El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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El barco seguía balanceándose peligrosamente en las olas, como si el mar mismo intentara reclamarlo.
Mientras tanto, Minho se sentía abrumado por el peso de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros. Trató de mantener la calma y tomar el control de la situación, pero no podía evitar que su preocupación por Hyunjin creciera con cada segundo que pasaba.
Lee Know apretó los dientes, frustrado. Sabía que Hyunjin era valiente, pero esa valentía a veces se convertía en imprudencia. En momentos como este, cuando el mar y las criaturas que lo habitaban eran tan peligrosos, Minho deseaba que Hyunjin pensara más en sí mismo y en la tripulación antes de actuar.
Su corazón dio un vuelco cuando vio una figura rubia emerger desde la parte inferior del barco. Era Felix, con la esfera en sus manos, su expresión seria y determinada mientras avanzaba hacia la cubierta.
"¡Felix!" gritó Minho por encima del rugido del mar. "¡Aquí!"
Felix corrió hacia él, sosteniendo con firmeza la esfera mientras la rodeaba con ambas manos, sintiendo su frío metálico penetrar en su piel. Sabía que no había tiempo que perder.
Minho, sin apartar los ojos del horizonte, le habló rápido. "Tienes que activarla ahora, Felix. Todos están al límite."
Felix asintió, sus manos temblando levemente por la presión, pero determinado. Recordó las instrucciones de Seungmin y comenzó a girar la esfera en sentido contrario a las agujas del reloj. Los símbolos grabados en la superficie empezaron a iluminarse con un brillo azul profundo, y una vibración casi imperceptible recorrió la esfera.
"¡Funciona, Felix!" exclamó el pelimorado, observando cómo la esfera comenzaba a flotar levemente en el aire, emitiendo un suave zumbido.
El suave zumbido comenzó a resonar por todo el barco, acompañado de un brillo azul profundo que iluminó la cubierta. Los símbolos en la superficie del artefacto parpadearon mientras la energía protectora se extendía, creando una barrera alrededor de la tripulación. Lentamente, cada uno de los miembros de la tripulación se quitó las manos de los oídos, notando que el hipnótico canto de las sirenas comenzaba a desvanecerse. Las criaturas, conscientes del poder del artefacto, empezaron a retirarse, dejando el barco.
Minho observó con alivio cómo la esfera estaba funcionando, y las sirenas empezaban a huir. Volteó hacia Felix.
"Felix, vigila el objeto mientras vuelvo," ordenó Minho, asegurándose de que el joven estaba al tanto de la importancia de la tarea. "Las sirenas están huyendo, pero no podemos bajar la guardia."
Felix asintió, mientras Minho se apresuraba a ocuparse de otra urgencia. Minho corrió hacia Soobin, que estaba ajustando las velas.
"¡Soobin, baja la ancla!" exclamó Minho, con un tono de urgencia que dejó al joven algo confundido.
