El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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El sol comenzaba a descender en el horizonte, bañando todo con una cálida luz dorada, mientras la brisa marina hacía ondear los cabellos de ambos.
Hyunjin y Minho estaban ahora en la cubierta del barco, ocupados colocando algunas cuerdas en su lugar y ajustando las velas para el próximo tramo del viaje.
El pelinegro lanzó una mirada rápida a Minho, aún algo molesto por la interrupción anterior. "Entonces, ¿cuál es el inconveniente del que me hablabas?" preguntó, tratando de mantener la compostura, aunque su voz delataba una ligera impaciencia.
Minho, en lugar de responder de inmediato, se tomó su tiempo para asegurar una de las cuerdas antes de voltear hacia Hyunjin con una expresión seria. "Ah, sobre eso..." comenzó, pero luego una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro. "Bueno, en realidad no es un problema," dijo, moviendo las cejas y haciendo una cara sugerente que dejaba claro que sabía algo que podía resultar incómodo. "Solo quería hablar contigo sobre un tema específico."
Hyunjin lo miró con el ceño fruncido, su enojo aumentando. Sabía perfectamente qué significaba esa expresión en el rostro de Minho, y la sola idea de lo que podría estar insinuando lo irritaba aún más. Había estado tan cerca de llevar las cosas con Felix a un nuevo nivel, y ahora Minho lo había interrumpido justo cuando estaban a punto de cruzar una línea importante.
"¿Es en serio?" replicó Hyunjin, su tono era más a la defensiva de lo que había planeado. "Entonces, ¿por qué me dijiste que era urgente?"
Minho se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada, como si no estuviera consciente del enfado de Hyunjin. "Porque sabía que no ibas a venir si te decía que quería hablar de cualquier cosa que no tuviera que ver con la tripulación," contestó con naturalidad, como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Hyunjin soltó un suspiro exasperado, pasando una mano por su cabello. "Minho, no estoy de humor para tus juegos," dijo, su voz aún cargada de frustración.
Minho lo miró con una sonrisa astuta, ignorando el tono molesto de su capitán. "De acuerdo, de acuerdo, no más juegos," dijo levantando las manos en señal de paz. "Me entere sobre la información de las sirenas. Bueno Jisung me lo dijo, así que gracias a esa información, me dio curiosidad. ¿Entonces Hyunjin te interesa alguien?…"
Hyunjin levantó una ceja, algo intrigado a pesar de su enfado. "¿De qué estás hablando, Minho?" preguntó, tratando de mantener la fachada de desinterés
Minho, sin embargo, no parecía dispuesto a ceder. Se acercó un poco más a Hyunjin, bajando la voz como si estuviera a punto de compartir un secreto. "Vamos, Hyunjin, todos en la tripulación han notado que últimamente te comportas de manera extraña cada vez que Felix está cerca. Y no soy ciego, ¿sabes? Lo que sea que pasó en esa habitación secreta que crees que nadie conoce... lo sé."
Hyunjin sintió cómo su cuerpo se tensaba ante las palabras del mayor. Intentó mantener la calma, pero el nerviosismo comenzó a mezclarse con su enojo. "No sé de qué estás hablando," respondió, su voz más firme de lo que se sentía.
