El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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La noche en el Oeste del Mar Megaverse era especialmente oscura, con una bruma espesa que parecía envolver el barco en un manto de misterio. El viento, que antes había sido una brisa suave, comenzó a silbar con un tono inquietante, como si advirtiera a la tripulación de un peligro inminente. Hyunjin había sentido ese nerviosismo desde hace unos minutos, un presentimiento que no lograba sacudirse de encima.
No quería admitirlo, pero haber dado esa advertencia le había calado hondo. Ahora, con cada soplo de viento, sentía que había tenido razón en su comentario.
"Solo quiero que ciertos hombres estén arriba," continuó Hyunjin mientras estudiaba el horizonte, su mirada estaba fija en la oscuridad. "Minho, Bang Chan, Jisung, Jungwon, Soobin,Taehyun, ustedes se quedan conmigo. Felix aún no ha subido, pero cuando lo haga, también lo necesito aquí. Los demás, abajo. No vamos a arriesgar a toda la tripulación."
Minho lo miró con preocupación. "¿Crees que será tan malo?"
Hyunjin asintió, con una seriedad que no dejaba lugar a dudas. "Prefiero estar precavido. Changbin, Yeonjun, Beomgyu, quiero que bajen y aseguren que todos los demás estén preparados para cualquier eventualidad. Necesitamos que estén listos para lo que venga."
Changbin frunció el ceño, pero asintió. "Entendido, capitán," respondió antes de hacer una señal a Yeonjun y Beomgyu para que lo siguieran.
"Y asegúrense de que nadie suba a menos que sea absolutamente necesario," añadió Hyunjin, su tono cortante. "Necesitamos estar concentrados aquí arriba."
Mientras los tres hombres bajaban las escaleras hacia la parte inferior del barco, la neblina alrededor comenzó a espesarse rápidamente, como si el mar quisiera envolverlos en su fría y húmeda oscuridad. La decisión del capitán de mantener a solo unos pocos arriba era una apuesta, pero una que sabía que debía hacer para minimizar el riesgo. Cada hombre que había elegido tenía una función clave, y no podía permitirse distracciones en un momento como este.
El silencio se rompió cuando Hyunjin comenzó a dar órdenes.
"Bang Chan, te encargas de las velas," ordenó con voz firme. "Prepáralas para cualquier maniobra repentina. No podemos darnos el lujo de fallar."
Chan asintió sin dudar, dirigiéndose a su puesto. Hyunjin entonces se giró hacia Taehyun. "Necesito que mantengas la vista en el horizonte. Trata de apagar la mayoría se las velas. Busca cualquier cosa inusual y avísame de inmediato."
Taehyun asintió, pero antes de moverse, Hyunjin se inclinó un poco hacia él, su voz más baja pero igual de intensa. "¿Le dijiste a Felix que busque ese objeto? El que podría ayudarnos a combatir a las sirenas."
Taehyun, que había estado tenso, se relajó ligeramente al oír la pregunta. "Sí, capitán. Felix sabe lo que tiene que hacer. Jusatamente Seungmin y Jeongin le están ayudado a buscarlo."
