El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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A la mañana siguiente, mientras el sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte, solo unos pocos miembros de la tripulación estaban despiertos. La mayoría dormía profundamente, recuperándose de las tensiones de los días anteriores. El barco navegaba en calma, con las velas ondeando suavemente bajo el cielo despejado.
Hyunjin, con la responsabilidad de capitán siempre presente en su mente, había tomado una decisión la noche anterior. Sabía que su tripulación necesitaba un descanso. Después de tantas batallas, confrontaciones y peligros, era justo darles un respiro.
Reunió a los que ya estaban despiertos en la cubierta y les comunicó la noticia. "Vamos a tomarnos un descanso," anunció con una sonrisa relajada. "Llevamos demasiado tiempo sin un momento de paz, y creo que todos lo necesitamos. Así que, ¿qué mejor lugar para relajarnos que mi pueblo natal, Twilight?"
Las palabras de Hyunjin provocaron sonrisas y murmullos de aprobación entre los presentes. Twilight, su hogar, un lugar que evocaba recuerdos de tiempos más simples, antes de que sus vida estuviera llena de peligros y aventuras. Para Hyunjin, regresar allí significaba más que solo descanso; era una reconexión con sus raíces, un respiro en medio del caos.
El barco ahora se dirigía hacia ese destino, navegando con una serenidad que hacía tiempo no experimentaban. Aunque algunos aún no lo sabían, la idea de ir a Twilight les traería la paz que tanto necesitaban.
Todos se alegraron al escuchar las palabras de Hyunjin, sus expresiones reflejaban el alivio. Con renovado ánimo, se dispersaron rápidamente para ocuparse de sus deberes en el barco, asegurándose de que todo estuviera en orden mientras se acercaban a Twilight.
Hyunjin observó con una sonrisa cómo la tripulación respondía positivamente a la noticia. Sin embargo, en medio del bullicio, su mirada se fijó en una cabellera rubia entre la multitud. Sin pensarlo dos veces, se dirigió hacia Felix, quien parecía estar concentrado en su tarea.
"Felix," llamó Hyunjin al llegar junto a él.
El pecoso levantó la cabeza, sorprendido por la repentina aparición del capitán. "Hyunjin, ¿qué pasa?"
"Solo quería asegurarme de que estuvieras bien," dijo Hyunjin, su tono era suave y algo preocupado. "Ayer fue un día intenso, y quería saber cómo te sientes."
Felix esbozó una sonrisa, agradecido por la consideración de Hyunjin. "Estoy bien, un poco cansado, pero emocionado por poder descansar. No puedo esperar para conocer tu hogar."
Hyunjin asintió, y sus ojos se suavizaron al ver la sonrisa de Felix. "Me alegra escuchar eso. Twilight es el lugar perfecto para recuperar energías."
"¿Y tú?" preguntó Felix, notando el tono protector en la voz de Hyunjin. "Ayer hiciste algo realmente arriesgado. No sé qué habría pasado si no hubieras vuelto."
Hyunjin sonrió con una mezcla de modestia y picardía. "Sabes que no soy yo si no hago alguna locura de vez en cuando. Pero todo salió bien, en parte gracias a ti y a la esfera."
