El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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Hyunjin observaba el cuerpo inerte de su antiguo capitán, la figura que en algún momento había seguido con respeto, ahora yacía sin vida ante él. Con un movimiento firme de su pierna, empujó el cuerpo hacia el pequeño río subterráneo que corría por la cueva. El agua lo envolvió en silencio, llevándose consigo una parte del pasado que Hyunjin ya no necesitaba cargar.
De pronto, el sonido de pasos apresurados lo sacó de sus pensamientos. Felix apareció corriendo hacia él, con el rostro lleno de preocupación y alivio.
"Lo hiciste, Hyunjin", dijo el pecoso, sin aliento, mirándolo con una mezcla de admiración y tristeza.
Sin decir una palabra, Hyunjin lo envolvió en un abrazo fuerte y protector. Felix, sorprendido, comenzó a apartarse lentamente, pero Hyunjin lo sostuvo firmemente.
"No te vayas", murmuró Hyunjin con voz queda. "Quedémonos así... un momento."
El menor dudó un segundo, pero luego asintió, relajando su cuerpo en el abrazo. Felix deslizó una mano suavemente por la espalda de Hyunjin, intentando transmitirle calma.
"Está bien", susurró Felix, sintiendo el peso emocional que cargaba su capitán. Permanecieron así unos instantes, compartiendo el silencio, sabiendo que ambos necesitaban ese refugio mutuo después de todo lo ocurrido.
Por otro lado, en otro rincón de la cueva, Minho se inclinaba sobre Jisung, retirando lentamente las cadenas que aún aprisionaban sus muñecas. Jisung no dijo ni una palabra, su cabeza permanecía baja, evitando el contacto visual. El silencio entre ambos era denso, lleno de arrepentimiento y tensión.
Una vez liberado, Minho no pudo evitar acercarse más y rodearlo en un abrazo rápido, casi instintivo. A pesar de todo, su corazón aún latía con fuerza por Jisung.
"No sé qué está pasando por tu cabeza ahora mismo", comenzó Lee Know, con un tono calmado pero firme, "Pero quiero que sepas que entiendo por qué sentiste que tenías que hacerlo. Sin embargo, eso no justifica que hayas hecho que mi tripulación sufriera de esa manera."
Jisung permanecía inmóvil, sus hombros estaban tensos. Las palabras de Minho le perforaban el alma, recordándole todo el dolor que había causado.
" Todavía estoy enamorado de ti", continuó Minho, con una leve sonrisa triste, "y como dicen, el amor te hace tonto... ahora lo entiendo. Te daré una oportunidad más adelante, no quiero perderte. Pero, aún así, todavía no puedo perdonarte por lo que hiciste. La tripulación está enojada contigo, y tienen razones para estarlo... pero sé que no eres una mala persona, Jisung. Sé que puedes demostrarlo."
Jisung no pudo contener más las lágrimas. Su traición pesaba demasiado en su corazón, más de lo que había imaginado. Se cubrió el rostro con las manos, sollozando, mientras las palabras de Minho le hacían eco en la mente. Sentía que no merecía esa segunda oportunidad, pero el solo hecho de que Minho se la ofreciera le desgarraba el alma.
