El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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Habían pasado algunos días desde que llegaron a Blueprint. La calma del lugar les permitía a todos disfrutar de un merecido descanso. El pequeño pueblo, rodeado de campos verdes y brisa marina, se había convertido en un refugio temporal para la tripulación. Las cabañas de madera eran acogedoras, y las calles empedradas del pueblo se llenaban de vida durante el día. Felix y Hyunjin aprovecharon estos días para pasar tiempo juntos, alejados de las responsabilidades de ser piratas.
Durante la tarde, los dos paseaban por los senderos de tierra que conectaban los campos de cosecha. Las espigas doradas se mecían al viento, creando un ambiente pacífico y relajante. Felix caminaba junto a Hyunjin, quien mantenía una mano en la espalda del menor, como si su sola presencia fuera una promesa de protección.
"¿Has pensado en lo que harás después de todo esto?", preguntó Felix, su voz era suave pero cargada de curiosidad.
Hyunjin tardó un momento en responder, como si las palabras de Felix lo hubieran hecho viajar hacia un futuro que nunca antes se había permitido imaginar. Su mirada se perdió en el horizonte, observando cómo el sol se deslizaba lentamente detrás de las colinas que rodeaban Blueprint. El cielo estaba pintado de tonos anaranjados y violetas, como una obra maestra en constante cambio.
"A veces lo pienso", respondió finalmente, con una sonrisa leve y reflexiva. "Pero no sé... No lo tengo claro. Siempre hemos vivido al filo, ¿no?", añadió con una risa suave, una que no lograba borrar del todo la sombra de sus preocupaciones.
Felix se quedó en silencio, dándole espacio para continuar. No había necesidad de apresurarse. A su alrededor, el aire fresco del atardecer se movía con suavidad, y las olas del mar golpeaban contra la orilla, aportando una melodía natural que acompañaba el momento.
"A veces creo que no estamos hechos para la vida tranquila" continuó Hyunjin, su voz era más seria, como si estuviera revelando una verdad que había mantenido oculta incluso para sí mismo. "No sé si podría adaptarme a eso... No después de todo lo que hemos pasado. Hay días en los que creo que solo sabría cómo moverme en medio del caos."
Felix lo miró con atención, estudiando las líneas de su rostro mientras hablaba. Había una intensidad en sus ojos que lo cautivaba, una lucha interna que Hyunjin no siempre dejaba ver.
"Pero, si lo estuviera", prosiguió Hyunjin, y esta vez su voz se suavizó, como si la idea de lo que estaba a punto de decir le brindara una paz que no encontraba en sus batallas diarias, "No me importaría hacerlo a tu lado, porque te amo"
El comentario, dicho con una sinceridad tan desarmante, hizo que Felix sintiera un calor extraño en el pecho. Su rostro se encendió de inmediato, pero no apartó la mirada. Había algo en Hyunjin que lo hacía sentir que, por primera vez en mucho tiempo, podía soñar con algo más allá del caos y las batallas. Con algo más simple, pero igualmente significativo.
"¿Conmigo?", preguntó Felix, su voz apenas era un susurro.
Hyunjin volvió a mirarlo, esta vez con una sonrisa más cálida, casi juguetona, pero con un trasfondo de seriedad que no podía ignorarse.
