahora pasaba más tiempo solo, perdido en sus pensamientos. Minho, por su parte, seguía retraído, la traición de Jisung y la reciente pérdida de su navío pesaban sobre él como una losa.

Seungmin y Jeongin intentaban distraerse, ocupándose en pequeñas tareas por la casa, pero el silencio entre ellos era elocuente. Sabían que no podían quedarse allí para siempre, pero tampoco veían una salida clara a su situación. Changbin, por su parte, empezaba a mostrar signos de impaciencia, su necesidad de acción chocaba con la aparente calma del lugar.

Chan, había pasado los últimos días elaborando posibles planes de escape y alternativas, pero incluso él sabía que estaban atrapados entre la espada y la pared. El hecho de que estuvieran fuera del radar por ahora les proporcionaba un respiro, pero también les hacía sentir como si estuvieran en una cárcel de tiempo, esperando a que algo, o alguien, rompiera esa calma aparente.

Hyunjin estaba sentado en la orilla del muelle improvisado, con la caña de pescar en sus manos, observando cómo el agua se movía con lentitud. Había pasado horas en ese lugar, dejando que el tiempo se deslizara sin prisa mientras sus pensamientos se amontonaban en su mente. El sonido de las olas y la brisa del mar, que alguna vez le habían dado paz, ahora solo acentuaban el vacío que sentía.

Se encontraba atrapado en una espiral de pensamientos oscuros, en una lucha interna que nunca antes había experimentado. Como capitán, siempre había tenido un plan, una estrategia, una respuesta. Pero ahora, se sentía como un naufrago en su propio mar de dudas y miedos. Pensaba en su tripulación, en los hombres que habían confiado en él, que habían seguido sus órdenes y que ahora estaban varados junto a él en esa calma inquietante. ¿Habría fallado como capitán? ¿Había llevado a su tripulación a un callejón sin salida? Y su barco, su preciado Star, ¿habría sobrevivido o ya habría sido destruido por el reino? La incertidumbre le carcomía, y el peso de la responsabilidad le aplastaba cada vez más.

Welcome to heaven (LALALALA Ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora